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viernes, 6 de diciembre de 2019

EL APOKALIPSYS DE SAN JUAN. POR EL PADRE CASTELANI

LOA CUATRO CABALLOS

BREVE INTRODUCCION A LA SIGUIENTE VISION: EL CORDERO, LOSSIETE SELLOS Y  LAS SIETE TUBAS

La Visión 1, por tanto, representa simbólicamente, como está dicho, las siete épocas de la historia de la Iglesia Universal. Esta lectura es solamente probable: bien fundada, pero no unánime, en los Santos Padres y Doctores.
El Cordero y el libro sellado significan el dominio profetal de Cristo sobre los acontecimientos históricos; y su triunfo y Reino Final. Sus siete cuernos son los siete ángeles más cercanos a Dios de la Tradición judía; los cuatro "vivientes" – animales – son los cuatro Evangelistas; los Veinticuatro Ancianos son los Doce Patriarcas y los Doce Apóstoles: todo el Israel de Dios.
El Cordero abre los sellos, revela el futuro. Los cuatro primeros dan suelta a cuatro caballos con sus jinetes. El Caballo Blanco es la Monarquía Cristiana, o sea, la Iglesia de Thyatira: la altamar del Cristianismo, la Cristiandad.
El Caballo Rojo es evidentemente la guerra: indica el período preparusíaco de las "guerras y rumores de guerras", que dijo Cristo en su propio apokalypsis ser "el principio de los dolores de parto". Comenzó al ser retirada la Monarquía Cristiana.
El Caballo Negro es también, manifiestamente, la Carestía, o, como dicen hoy, la Posguerra, la Crisis o el Crack: los pobres amenazados de hambre, los ricos seguros. Capitalismo mundial. (La actualidad)
El Caballo Amarillo o sea Bayo – Jlorós, dice el griego – es la Última Persecución – con razón su jinete se llama "Muerte"– que mata con espada, hambre y "las fieras" – que Juan y los primeros cristianos conocieron bien en el Coliseo –, o sea, compendia los males anteriores y los amplía con uno nuevo.
El Quinto Sello prolonga el Cuarto, pues son los mártires que están por venir de la gran Persecución.
El Sexto Sello es la Parusía comenzada. Juan abandona, para interponer dos visiones celestes de consuelo, y cuando retoma el Séptimo es para abrirlo en la nueva visión de las Siete Tubas (Visión 5). Procedimiento común, recapitulatio.
La Significación de los Elegidos (Visión 4) – ciento cuarenta y cuatro mil, número simbólico – corresponde a las palabras de Cristo: "Tribulación grande que si se prolongara, caerían hasta los Elegidos si fuera posible; pero por amor de los Elegidos, abreviáranse aquellos días."
Los Elegidos de todas las tribus de Israel son los perseverantes de los últimos días; después Juan muestra la muchedumbre de los otros ya salvados, "multitud magna, incontable, de todas las gentes, tribus y lenguas". Conversión de Israel en los últimos tiempos.
El "Silencio en el Cielo por media hora" acontece al abrirse el Último Sello: significa que habrá un período de paz para la Iglesia al comenzar el mal tiempo, muy corto; y corresponde a la Signación, en la cual "los vientos de la tierra serán sujetados"; y no levantarán "el fragor de las olas del mar" (de los negocios terrestres); que dice Cristo "tendrá angustiados a los hombres" en los últimos tiempos.
El Angel del Turíbulo Aureo, que vuelca sobre la tierra incienso y brasas, significa el final de la Parusía. Juan vuelve atrás entonces, otra vez a la Historia mística del mundo, con las Siete Tubas (trompetas o bocinas);recapitulatio.
Las Tubas significan las grandes herejías: son cambios de frente – que los antiguos indicaban con toques de trompas –  en la historia de la humanidad, religiosamente contemplada.
La Primera Tuba es la herejía arriana conjunta con la invasión de los Bárbaros al Imperio.
La Segunda Tuba es la herejía de Mahoma.
La Tercera es el cisma de Focio y Miguel Cerulario.
La Cuarta Tuba es la falsa Reforma o Protestantismo.
A partir de la Cuarta, no una tercia parte sino todo el mundo es afectado; y las Tres restantes se convierten en tres Alaridos (los Tres Ayes) .
La Quinta Tuba son los llamados Filósofos del XVIII – y de ahora –. "Cinco meses de años"; de la Revolución Francesa a la Gran Guerra del 39, son justo 150 años, del poderío de "las Langostas".
La Sexta Tuba es la Guerra de los Continentes; repetida más adelante en la Sexta Redoma de la Ira de Dios. (O tercera guerra mundial)
La Séptima Tuba es como de costumbre la Consumación. Está precedida de dos visiones interpuestas: la del Ángel Voz de León con el librito abierto, que proclama con juramento que: "El Tiempo se acabó"; y la visión del Librito Devorado (Visión 6), que es el Apokalypsis mismo y el espíritu de profecía.
La Medición del Templo (Visión 7) significa la reducción de la Iglesia fiel a un pequeño grupo perseverante y la vasta adulteración de la verdad religiosa en todos los restantes; y en esto están unánimes todos los Santos Padres.
Los Dos Testigos son: o bien Enoch y Elias redivivos para preparar a los fieles a la Gran Agonía (Visión 4), o bien dos grandes jefes religiosos cabezas de los cristianos y de los judíos fieles constituidos en dos cuerpos diversos. Son dos exégesis alternativas, entre las cuales no oso decidirme.
La Séptima Tuba indudablemente indica la Parusía, como en todos los Septenarios. El Templo de Dios abierto y el Arca del Testamento apareciendo en él puede significar la Santísima Virgen, sus apariciones, sus prerrogativas definidas, su notoriedad de los últimos tiempos: "Foederis Arca."

PARTE II HISTÓRICO - ESJATOLÓGICA
VISIONES 2-10

Visión Segunda El Libro y el Cordero

Canta el río entre las piedras Y el gallo al amanecer Ellos cantan porque saben Yo canto por aprender.

En la parte primera han sido expuestas como profecías las Epístolas (de Cristo) a las Iglesias del Asia Menor y de todas las épocas, de acuerdo al criterio apuntado por San Agustín, y puesto en uso por muchos, a partir de Nicolás de Lyra en el siglo XIV precedido por el franciscano Alejandro de Bremen en mitad del XIII, y torpemente iniciado por el Abad Joaquín en el XI.
Los que quieren considerar estos capítulos del Apokalypsis como siete billetes pastorales de un hombre que reclama el título de profeta a siete obispos sufragáneos – uno de los cuales, Thyatira, no existía aún – no dañan mucho. Ahora comienza la parte indudablemente para todos profética del librito: "Sube aquí y te mostraré las cosas que han de suceder en adelante", en IV, 1.
Se abre con una visión de lo que llamaban los judíos "la gloria de Dios",  [29]  o sea el Trono de la Deidad rodeado de símbolos majestáticos. Los exegetas han visto pronto en esta visión el reflejo de la famosa de Ezequiel, por la cual el rudo vate del Exilio de Babilonia es enviado por Dios a profetizar; y en efecto está calcada sobre ella; con mayor belleza poética. Lo que pocos han visto es que también está influida por la del Libro de Daniel, capítulo 7, la cual es netamente parusíaca; pues viene luego de la Cuarta Fiera y su transformación en el "Cuerno Pequeño" que en Daniel designa al Anticristo; contra el cual se alza el trono de Dios y viene sobre las nubes del cielo a recibir el poder de su Padre "uno como Hijo del Hombre". Juan ha sustituido simplemente como apelación de Cristo en esta escena "Hijo del Hombre" por "Cordero Occiso y Resurrecto": la redención ya había tenido lugar, y Cristo delante de Caifás ya se había declarado "Hijo del Hombre”.
Esta visión permanece como retrofondo durante todo el curso de la Profecía, marcando su carácter: son los sucesos del mundo a la luz del Gobierno divino.
Después desto vi: Velay una entrada abierta en el cielo - Y la voz primera La que me habló a modo de tuba Me dice: "Asciende aquí y te mostraré Lo que ha de hacerse en adelante" - Y al punto caí en espíritu Y velay una Sede puesta en el cielo Y sobre la Sede un Sedente Y el que sedía, su aspecto Como piedra jaspe y sardón Y el arco iris alrededor la Sede Como con brillo de esmeraldas - Y alrededor la Sede veinticuatro asientos Y sobre los Tronos veinticuatro Ancianos Envueltos en ropajes blancos Y en sus cabezas coronas áureas Y del trono brotaban rayos, voces y truenos Y siete lámparas prendidas ante el Trono Que son los siete espíritus de Dios - Y ante el trono como un mar de cristal Y en medio del trono y alrededor Cuatro animales Llenos de ojos delante y detrás - Y el primer animal como un león Y el segundo animal, como un becerro Y el tercer animal, rostro como de hombre Y el cuarto animal, como águila en vuelo - Y los cuatro anímales, cada uno dellos Seis alas - Y adentro y alrededor, llenos de ojos, Y no cesaban día y noche, diciendo: - "Santo, Santo. Santo El Señor Dios el Pantocrátor El Era el Siendo y el Viniéndose."

Esta denominación ingramatical de Jesucristo (ejemplo de la "grammar of ungrammar" del Apokalypsis que dijo E. W Benson) por ingrata que parezca en castellano, es feliz en su significado: Cristo era y su vida temporal terminó; es, por su resurrección; y la tercera nota, El-que-viene(participio activo en griego) designa su Parusía; y a él llama Juan no solamente Señor y Pantocrátor, sino también Dios; pero su natura humana considera primeramente aquí.


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