El
modernismo es la religión del Anticristo: «El “enciclopedismo” de los
sedicentes “filósofos” del siglo XVIII, o sea el “naturalismo religioso” que
empezó por el “deísmo” y se prolonga en el actual “modernismo”: la peor herejía
que ha existido, pues encierra en su fino fondo la adoración del hombre en
lugar de Dios, la religión del Anticristo». (El Apokalypsis, p.136).
Es
importante retener que las dos bestia la del mar (Anticristo) y la de la Tierra
(Pseudoprofeta) forman el Anticristo completo, ya que las dos bestias son complementarias
entre sí, y se enriquece la visión que podría ser un poco parcial de otro modo,
ayudando además a ver mejor, pues podría darse que la bestia del mar se
consolida en un poder oculto mundial, y la bestia de la tierra por un Antipapa,
al servicio de la otra bestia: «El Anticristo será, pues un Imperio Universal
Laico unido a una Nueva Religión Herética; encarnados ambos en un hombre o quizá
en dos hombres, el Tirano y el Pseudoprofeta». (Cristo ¿Vuelve..., p. 47-48).
San
Juan identifica al Anticristo con el espíritu que disuelve o que divide a Jesús
«spiritus qui solvit Jesum» (I Jn 4,3), esto es, el espíritu de apostasía.
Todo
esto implica una falsa Iglesia, pues donde la religión se pervirtió, los que la
representan son una Iglesia falsa, hasta con un pseudo Papa o Antipapa, que la dirige,
eclipsando la verdadera Iglesia, la de siempre, la siempre fiel a la tradición apostólica
romana, por esto la Salette habla del eclipse de la Iglesia y que Roma perderá
la fe y será la sede del Anticristo; una falsa Iglesia requiere un falso Papa (Antipapa).
«San
Victorino Mártir netamente asevera que la Iglesia será quitada” (“de medio fiet”);
pero eso no significa que será extinguida del todo y absolutamente como lee Domingo
Soto, O.P.; sino su desaparición de la sobre haz de la tierra. Y su vuelta a unas
más oscuras y hórridas catacumbas». (Ibíd. p. 204).
Si se
mira bien esto es en cierto modo un hecho, el culto verdadero ha quedado sepultado,
la misa de siempre ha sido relegada de los templos e iglesias; se cumple lo que
San Jerónimo dice, comentando a Daniel 12,11 donde se refiere a la abolición del
sacrifico perpetuo y a la abominación de la desolación: «Por sacrifico perpetuo
entienden aquí los Padres con San Jerónimo, el de la Eucaristía, y todo el
culto solemne, que ninguno osará ofrecer públicamente». (Felipe Scio).
Tal
como hoy acontece, nadie se atreve a decir la Santa Misa de siempre salvo unos poquísimos
sacerdotes fieles a la Tradición de la Iglesia.
La
Iglesia quitada, es decir, eclipsada, en el sentido como explica el P.
Castellani al referirse a la vuelta de Cristo y a la perdida de la fe: «…porque
fe habrá, aunque sean pocos y perseguidos en los últimos tiempos. Pero la fe en
este sentido, 7
significa
la fe organizada, es decir la Iglesia. La iglesia dice el teólogo Domingo Soto será
quitada del medio». (Catecismo para Adultos, ed. Patria Grande, Buenos Aires 1979,
p.36).
«En
todas las naciones hay grandes catedráticos de la AntiIglesia, voceros potentes
de la impiedad». (Castellani, Los Papeles de Benjamín Benavides, ed. Dictio Buenos
Aires 1978, p. 266).
La
AntiIglesia es la que persigue y eclipsa a la Iglesia, pues no la puede
totalmente destruir, gracias a la promesa las puertas del infierno no
prevalecerán, ya que siempre habrá un pequeño rebaño.
La
posibilidad de un antipapa o falso Papa por haber perdido la fe en connivencia con
el hombre y el mundo no es algo absurdo, ni contra la fe, como algunos equivocadamente
piensan o creen. Claro está que un antipapa no es algo nuevo en la historia de
la Iglesia, ha habido al menos unos cuarenta y el primer antipapa
terminó
muriendo mártir, y fue San Hipólito Mártir. Además en nada afecta a la fe ni a
la institución divina de la Iglesia un antipapa, pues queda siempre a salvo la institución
del Papado, pues los Papas nacen y mueren, pero el Papado y la Iglesia nacen
pero no mueren a lo largo de la historia. El error de Lutero fue aplicarle al Papado
lo que las Escrituras decían del Anticristo, otra cosa es que un Papa por un misterio
de iniquidad claudique en la fe convierta a Roma en sede del Anticristo y se
haga un Anticristo, como la Bestia de la Tierra o Pseudoprofeta: «La segunda bestia,
una fiera que surge de la tierra como la otra surgió del mar, es decir, de la Iglesia
en contraposición al mundo; la cual aunque habla como dragón “tiene dos cuernos
semejantes al Cordero”. Esta bestia es la que “actúa” y reduce a la práctica, es
decir, ritualiza todo el poder de la otra, dice el Profeta. (...) Esta bestia
es pues evidentemente un movimiento religioso, una herejía parecida al
Cristianismo, la última herejía, la más nefanda y sutil de todas, la adoración
del hombre; en carnada en un genio religioso, una especie de inmenso Lutero,
Focio, o Mahoma.
Quizá
sea un antipapa y los dos cuernos signifiquen la mitra episcopal no lo sabemos».
(Ibíd. p.297).
«
¿Será el reinado de un Antipapa, o Papa falso?» se pregunta nuevamente el P. Castellani,
(Cristo ¿Vuelve o no Vuelve?, ed. Dictio, Buenos Aires 1976 p.29).
Nada
más judaizante como señala el P. Castellani, que esperar un triunfo de la Iglesia
sin la Parusía y lamentablemente es la opinión de muchos hoy en día: « pero ¿qué
cosa más judaizante que esperar un gran triunfo terreno de la Iglesia antes de la
segunda venida de Cristo?». (El Apokalypsis, p. 87).
Igualmente
de judaizante es el Ecumenismo: «El punto focal (...) no es otro que esa unificación
triunfal el universo (...) la gran fusión de los pueblos en uno y del advenimiento
natural de la Restauración Ecuménica. (...) Todo lo que es internacional es de
esencia religiosa. (...) Decir esto es decir que todo lo que hoy día es internacional,
o es católico o es judaico. Son las dos únicas religiones universales. La
masonería es una invención judaica, el islamismo es una herejía judaica».
(Cristo ¿Vuelve... , p.289).
«Hoy
día, todo lo que es internacional, si no es católico es judío, incluso la francmasonería».
(Ibíd. p. 150). «Si admitimos que la pacificación de la Humanidad en una gran
familia es un asunto religioso, no quedan para realizarlo sino dos religiones
que son internacionales: la Iglesia Católica y la Anti-Iglesia, o sea la
Sinagoga. La Iglesia es internacional por divina vocación. La Sinagoga es internacional
por divina maldición. La Iglesia y la Sinagoga representan las dos
Concreciones
más fuertes y focales del sentimiento religioso que existen en el mundo. (...)
Todas las demás religiones jerárquicas existentes son herejías de estas dos: el
mahometismo es una herejía judaica, el protestantismo es una herejía cristiana.
Las religiones panteístas del oriente son formas del paganismo, constituyen el
sentimiento religioso informe que no ha llegado a realizarse en sociedad
religiosa. (...) El bolchevismo tiene raíz judaica, es mesiánico, anticristiano
y profetal, y por tanto está en el plano religioso. El ateísmo ruso está informado
de un oscuro soplo religioso. Es una forma provisional, representa una etapa,
la etapa de la lucha contra las religiones trascendentes. El mismo es una religión
inmanente, la religión del hombre divinizado, el reverso del misterio de la encarnación,
el Misterio de niquidad de que hablo San Pablo...». (Ibíd. p. 151-152).
«La
naturaleza del comunismo es religiosa y no solamente política. Es una herejía cristiano
judaica. Del cristianismo descompuesto en protestantismo tomó Marx la idea
obsesiva de justicia social, que no es sino la primera bienaventuranza vuelta loca,
vaciada de su contenido sobrenatural: los pobres deben reinar aquí, reinar políticamente
por el mero hecho de ser pobres, como los santos de Oliver Cromwell. Pero el
elemento formal de la herejía es judaico: es el mesianismo exasperado y
temporal que constituye el fondo amargo de la inmensa alma del Israel deicida a
través de los siglos: Construiremos con la fuerza, con la astucia y con la
religiosidad unidas un Reino Temporal del Proletariado, que será el Paraíso en
la Tierra. Para eso destruiremos primero todo el orden existente, incurablemente
inficionado por el mal». (Ibíd. p. 205).
«El
comunismo no es un partido; el comunismo es una herejía. Es una de las tres Ranas
expelidas por la boca del diablo en los últimos tiempos, que no son otros que los
nuestros. Las otras dos ranas, herejías palabreras que repiten siempre la misma
canturria y se han convertido en guías de los reyes, es decir, en poderes
políticos, son el catolicismo liberal y el modernismo. Estas tres herejías se
van a unir por las colas, (cosa admirable, dado que las ranas no tienen cola)
contra lo que va quedando de la Iglesia de Cristo, un día que quizá no está
lejano». (Ibíd. p. 204).
«El
cuá-cuá del liberalismo es “libertad, libertad, libertad”; el cuá – cuá del comunismo
es “Justicia social”; el cuá-cuá del modernismo, de donde nacieron los otros y
los reunirá un día, podríamos asignarle éste: “Paraíso en Tierra; Dios es el Hombre;
el hombre es dios”. ¿Y la “democracia”? Es el coro de las tres juntas: democracia
política, democracia social y democracia religiosa: Demó –cantaba la rana,
craciá- debajo del río». (Los Papeles, p. 46). La democracia, como lo definió magistral
e insuperablemente Nicolás Gómez Dávila, es una religión antropoteísta, no lo
olvidemos.
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