ACUÉRDATE QUE NO TIENES MAS DE UN ALMA
¡TU QUE HOY ME HAZ HECHO LA CARIDAD DE LEER ESTA PAGINA, PIENSA QUE MAS BIEN TE PUEDE SER DE GRAN PROVECHO PARA TU ALMA AUNQUE DUELA SU CONTENIDO!
110.- Mira ¡qué presto se mueren los que nacieron, cuán
pocos llegan agrandes, cuántos son cortados en flor, como dicen, o en agraz, cuántos encontraron con su fin cuando empezaban a vivir! El mozo súbitamente se hace viejo, admirándose él de sí mismo, y dice que parece que nació ayer y el viejo muere sin apelación.
111.- Vuelve tú los ojos a lo
pasado, y, por muchos años que tengas, mira qué tanto te parece que has vivido, y juzgarás que apenas has empezado, y por ventura estás al fin de la jornada.
112.- Abre los ojos y mira cómo
se pasaron los Sabios, los Reyes, los Monarcas, los grandes Capitanes, los Pontífices, los Obispos, los ricos y grandes señores. Pasó la farsa de su vida, como sueño, acabóse la comedia, y todos quedaron iguales, salvo que ellos llevaron más de que dar cuenta, porque hicieron papeles de más monta; pero, al fin, todo pasó como el viento; sus dignidades y riquezas poseen otros, y ellos están allá en lo eterno, con buena o mala suerte según obraron.
113.- Pregúntales qué sienten de
todo esto, qué aprecio tienen ahora de los bienes caducos de este mundo, porque tanto afanaron cuando estaban acá, qué dicen de las honras, hidalguías, hábitos e informaciones de linajes, ¿qué de los tesoros de las Indias?
114.- Oye lo que responden;
porque; si están en el cielo, todo lo aprecian por estiércol, como el Apóstol San Pablo, y a vista de aquella luz inaccesible conocen su vanidad y lo estiman en nada.
Y, si por desgracia, cayeron en el infierno, allí es el lamentarse y llamarse a engaño, confesando con la fuerza de los tormentos la vanidad de todo lo criado, pues ninguna cosa, ni todas juntas, pudieron satisfacer su apetito, y ahora carecen de todo porque los desamparó
cuando más lo necesitaban, y, aunque lo tuvieran, no les aprovechara nada.
115.- Porque en el infierno ni
apagan la sed las bebidas de acá ni satisfacen el hambre los manjares, ni deleitan las músicas, ni abrigan los vestidos, ni refrigera el agua, ni honran los aplausos, ni alivian los placeres mundanos, ni el oro enriquece, ni hay cosa que pueda aprovechar a un condenado.
116.- Oye lo que dice el Sabio
que oyó a los que allí padecían: "dijeron en el Infierno los que pecaron, cuando vieron a los justos sentados al lado de DIOS: ¡Ay, desdichados de
nosotros, y cómo erramos el camino de la verdad! Ciegos anduvimos y sin luz, en balde nos fatigamos, afanando y caminando por caminos difíciles, dejando el verdadero del Señor. ¿Qué nos aprovechó la soberbia? ¿Qué la opulencia de las riquezas, que con tanto trabajo acaudalamos? TODO PASO COMO SOMBRA, y
ahora nos hallamos burlados. Desde que: nacimos empezamos a morir, y en un punto se acabó nuestro ser, y ahora penamos para siempre.
Luego ERRAMOS EL CAMINODE LA VERDAD..."
Luego ERRAMOS EL CAMINODE LA VERDAD..."
117.- Esto dijeron, pero
tarde, porque no les dieron lugar de corregirse, y de tomar el buen camino, dejando el malo y errado. Y pues DIOS te le da a ti, escarmienta en su cabeza, cree siquiera a los que van delante y son de la misma naturaleza que tú,y muda la vida, enderezando tus pasos a la eterna. TODO PASO
COMO SOMBRA.
118.:- Desde que empieza el
hombre a nacer empieza a morir: de la cuna a la sepultura, dice Job; y, por tanto, no estribes en cosa tan flaca, ni pierdas la vida eterna por la que es tan breve y quebradiza.
CONFIRMASE ESTA VERDAD CON AUTORIDAD DE LA
SAGRADA ESCRITURA Y DE LOS SANTOS.
119. Sea la primera de S. Juan
Crisóstomo, el cual dice que Santiago llamó rueda a nuestra vida, porque no para un punto y corre a su fin con suma diligencia; siempre vas rodando a tu fin, como la rueda a su centro, impelida de su propio natural. Advierte con la priesa que te llevan, pues no te dejan parar un solo instante, y cuando te pones a dormir, o descansar, vas caminando al morir.
120.- Cuando el demonio tentó a CRISTO, dice S. Lucas
que le mostró todos los reinos del mundo en un instante de tiempo; y, como advirtió S. Ambrosio, anduvo sagaz, porque, si espera a más, no pudiera mostrarle nada; porque es tan breve su duración, y tan inconstante su ser, que no dura un momento: apenas son, cuando no son, y apenas se empiezan, cuando se acaban; y esto poco que hay de vida tan mal seguro, y con tantos y tan continuos sobresaltos, que no sé quién la pueda apetecer, 121.- Bien dicha estuvo, según S. Gregario, aquellas
sentencia de CRISTO: ¿qué le aprovecha al
hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma? porque, aunque gane todo el Orbe, y posea
cuanto hay descubierto, no hay tiempo para gozarlo, Porque, pregunto, ¿cuándo lo ha de gozar? ¿Después de muerto? NO, porque todo se queda acá. ¿En esta vida? Tampoco, porque es un soplo y un instante.
122.- Lo pasado ya pasó, el tiempo futuro no ha llegado, el presente es un momento, y ése incierto; ¿cuándo lo ha de gozar? Pues, ¿qué le aprovecha haberlo adquirido? ¡Oh locura de los hijos
de Adán, engañados con lo presente, y olvidados de lo por venir! Pluguiera a DIOS abrieran
los ojos, y conocieran la fragilidad y engaño de lo presente, y previnieran lo futuro y eterno que está por venir.
123.- Pon los ojos en Alejandro, que poseyó todo el
mundo, de quien dice la Escritura que dio un estampido en todo el Orbe: ET SILUIT OMNIS TERRA: y enmudeció toda la tierra delante de él. Pues bien, a los 30 años le dio una calentura y murió, como los demás hombres; enterráronle y pudriáse y fue comido de gusanos; sus reinos poseyeron otros, y pasó como un viento, o como una voz que en sonando da fin.
124.- Esto tienen los grandes Monarcas, los más ilustres;
todo pasa como el viento cuanto hay en este mundo. Pues
¿qué locura es perder, por gozarle lo eterno? Si eres viejo, estás con un pie en la huesa sentenciado sin apelación a la muerte.
125.- Si eres mozo, no tienes seguridad, y todas las riquezas de tu mayorazgo se fundan en una pared de tierra, que por momentos se va desmoronando, y siempre amenaza ruina. ¿Cómo, pues te aseguras sobre tan débil cimiento? ¿Cómo no previenes lo que te puede suceder, que es caerse al mejor tiempo? ¿Por qué no buscas 10 eterno, que nunca puede faltar? 126.- Acuérdate de aquella estatua, que vio en
sueños. el Rey Nabucodonosor, que fue un jeroglífico de los imperios de la tierra, fabricada de todos sus metales, oro, plata, cobre, hierro, y los pies solos de barro, y una china, que se desgajó del monte sin manos, deshizo toda su fábrica y la convirtió en polvo Tal es el fundamento sobre que estriban las Monarquías del mundo, tal su inconstancia, que todas son como soñadas, y una Sola china que dé en el fundamento de tierra de este cuerpo basta para derribadas.
127.- Preguntó Teodoreto por qué
razón permitió DIOS que muriese Abel primero que Adán y que Caín, que
habían nacido primero, y respondió sabiamente: para publicar desde
luego que esto del morir no va por antigüedad, sino que tan presto va el mozo como el viejo, porque ninguno se asegure, y todos estén preparados para lo que les sucediere.
128:- Dos visiones vio S. Juan no fáciles de hermanar:
una de un Ángel labriego con una hoz en la mano, a quien otro le
ordenó: echa tu hoz a la mies, que ya está para
segarse madura. Otra de otro viñador, con una podadera aguda en la mano, a quien dijo vendimiase las viñas, porque estaban ya maduras las uvas.
129.-
Dime, ahora, ¿quién no ve la dificultad de estas sentencias, y que naturalmente es imposible se verifiquen como se pronunciaron? Porque la mies madura por junio, y las uvas para la vendimia por Septiembre, y cuando la mies está blanca y en sazón las uvas están en agraz y muchas veces en flor. ¿Cómo, pues dice el Ángel que vendimie, porque ya es tiempo de coger las uvas, cuando es de segar la mies?
130.- Porque en la casa de DIOS no se atiende a las leyes ordinarias de la tierra, sino que tan presto echa la hoz al mozo, que está en flor y al mancebo, que empieza a madurar, como al viejo cano y seca como mies que se cae de puro madura.
131.-
No quiere DIOS que se asegure nadie, ni que piense que tiene larga vida, sino que sepan todos que es breve e
incierta, y que anden siempre la barba sobre el hombro, dispuestos para la partida, y a punto para cuando venga el Señor, libres de todos los afectos del mundo, ceñidos con su voluntad, y con luces de santas obras en las manos.
13Z.-
Resumiendo, pues, lo dicho saquemos la última conclusión.
Supuesto que no tienes más que una vida, y esta vida es tan breve, aun cuando en los más robustos llegara a 80 años, y que este soplo de vida pasa tan ligeramente, que no hay vuelo que le alcance, y, lo que es más es, tan lleno de miserias, que más es pena que gozo, y tan incierto, como has visto, pues no tienes un instante seguro, y en gastarla bien te va la vida eterna, la última consecuencia es que desprecies el mundo, portándote como huésped y peregrino en la tierra, que busques el cielo y tomes el camino derecho de la virtud para llegar a él y ser coronado en la gloria...TANTO APROVECHARAS CUANTO MAS FUERZA TE HICIERES.
Supuesto que no tienes más que una vida, y esta vida es tan breve, aun cuando en los más robustos llegara a 80 años, y que este soplo de vida pasa tan ligeramente, que no hay vuelo que le alcance, y, lo que es más es, tan lleno de miserias, que más es pena que gozo, y tan incierto, como has visto, pues no tienes un instante seguro, y en gastarla bien te va la vida eterna, la última consecuencia es que desprecies el mundo, portándote como huésped y peregrino en la tierra, que busques el cielo y tomes el camino derecho de la virtud para llegar a él y ser coronado en la gloria...TANTO APROVECHARAS CUANTO MAS FUERZA TE HICIERES.
133.- Estímulo es tan vivo la
memoria de la cuenta estrecha que hemos de dar a DIOS, y el rigor del juicio que esperamos, que hace despertar a los pecadores más dormidos, y afervorizar a los más espirituales en el servicio de DIOS.
134.- NO SE ACABA TODO CON MORIR, sino que después ha de haber cuenta, cargos y descargos, acusación y sentencia.
Porque después de esta vida hay otra, la cual empieza por juicio.
Todos, dice S. Pablo, sin exceptuar a ninguno, conviene que seamos presentados en el Tribunal de CRISTO para que demos cuentas de nuestras vidas, y reciba cada uno la sentencia; conforme a lo bueno o malo que hubiere hecho. De manera que tú y yo, y todos los mortales, hemos de vemos en aquel Tribunal, acusados de nuestras culpas, sin más abogado ni defensor que nuestras obras, esperando la sentencia en que no va menos que la salvación o la condenación eterna.
Porque después de esta vida hay otra, la cual empieza por juicio.
Todos, dice S. Pablo, sin exceptuar a ninguno, conviene que seamos presentados en el Tribunal de CRISTO para que demos cuentas de nuestras vidas, y reciba cada uno la sentencia; conforme a lo bueno o malo que hubiere hecho. De manera que tú y yo, y todos los mortales, hemos de vemos en aquel Tribunal, acusados de nuestras culpas, sin más abogado ni defensor que nuestras obras, esperando la sentencia en que no va menos que la salvación o la condenación eterna.
SALVA TU ALMA
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