¿Por qué teméis, hombres de poca fe? CUARTO DOMINGO DESPUES DE EPIFANIA |
MISA
INTROITO
Adorad a Dios, todos
sus Ángeles: lo oyó y se alegró Sión: y se gozaron las hijas de Judá. Salmo:
El Señor reinó, regocíjese la tierra: alégrense todas las Islas. — J.
Gloria al Padre.
ORACION
Oh Dios, que sabes que, a causa de la flaqueza humana, no podemos subsistir entre tantos peligros como nos rodean: danos la salud del alma y del cuerpo; para que, con tu ayuda, venzamos lo que padecemos por nuestros pecados. Por el Señor.
Oh Dios, que sabes que, a causa de la flaqueza humana, no podemos subsistir entre tantos peligros como nos rodean: danos la salud del alma y del cuerpo; para que, con tu ayuda, venzamos lo que padecemos por nuestros pecados. Por el Señor.
EPISTOLA
Lección de la Epístola del Apóstol San Pablo, a los Romanos. (XIII, 8 10.)
Lección de la Epístola del Apóstol San Pablo, a los Romanos. (XIII, 8 10.)
Hermanos: No
debáis nada a nadie, sino es el amaros mutuamente; pues, el que ama al prójimo,
cumple la Ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no robarás, no levantarás
falso testimonio, no codiciarás, y todo otro cualquier mandamiento se encierra
en esta sola palabra: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor del prójimo
no obra el mal. Por eso, la plenitud de la Ley es el amor. No deja la Santa Iglesia de
exhortar a los fieles, por boca del Apóstol a la práctica de la caridad mutua,
en este tiempo en que el mismo Hijo de Dios ha dado tan manifiestas pruebas de
su amor para con los hombres, tomando su propia naturaleza. El Emmanuel viene a nosotros como Legislador; ahora
bien, toda su ley la h a resumido en el amor; ha venido a unir lo que el pecado
habla desunido. Sintamos como El, y cumplamos de corazón la ley que nos impone.
GRADUAL
Señor, las gentes temerán tu nombre, y todos los reyes de la tierra tu gloria. — J. Porque el Señor ha edificado a Sión: y será visto en su majestad.
Señor, las gentes temerán tu nombre, y todos los reyes de la tierra tu gloria. — J. Porque el Señor ha edificado a Sión: y será visto en su majestad.
ALELUYA
Aleluya,
aleluya. — J. El Señor reinó, regocíjese la tierra: alégrense todas las Islas.
Aleluya.
EVANGELIO
Continuación del santo Evangelio según
San Mateo. (VIII, 23-27.)
En
aquel tiempo, subiendo Jesús a la barca, le siguieron sus discípulos. Y he aquí
que un gran movimiento se apoderó del mar; tanto, que la barquilla era cubierta
por las olas. El, sin embargo, dormía. Y se acercaron a El sus discípulos, y le
despertaron, diciendo: Señor, sálvanos, que perecemos. Y les dijo Jesús: ¿Por qué
teméis, hombres de poca fe? Levantándose entonces, imperó a los vientos y al
mar, y se hizo una gran tranquilidad. Y los hombres se admiraron diciendo:
¿Quién es este que hasta los vientos y el mar le obedecen? Adoremos el poder del Emmanuel que
ha venido a calmar la tempestad en la que iba a perecer el género humano. Todas
las generaciones habían clamado a él en su angustia, gritando: ¡Sálvanos,
Señor; que perecemos! Cuando llegó la plenitud de los tiempos, salió
El de su quietud, y no tuvo más que mandar, para aniquilar la fuerza de
nuestros enemigos. La malicia de los demonios, las tinieblas de la idolatría,
la corrupción pagana, todo cedió ante su presencia. Unos tras otros se fueron
convirtiendo a El todos los pueblos: desde el fondo de su ceguera y de sus
miserias, dijeron: ¿Quién es ese ante quien ninguna fuerza resiste? Y abrazaron
su ley. Con frecuencia aparece en los Anales de la Iglesia, esa fortaleza del
Emmanuel que hace desaparecer los obstáculos, aun en momentos en que los hombres
se alarman por su aparente tranquilidad. ¡Cuántas voces escogió, para salvarlo
todo, el momento en que los hombres lo creían todo perdido! Lo mismo ocurre en
la vida del cristiano. A veces no perturban las tentaciones, se diría que
quieren anegarnos las olas y a pesar de todo, nuestra voluntad permanece unida
fuertemente a Dios. Es que Jesús duerme en el fondo de nuestra barquilla, y nos
protege con su sueño. Cuando le despiertan nuestras súplicas, es ya para
proclamar su triunfo y el nuestro, porque para entonces ha vencido y nosotros
con El.
OFERTORIO
La diestra del Señor ejerció su poder: la diestra del Señor me ha exaltado: no moriré, antes viviré, y contaré las obras del Señor.
La diestra del Señor ejerció su poder: la diestra del Señor me ha exaltado: no moriré, antes viviré, y contaré las obras del Señor.
SECRETA
Suplicamoste, oh Dios omnipotente, hagas que el don ofrecido de este Sacrificio, purifique siempre y defienda de todo mal a nuestra fragilidad. Por el Señor.
Suplicamoste, oh Dios omnipotente, hagas que el don ofrecido de este Sacrificio, purifique siempre y defienda de todo mal a nuestra fragilidad. Por el Señor.
COMUNION
Se admiraban todos de las palabras que salían de la boca de Dios.
Se admiraban todos de las palabras que salían de la boca de Dios.
POSCOMUNION
Haz, Señor, que tus dones nos liberten de los deleites terrenos, y nos restauren siempre con alimentos celestiales. Por el Señor.
Haz, Señor, que tus dones nos liberten de los deleites terrenos, y nos restauren siempre con alimentos celestiales. Por el Señor.
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