DE LA CIRCUNCISIÓN DEL
SEÑOR
La circuncisión del Señor tuvo valor en su
lugar y tiempo, pero ya no hay lugar para la antigüedad de la circuncisión; de
donde así como la novedad de la gracia se ordena a tres tiempos diferentes, del
mismo modo la antigüedad de la ley se refería a tres tiempos diferentes, pues
hubo tiempo de circuncisión instituida, cumplida y prohibida; conforme a esto
también hubo tres tiempos de la novedad de la gracia, a saber, el de la novedad
prometida, manifestada y publicada: el primero antes de la venida, el segundo
en la venida y el tercero después de la venida.
El tiempo de la circuncisión instituido fue
desde Abrahán hasta Cristo: por eso se dice en el Génesis: “Estará mi pacto en vuestra carne para la alianza eterna, todo varón de
entre vosotros será circuncidado. El varón que no hubiera sido circuncidado en
la carne de su prepucio, será raída aquella alma de su pueblo, porque invalido
mi pacto”. (Gen. 17, 13) Pero en este tiempo se prometía la novedad de la
gracia triforme conforme a la correspondencia de la figura y de lo figurado.
Porque se daba la circuncisión en pacto, en remedio y en señal. En pacto cuando
dijo: “Estará mi pacto en vuestra carne en
señal, por lo que ahí se dice: “Sera
señal de alianza entre mi y vosotros; y en remedio, por lo que se añade: “El varón que no hubiera sido circuncidado
en la carne de su prepucio, etc.
Conforme a esto se prometió en el tiempo de la
ley la novedad del Testamento, la novedad del don gratuito y la novedad del
premio eterno. En la antigua ley se prometía la novedad del testamento; por
esto dice Jeremías: “He aquí que vendrá
el tiempo, dice el Señor, y hare una nueva alianza con la casa de Israel y con
la casa de Judá: no según el pacto que hice con sus padres de ellos; y
luego: “Pondré mi ley en las entrañas de
ellos y la inscribiré en sus corazones”. Pero el cumplimiento de esta
novedad no sucedió en el tiempo de la ley. De aquí que el Apóstol, en el capítulo
8 a los Hebreos, prueba, por esta autoridad, que las cosas legales cesaron;
porque “consumare sobre la casa de Israel
y sobre la casa de Judá un testamento nuevo. Y aquí fue prometida la
novedad del don gratuito; por esto leemos en Ezequiel: “Derramare sobre vosotros agua pura y os purificareis de todas vuestras
inmundicias”. Esta promesa se hizo en el tiempo de la ley antigua, pero se
cumplió en la nueva ley, por eso sigue el profeta Ezequiel: “Quitare el corazón de piedra de vuestras
carnes, y os daré un corazón de carne”. Los judíos tuvieron corazón duro;
por eso les fue dada la ley escrita en tablas de piedra; por eso a nosotros se
nos ha dado la ley escrita en corazones de carne; de donde la ley antigua fue
dada para ablandar los corazones duros, pero la nueva se ha dado para iluminar
por medio de la gracia. También se prometió en el Antiguo Testamento la novedad
del premio eterno, por esto se lee en Isaías:
“Como los cielos nuevos y la tierra nueva así subsistirá vuestra posteridad”.
Esta renovación del cielo y la tierra se cumplirá después del juicio; por ello
en el Apocalipsis, capitulo 21, se dice: “Vi
un cielo nuevo y una tierra nueva”. Esto se prometía en el Antiguo Testamento
y esto significaba la circuncisión y por lo tanto era como pacto, y como
remedio y por eso duro hasta que llegara la verdad y entonces ceso. Por lo cual
se dice en el Levítico: “Comeréis lo más
añejo de lo añejo y sobreviniendo lo nuevo desechareis lo añejo”. Los
antiguos sacramentos, prometiendo y figurando la introducción de los nuevos,
precedían al mismo tiempo su cesación y abolición de la ley antigua; y eso
porque corren paralelamente la institución de la figura y la promesa de la
novedad de la gracia.
En segundo lugar estuvo el tiempo de la circuncisión
cumplida, por eso dice el Apóstol a los Romanos, cap., 15: “Digo, pues, que Jesucristo fue ministro de la circuncisión por la
verdad de Dios para confirmar la verdad de los padres”. A tal fin recibió
Cristo la circuncisión en su carne, para cumplir lo que varias veces fue
prometido a los Padres, y eso porque en El y por El fue introducida y
manifestada la novedad. Sin embargo dice el Eclesiástico: “No hay cosa nueva debajo del sol”. Esto es verdad antes de la
venida de Cristo, pero después de su venida es falso, porque su nacimiento era
nuevo, nació de modo nuevo y de modo nuevo fue nombrado. Pues fue concebido
fuera de la concupiscencia, nació sobre las leyes naturales y se le dio el
nombre según la predestinación eterna, por eso se dice el Jeremías: “El señor ha hecho una cosa nueva sobre la
tierra; una mujer encerrara dentro de si al hombre”. Porque todas las otras
mujeres concebían con concupiscencia, pero la bienaventurada Virgen concibió a
Cristo sin varón y sin concupiscencia; y así empezó la novedad y con ella fue
restituida la perfecta inocencia. También nació de un modo nuevo, esto es,
sobre las leyes naturales, pues salió cerrada la puerta. “Pareció a los judíos que les nacía una nueva luz, gozo, honor y
festejos, en todos los pueblos. Nueva luz, porque en el nacimiento Cristo
es comparado a la luz, pues así como la luz accesible pasa sin corromperse, así
Cristo salió cerrada la puerta y como el sol naciente alumbra todo el mundo, así
Cristo en su nacimiento ilumino todo el mundo.
Por esto, pues, Cristo quiso ser circuncidado y
ser llamado de un modo nuevo con un nombre nuevo, para que, manifestada la
novedad de la gracia, diera cumplimiento y acabara el poder de la figura, o sea
la circuncisión hecha a mano; porque Cristo quitando lo antiguo del pecado,
introdujo la novedad de las virtudes, y, por consiguiente, el tiempo de la
gracia manifestada corre paralelo con el tiempo de la circuncisión cumplida.
Lo tercero fue lo de la circuncisión abolida
sobre lo cual se lee en la carta a los Gálatas, cap.5: “Mirad que yo pablo, os digo que si os circuncidáis, Cristo no os
aprovecha para nada”. Ante los Romanos (cap. 2) “La circuncisión aprovecha si guardares la ley” donde pareciera que
el Apóstol se contradice, pues aquí niega lo que allí afirma. Pero esta clara
la solución de esta dificultad, porque al decir que la circuncisión vale si se
guarda la ley, habla según el estado de la circuncisión manifestada y al decir:
“Si os circuncidáis nos os aprovechara
nada…” habla el estado de la circuncisión cumplida, la cual fue publicada
por los documentos de los apóstoles, y esto cuando se podía decir: “El sonido de ellos se ha divulgado por toda
la tierra. Y da la razón de esto diciendo: “Porque en Jesucristo ni la circuncisión vale algo ni el prepucio,
sino la fe que obra por la caridad”. Y por este motivo abolía la circuncisión,
porque ya era tiemplo de publicar la gracia, que libraba al hombre de la
servidumbre de la ley antigua, según se dice en la epístola a los Romanos: “Desobligados estamos de la ley muerta, a
la cual estábamos sujetos, para que sirvamos en la novedad de espíritu, y no en
antigüedad de la letra. Porque la antigüedad de la letra hace esclavos y la
novedad del espíritu hace libres por cuya razón dice a los Romanos cap. 8: “Pues no habéis recibido el espíritu de la
servidumbre para estar otra vez con temor, sino que habéis recibido el espíritu
de adopción de hijos, por el cual clamamos Abba esto es Padre”. Por la
publicación de la novedad de la gracia de Cristo se desposo con una nueva
mujer, hizo nuevo banquete nupcial y engendro nueva descendencia.
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