SAN SOFRONIO
ANTE EL DILEMA CAPITAL DE OBEDECER AL PAPA, PERMITIENDO EL TRIUNFO DE LA
HEREJIA O DEFENDER LA ORTODOXIA, DESOBEDECIENDO AL PAPA.
En
esta segunda carta el Papa daba definitivamente el triunfo a los herejes y
ordenaba una vez más a San Sofronio guardar silencio, dicha carta en el santo,
como es natural los más terribles conflictos en su conciencia. Por una parte,
si por defender la verdad revelada por Dios y la verdadera doctrina de la
Iglesia, desobedecía al Papa, podría quebrantar la fe y la confianza en el
Primado de Pedro, además, desobedeciendo al Papa podría poner en peligro el
principio de la autoridad en la Iglesia y sentaba un precedente, que podría
conducir a la anarquía y al desastre. Pero, por otra parte, si por evitar tan
grandes males, obedecía al Papa, traicionando a Cristo y a la verdad revelada,
esto conduciría al desastre total de la Santa Iglesia, ya que en estos momentos,
los únicos portavoces y defensores de la verdadera doctrina, eran San Sofronio
y los pocos que aun le seguían. (El texto anterior nos pone ante una
realidad que en la actualidad nos vemos constreñidos a meditar y analizar, con
la luz del Espíritu Santo, la situación en la cual Nuestro Señor Jesucristo nos
pone en estos momentos de la Iglesia. A mi humilde forma de ver San Sofronio
nos ahorra mucho terreno en el tema, pues esta situación de la actual Iglesia
modernista nos es más clara que en los tiempos de San Sofronio. Las mismas
razones que lo llevaron a tomar tan dura decisión son, por fortuna las que
nosotros debemos hacer nuestras sin resquemores de ninguna índole, sin ninguna
reserva alguna de nuestra parte y sin temor a errar recordando aquellas
memorables palabras de nuestro amado Redentor: “Todo el que me niegue en la tierra Yo lo negare en el cielo y todo el
que me confesare en la tierra Yo confesare en el cielo” es como si dijera
en otras palabras: Todo el que me defendiere en la tierra, hiciere lo mismo con
mi doctrina y luchare por los derechos de mi casta Esposa la Iglesia Yo hare
otro tanto y aun mas por él en el cielo. San Ambrosio, San Atanasio entre otros
tantos nos enseñaron junto con San
Sofronio que primero esta Dios antes que los hombres por muy altos cargos que
estos tengan dentro de la Iglesia y todo esto porque el mismo apóstol San
Pedro amenazado por el pontífice Caifás contesto con sencillez y simplicidad: “Es preciso obedecer a Dios antes que a los
hombre” Demostrando con ello que los derechos y autoridad de Dios son
superiores a los derechos de los hombres y su autoridad. Por último Mons.
Lefebvre como Mons. De Castro Mayer, ¿acaso no hicieron lo mismo que sus
antecesores? No prefirieron la reprobación de las autoridades Romanas
modernistas, la critica amenazante del mundo y sus secuaces y hasta la traición
de sus mismos discípulos? Basta recordar triste entrega de la obra de Mons. De
Castro Mayer (asociación pía San Juan
María Vianey entregada por don Rifan, hombre de confianza de Monseñor) a
Roma de parte de quien en ellos confiaba, este mismo camino que sigue la
Fraternidad San Pío X, sigamos con San Sofronio.) Ante terrible disyuntiva, San Sofronio opto por la que el considero el
menor mal, o sea, DESOBEDECER AL PAPA Y ENFRENTARSE A EL, para defender la
ortodoxia, en contra de la herejía y salvar así a la Santa Iglesia de la
catástrofe que sobre ella se cernía.
La
Iglesia Católica posteriormente dio su juicio definitivo sobre la decisión que
San Sofronio tomo ante la disyuntiva a la que fue sometido, ya que, por una
parte, lo canonizo, mientras que por otra, fulmino un terrible anatema en
contra del Papa Honorio I, contra los Patriarcas y Obispos que encabezaban la
herejía. Además al elevar a los altares a San Sofronio, santifico su REVELDIA
en contra de un Papa y un episcopado mundial que habían faltado gravemente a
sus deberes de sostener y defender la verdadera fe, sentando así un precedente
que servirá de norma de conducta a los clérigos y seglares que, con el devenir
de los siglos, se encuentren ante UNA SITUACION SEMEJANTE, ANTE EL TERRIBLE
DILEMA (Estoy
firmemente convencido que esta situación de SANTA REVELDIA enarbolada por los
dos grandes Obispos fue justa y necesaria, como también la posición nuestra
debe ser firme teniendo como fundamento mediato el ejemplo que nos legaron
estos dos grandes defensores de la Verdad y la Doctrina de Nuestro Señor. En
nuestros momentos de flaqueza, de duda y de incertidumbre miremos a estas dos
grandes lumbreras que, desde su nada, con tan solo la confianza en la
Providencia Divina hicieron frente a los Papas de su tiempo y al los
episcopados de todo el mundo. Su ejemplo y valentía nos debe dar fuerza para
continuar la lucha santa que ellos empezaron y preferir, como ellos, a morir
“excomulgado” por esta Roma modernista antes que traicionar la causa de Cristo
nuestro redentor. Conozco a un sacerdote que tuvo la valentía de decir ante uno
de los Obispos consagrados por Monseñor Lefebvre que: “Prefería seguir
“excomulgado” antes que aceptar la propuestas de la Roma modernista”, recemos
por él para que permanezca firme si esta con aquellos que dijeron NO A LOS
ACUERDOS) Y cuando esta toque a nuestras
puertas recordemos que en una situación semejante, excepcional y extraordinaria
San Sofronio se enfrento a ella; ya que en SITUACIONES NORMALES, todos los
católicos, sacerdotes y seglares, debemos obediencia al Papa y a los Obispos,
como sucesores respectivamente de San Pedro y de los Apóstoles, en todo aquello
en que Cristo les dio potestad para atar y desatar.
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