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miércoles, 19 de octubre de 2016

Los Novísimos o postrimerías del hombre - TEMAS DE MEDITACIÓN - Fr. Antonio Royo Marín, O.P.

La muerte del pecador

La muerte del pecador es desastrosa
(Sal. 33, 22)


INTRODUCCIÓN.

1. Pecador, morirás

a) Tu estado, juventud o madurez, no está exento de la muerte. Párate a la orilla del camino por donde pasan los muertos y verás: son niños, jóvenes, adultos y ancianos.

b) Cada tic-tac de tu reloj, un cadáver que pasa: "porque todos morimos y somos como agua que se derrama en la tierra, que no pude volver a recogerse" (II. Sam. 14, 4).

2. La muerte del pecador es desastrosa

a) Porque es una muerte eterna.

b) Aunque exteriormente sea más apacible que la del justo, "lo desastroso" vendrá después.

c) Aunque logre morir con la sonrisa en los labios, el que muere en pecado ya no vovlerá a sonreír jamás.

I. LA ENSEÑANZA DE LA FE

A) La Sagrada Escritura nos lo dice

1. Porque el pecador, dice Cristo, morirá en su pecado: "in peccato vestro moriemini" (Jn. 8, 21).

2. En medio de tus orgías, te sorprenderá la mano que va escribiendo en tu conciencia: Mane, están contados tus días; Thecel, has sido pesado en la balanza, Pitares, serás entregado a los enemigos (Dan. 5, 28).

3. Tus iniquidades te abrumarán y se volverán contra ti: "circumdederunt me dolores mortis, torrentes iniquitatis conturbaverunt me" (Sal. 17, 5).

B) La tradición de la Iglesia

1. San Agustín: "¿Qué llevan para el otro mundo los que nadan en riquezas y placeres?" Nada llevarás, sino el peso de tus iniquidades.

2. San Jerónimo: "De cien mil que siempre han vivido mal, apenas hay uno que merezca indulgencia de Dios" ¿Y esperas merecerla tú?

3. San Hilarión: "¿Por qué temes, alma mía. dejar tu cuerpo? ¿No hace setenta años que sirves al Señor?" Los santos temían la muerte... ¿y tú, pecador?

II. LA MUERTE DEL PECADOR ES DESASTROSA

A) Para el no creyente

1. Para quien carece de fe en otra vida superior, la muerte es la cosa más horrible e incomprensible. "Omnium terribilium, terribilissima mors" (Cicerón).

a) Porque es lo más contrario a la naturaleza, que tiende a la vida. "El hombre rechaza la muerte por una exigencia de su naturaleza", dice Santo Tomás.

b) Porque es el paso a la soledad absoluta, a la negación de todo, a la nada. Y el no ser, la nada, es lo más opuesto al ser, lo que más le repugna.

c) Supone renunciar totalmente a cuantas cosas amó sobre la tierra, desprenderse de todos sus ideales y apetencias, de todo aquello a que entregó su actividad. Es la más completa renuncia de sí mismo.

2. La existencia verosímil de un mundo trascendente en el que serán eternamente condenados aumenta hasta lo indecible sus angustias.

a) No pienses que estás absolutamente convencido de que no existe el más allá. En el fondo de tu alma está latente el testimonio de un destino futuro.

b) Y ese testimonio se hará particularmente patente en el momento de la muerte.

c) Entonces verás más claramente que nunca que la vida carece de explicación en sí misma y postula una dimensión por encima de este mundo.

3. La lección de la historia:

a) Ya conoces la vida impía y nefanda de Voltaire. Se confiesa dos meses antes de morir. Restablecido, vuelve a sus hábitos malvados. En su agonía pide un confesor; sus amigos se lo niegan. Se crispa, se retuerce sobre sí. "Siento una mano que me ase y me lleva ante el tribunal de Dios". "Veo el infierno, ¡tapadlo!, y entre gritos horrísonos de angustia expiró.

b) Paulus, racionalista incrédulo, después de varias horas sin sentido, se incorporó en el lecho y exclamó, como hablando de algo evidente: "¡Hay otro mundo!". Luego expiró.

B) Para todos: se muere como se ha vivido

1. Se muere según se ha vivido.

a) La muerte es la cosecha de la vida. ¿Qué sembraste?

b) La muerte es el eco de la vida. ¿Qué es el eco?

c) Si quieres vivir en el pecado, no esperes los frutos de una buena muerte. Las zarzas no dan uvas.

2. No es fácil corregir en un momento toda una vida.

a) Tus hábitos malos, las raíces profundas de tus pecados, ¿cómo arrancarlas al final de tu vida? Igual que en el árbol, cuanto más profundas y arraigadas es más difícil y requiere más esfuerzo arrancarlas.

b) Las pasiones desordenadas, ¿cómo encauzarlas en un instante? Piensa en las aguas desbordadas de un río.

c) Dicen los teólogos que la buena muerte es un don precioso de los escogidos. ¿Puedes esperarlo tú?

3. Los pensamientos que asaltan al pecador moribundo aumentan sus angustias.

a) Respecto del pasado: hay que abandonar todo cuanto amó en este mundo, amigos, bienes, placeres lícitos o no. Tiene el corazón pegado a las cosas de esta tierra, y "no se deja sin dolor lo que se posee con amor" (San Agustín).

b) Respecto del presente: el peso de su conciencia.... la carga abrumadora de sus crímenes. Aquel pecado cometido tan alegremente clama ahora con grito de angustia, y hay una impotencia total para remediarlo.

c) Respecto del futuro: al comparecer ante Dios con las manos vacías. Ve claramente el espantoso panorama que se abre ante él: muerte, juicio, condenación eterna...



CONCLUSIÓN

A) Si eres creyente:

1. No esperes morir bien si vives en pecado.

2. No esperes a arrepentirte cuando se acerque la muerte.

a) Tal vez no tengas tiempo.


b) Dios, cansado de tus desprecios, puede negarte en ese momento las gracias eficaces para tu conversión. 

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