Dos
hechos han marcado recientemente la guerra antiterrorista ejercida por el
Gobierno de Bashar al-Asad y que determinan una preocupación sin igual.
Pues
abatir al grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) no es el único objetivo ya
que se avecina una tormenta propiciada por las élites violentas que no cesan en
su creación negativa.
En
primer lugar, los “rebeldes moderados” u oposición armada han realizado vastas
reuniones entre sus comandantes y representantes israelíes para supuestamente
preparar una ofensiva conjunta en el valle de Yarmuk (oeste de Daraa), con el
fin de minimizar la presencia de EIIL en el área. Ello demuestra la connivencia
entre el régimen de Israel y el terrorismo “prudente” con el fin de apoderarse
de Siria y supeditarlo a éste.
En
segundo lugar, los recientes intentos de un avión de combate F-22 de la Fuerza
Aérea de EE.UU., tratando de impedir que dos aviones rusos Su-25 bombardearan
una base de EIIL en la orilla occidental del río Eúfrates, ratifica el apoyo de
este régimen al terrorismo. Unido a la reciente decisión de Donald Trump al
declarar a Al-Quds (Jerusalén) capital judía, iniciando el trámite para
trasladar su embajada de Tel Aviv, da un espaldarazo al régimen sionista quien
ha afirmado que establecerá más de catorce mil familias en la región ocupada,
implosionando la crisis en Palestina e impidiendo cualquier solución.
Por
ello, determinar que Daesh ha sido derrotado implica que es necesario prevenir
todas las acciones desesperadas que procederán de este engendro, sin descuidar
las acciones desestabilizadoras latentes para fragmentar Siria. En este
sentido, hay tres puntos de conflicto que deben ser considerados plenamente y
se relaciona con la interrogante: ¿Cuál será el destino de Siria?
El
mapa de la posible (próxima) confrontación y los probables puntos de contacto
son:
Los altos del Golán.
El
territorio ocupado por el régimen sionista desde 1967 se ha constituido en una
frontera con Siria y sólido bloque defensivo de Israel, agrediendo a todo aquel
que ose penetrar esta franja al instituirla como parte indisoluble de Israel.
Desde allí se apoya la infiltración y atentados contra el pueblo sirio y su
Ejército.
Por
ello, el Ejército Árabe Sirio ha comenzado su batalla decisiva para capturar la
ciudad clave de Mughar al-Mir cerca de los ocupados altos del Golán,
apoderándose de casi todo el bolsillo de Beit Jinn, dejando solo una colina entre
ellos y la ciudad clave de Mughar al-Mir. Hacer este frente es complicado por
la constante interferencia israelí que a menudo allana el camino para que los
rebeldes extremistas obtengan ganancias temporales.
Consolidar
dicho lugar estratégico indica que pronto puede iniciarse alguna confrontación
de mayor envergadura provocada por el régimen israelí.
La ocupación estadounidense.
La
reciente declaración del teniente coronel Damien Pickart, vocero del Comando
Central de la Fuerza Aérea de los EE. UU., afirmando que la industria
aeroespacial sobre la ribera oriental del río Eúfrates pertenece a la coalición
liderada por Estados Unidos y que bombardearán a quien cruce dicha demarcación,
coincide con quienes manifiestan el desprecio por una nación soberana y
recalcan que los esfuerzos de la coalición no se centran en atacar a EIIL sino
en impedir su destrucción. La coalición ya emitió un comunicado en el que dejó
claro que apoyará las ofensivas de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) en su
avance hacia la ciudad de Deir Ezzor (este), que fue desbloqueada por el
Ejército sirio después de casi tres años del asedio del EIIL.
Esta
coalición, que opera ilegalmente desde 2014 en Siria sin el aval de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha proporcionado equipos, apoyo
logístico e inteligencia a las fuerzas kurdas durante las batallas, aunque
recientemente Donald Trump anunció la suspensión de esta ayuda en una reunión
con su homólogo, Vladimir Putin.
Sin
embargo, la mantención de dos bases, Al-Tanf y Al-Zkuf, confirman lo expuesto
por el periódico The Washington Post según el cual Washington mantendrá su
contingente para establecer un nuevo gobierno en el país. Por dicha razón, no
es extraño que Trump acabe de justificar los ataques aéreos de Estados Unidos
contra las fuerzas del Gobierno sirio como “medidas legales” para contrarrestar
las amenazas a las fuerzas estadounidenses en el país, corroborando su proyecto
hegemónico ilegal.
La creación del Nuevo Ejército Sirio.
El
jefe adjunto del Consejo Democrático Sirio, Riad Darar, alto líder de las
Fuerzas Democráticas Sirias, en una entrevista concedida a la cadena kurda de televisión
Rudaw, ha anunciado que sus efectivos se unirán al Ejército sirio una vez cese
la lucha antiterrorista, sin descartar que continúe su cooperación con Estados
Unidos. Igualmente, expresó estar preparado para el hecho de mantener una
negociación con el Gobierno de Damasco después de que reine la paz en
territorio sirio y del establecimiento de un sistema federalista de gobierno.
Según Darar, las FDS se unirán al ejército sirio recién formado, no a uno leal
al actual Gobierno de Damasco, orientado por la Coalición Nacional Siria de
Fuerzas Revolucionarias y Opositoras.
Ahora
que se ha descubierto que la coalición estadounidense se alió con EIIL a través
de las FDS para no verse involucrado directamente, aunque fue el gestor de los
contactos a través de la inteligencia, el proyecto desestabilizador queda en
evidencia clara.
Por su
parte, el presidente sirio, Bashar al-Asad ha asegurado que la lucha
antiterrorista no acabará después de la liberación de la ciudad de Deir Ezzor.
Por otro lado, el Gobierno sirio rechaza ampliamente la actuación de las
Unidades de Protección Popular (YPG) y las llamadas Fuerzas Democráticas
Sirias, que han sido acusadas de detener el avance de las fuerzas
gubernamentales ante Daesh en la provincia oriental de Deir Ezzor.
Así,
las últimas declaraciones según las cuales EE.UU. dejará de suministrar armas a
las milicias kurdo-sirias en consonancia con la promesa de Donald Trump a su
par turco, Recep Tayyip Erdogan, corrobora la ayuda inmensa prestada por el
Pentágono y el conflicto desatado en forma de injerencia foránea, siendo de
dudar en su sinceridad.
Es de
precisar que siendo todavía Daesh un problema serio, sus recientes combates con
Al-Qaeda no son una fuente de división ni un debilitamiento sustancial como se
ha informado profusamente. Por el contrario, el plan secreto de EE.UU. revelado
por el ex portavoz de las FDS, que confirma todos sus intentos de engrosar la
violencia injerencista, se ve reflejado por el presidente de Sudán, Omar
al-Bashir, quien asegura que detrás de los problemas actuales de Oriente Medio
está la política de Estados Unidos.
Tal
vez la reflexión hecha en la página South Front sea una síntesis interesante
del tema: “Ahora, cuando este plan falla, Washington está en un callejón sin
salida. Por un lado, no puede aceptar oficialmente a Al-Asad en el poder. Por
otro lado, no tiene opciones reales, pero acepta a Al-Asad en el poder. Por lo
tanto, es probable que Estados Unidos aumente sus esfuerzos para dividir a
Siria mediante el apoyo a las intenciones separatistas de las Fuerzas
Democráticas Sirias, dominadas por los kurdos y respaldadas por Estados Unidos,
que controlan gran parte del este de Siria. El objetivo de esta estrategia es
construir un enclave independiente de facto dentro de Siria. Este enclave
estará controlado casi en su totalidad por los EE.UU. Porque sin el apoyo
financiero y militar estadounidense será incapaz de vivir.”
1. https://southfront.org/trump-administration-bows-reality-accepts-assad-power-2021-media/
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