A los que alguna vez dudamos sobre el
contenido moral y espiritual del término ser 'buen judío', ahora nos queda
claro, después de anunciar el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que
Donald "Trump es verdadero judío... siempre ha sido nuestro".
La zorra orinó en el mar y dijo: 'Todo es mi
orina'
(proverbio sumerio)
Toda
la retórica electoral de Trump, con el 'Primero América', se desvanece en
seguida al ser reemplazada por la de 'Primero Israel'. También, al reconocer Jerusalén como
capital de Israel aclara el 'falso positivo' creado por la CIA y los medios de
comunicación globalizados a su disposición de que el actual mandatario
estadounidense era "producto de la Rusia de Putin".
Resulta
que el supuesto masón Donald Trump aclaró ya en 2015: "He sido leal a
Israel desde que nací" (The Algemeiner, Jewish and Israel News,
04-09-2015). Su hija Ivanka se convirtió al judaísmo en 2009. La Coalición de
Judíos Republicanos proclamó desde hace tiempo a Trump como uno de los 'mejores
amigos de Israel' y los poderosos cabilderos del Comité de Asuntos Públicos
EEUU-Israel (AIPAC), mientras apoyaban aparentemente a Hillary Clinton, estaban
dando un fuerte aporte financiero al 'verdadero judío', Donald Trump, a cambio
de su reconocimiento de Jerusalén como la capital de Israel.
Todo
se hace en familia, pero lo único que no calcularon Netanyahu y los cabilderos
proisraelíes estadounidenses, contagiados por la retórica de Trump, fue que
declarar al inquilino de la Casa Blanca como 'verdadero judío' haría mucho daño
tanto al judaísmo como al prestigio del presidente en su propio país.
No es
ningún secreto que la mayoría de los ciudadanos que votaron por Trump no
esconden su rechazo al aplastante poder financiero de los judíos en EEUU. El semanario
American Free Press, que ha estado denunciando siempre el rol del capital judío
de Rothschild, Soros y Adelson en
la política de Washington, se quedó perplejo por un tiempo y sin comentarios.
A la
vez, la elevación a Trump al estatus de 'verdadero judío' a nivel internacional
significa identificar al representante de este grupo privilegiado con un ser
humano de conducta errática, un fanfarrón que habla sin pensar, que lanza
amenazas matonescas a diestra y siniestra, insulta a los líderes de otros
países con facilidad, que tiene hábitos dictatoriales, que no muestra ni un
mínimo de respeto a la legalidad internacional y toma al mundo entero como un
campo de experimentos geopolíticos sin calcular las consecuencias.
Si
esto se llama ser un 'judío verdadero', líbranos Dios de sus representantes.
Según American Free Press, la decisión de Trump respecto a Jerusalén hará un
gran daño a EEUU y no va a ser ningún 'camino a la paz', como lo anunció Netanyahu.
Será al revés, el traslado de la Embajada norteamericana de Tel Aviv a
Jerusalén, la ciudad llamada por los musulmanes Al Quds, impulsará la 'Tercera
Intifada' (rebelión), como ya lo declaró el
líder del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano, Sayed Hasan Nasrolá.
Seguro
que Donald Trump ni sabe que la 'Primera Intifada' contra la ocupación de la
Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este que duró seis años (1987-1993)
puso en jaque la vida en Israel y costó la vida a más de 1,100 palestinos y a
un centenar de soldados israelíes. Durante la 'Segunda Intifada' (2000-2008),
cuyo pretexto fue la visita a la Explanada de las Mezquitas del entonces primer
ministro de Israel, Ariel Sharon, se contabilizaron 6.500 bajas entre los
palestinos y entre ellos 1.076 niños y más de 1.000 judíos perdieron la vida.
La
decisión irresponsable de Trump sobre Jerusalén, que ni Ronald Reagan, George
H. W. Bush, Bill Clinton, George W. Bush ni Barack Obama se atrevieron a poner
en práctica, tratando de aplazarla bajo diferentes pretextos calculando sus
consecuencias, podría incendiar Oriente Medio de nuevo.
Sin
embargo, los asesores principales de Trump designados a la vez por el
presidente para resolver un posible conflicto en la región, su yerno Jared
Kushner, Jason Greenblatt y el embajador de EEUU en Tel Aviv, David Friedman,
le aseguraron que no pasará nada y que la reacción de la mayoría de los países
musulmanes no iba a ir más allá de la controlada quema de banderas por
algunos cientos de indignados. Arabia Saudí, Egipto y Jordania, por su parte,
ya prometieron a Washington no crear una crisis energética como la de 1973,
cuando los países árabes impusieron un embargo petrolero a EEUU por su apoyo
militar a Israel.
En
estas condiciones, Trump ha tenido un camino despejado para 'ordenar' el
traslado de la capital de Israel a Jerusalén. Pero hay que conocer la
mentalidad del presidente de EEUU desde el punto de vista de un 'verdadero
judío'. Por recibir esta autorización, Israel tuvo que comprometerse a comprar
el 75% de su armamento en Norteamérica y solo el 25% podría ser 'Made in
Israel'. Teniendo en cuenta que Tel Aviv está entre los 10 exportadores de
armas más importantes en el mundo, en cuya producción está envuelto el 15% de
su Población Económicamente Activa (PEA), este acuerdo entre Washington y Tel
Aviv resulta no tan gratis, especialmente de parte del 'verdadero judío'.
Así es
el negocio para Donald Trump, y si Israel quiere tener ventajas geopolíticas,
tiene que pagar también, puesto que 'Business is Business' y nada es gratis.
Parece que el hecho de atreverse en
relación a Israel tomó por sorpresa al propio Trump y lo hizo envalentonarse
aún más cuando el pasado 9 de diciembre hizo su célebre anuncio sobre el
'excepcionalismo' estadounidense. El mandatario de EEUU declaró: "Somos la
nación que construyó el Canal de Panamá, ganamos dos guerras mundiales,
mandamos al hombre a la luna y pusimos de rodillas al comunismo".
Lo del
Canal de Panamá ya produjo muchas burlas en junio pasado cuando, durante el
encuentro con su colega panameño Donald Trump, se atribuyó la construcción del
canal diciendo: "Nos quedó bien construido el Canal de Panamá, hicimos un
buen trabajo, ¿cierto?". A lo que Juan Carlos Varela contestó rápidamente:
"Sí hace más de 100 años".
Recalcar
que EEUU ganó la Primera Guerra Mundial representa un total desconocimiento de
la historia. La guerra comenzó en 1914 y duró hasta el final de 1918, mientras
que EEUU mantuvo la neutralidad hasta el abril de 1917 después de interceptar
una misiva de Alemania al Gobierno de México solicitando su entrada en guerra a
cambio de hacer devolverles a los mexicanos Texas, Arizona y Nuevo México,
conquistados en el Siglo XIX por su vecino del norte.
La
Segunda Guerra Mundial comenzó en 1939 y terminó en 1945. La Unión Soviética,
Reino Unido y Estados Unidos firmaron un acuerdo sobre el Segundo Frente en
Europa en 1942, pero los estadounidenses desembarcaron en Normandía el 6 de
junio de 1944, cuando ya se intuía la pronta derrota del fascismo.
Respecto
a Rusia, no fueron exactamente los norteamericanos quienes "pusieron de
rodillas al comunismo", sino los mismos soviéticos. Erich Honecker, el
presidente de la República Democrática Alemana (1976-1989), recalcó en su libro
'El Diario de Cárcel' que "todo comenzó cuando el secretario de ideología
del Comité Central del Partido Comunista de la URSS, Yakovlev, declaró que Marx
tuvo culpa de todo. En 1917, con la llegada de Lenin a Rusia, comenzó la
catástrofe mundial… con la llegada al poder, Gorbachov capituló como el
secretario general y destruyó todo el Partido Comunista y se convirtió en una
marioneta de EEUU". Por supuesto, 2.000 asesores estadounidenses ayudaron
a Yeltsin posteriormente a destruir definitivamente el socialismo, pero el
protagonismo decisivo en la desintegración del país pertenece a los mismos
soviéticos.
Nadie
en realidad toma en serio estas bufonadas de Trump, ni siquiera los medios de
comunicación estadounidenses, que dicen avergonzados que, mientras Donald Trump
hacía declaraciones sobre la victoria en Siria, desde Washington, el presidente
de Rusia, Vladímir Putin, estaba presente en
Siria.
En
Rusia, las declaraciones fanfarronescas de Trump lo identificancon
la fábula sobre la mosca que estuvo posada todo el día sobre el lomo de un toro
que estaba arando. Al caminar el toro de retorno a su establo, se le acercó
otra mosca y la preguntó: '¿qué has hecho, hermana?'. Y la mosca del toro le
contestó: 'estuve arando todo el día porque sin mí el toro no hubiera podido
terminar el trabajo'.
El
presidente de EEUU representa en realidad a esta mosca que a la vez tiene la
capacidad de transformarse en tábano, cuyas picaduras son molestas y dolorosas.
LA
OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DEL BLOG
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