CATENA
AUREA (SANTO
TOMAS DE AQUINO)
CRUSICCIÓN DE JESÚS
y tomaron a Jesús y le sacaron
fuera. Y llevando la cruz a cuestas, salió para aquel lugar que se llama
Calvario, y en hebreo Gólgota; y allí le crucificaron, y con Él a otros dos, de
una parte y otra, y a Jesús en medio. (v. 17-18.)
(GLOSA.) Por orden del Presidente, los soldados se
apoderaron de Cristo para crucificarle. Sigue: "Cogieron, pues, a Jesús, y
le sacaron fuera".
(SAN AGUSTIN.) Puede esto referirse a los alguaciles
del procónsul; pues después se dice más claramente:
"Después que los soldados le crucificaron".
El Evangelista atribuye con razón a los judíos todo lo ocurrido, pues ellos
fueron los que arrancaron a Pilatos la condenación.
(CRISÓSTOMO.) Como para ellos era la cruz objeto de
ignominia, no consentían ni aun el tocaría, y la cargaron sobre Jesús como reo;
y sigue: "y llevando la cruz a cuestas", etcétera. Así sucedió con el
que le prefiguró, porque Isaac cargó sobre sí la leña, pero entonces no se
llegó más que hasta lo que quiso demostrar la voluntad del Padre; pero ahora
tuvo cumplido efecto, pues era la realidad.
(TEÓFILO_) .Así como entonces fue Isaac libertado, y
sacrificado el cordero, así en esta ocasión, quedando impasible la naturaleza
divina, es sacrificada la humanidad representada por el cordero, como errante
hijo de Adán. Pero, cómo otro Evangelista dice que obligaron a Simón a llevar la
cruz.
(SAN AGUSTÍN_) Ambas cosas son verdad; en primer
lugar, lo que dice San Juan; y en segundo, lo que dicen los otros tres
evangelistas; de lo que se deduce que el mismo Jesús llevaba la cruz al salir
para el lugar citado.
(SAN AGUSTÍN.) ¡Grande espectáculo y para los ojos
de la impiedad grande escarnio! Pero a los de la piedad grande misterio. Ríe la
impiedad, viendo al rey llevar por cetro la cruz de su suplicio; ve la piedad
al rey llevando a cuestas la cruz en que ha de ser clavado; cruz que había de
fijarse hasta en la frente de los reyes; cruz objeto de desprecio para los impíos,
y en la que habían de gloriarse los corazones de los Santos. Llevándola sobre
sus hombros, la sublimaba como antorcha que ardía sobre el candelabro, y no
había de ocultarse bajo el celemín.
(CRIOOSTOMO.) Como los vencedores, así llevaba sobre
sus hombros la insignia de su triunfo.
Pretenden algunos que Adán murió y fue sepultado en
el mismo lugar que llamaban Calvario, a fin de que, en el mismo sitio donde
triunfó la muerte, levantara Jesús el trofeo de su victoria,
(SAN JERÓNIMO.) Apreciable interpretación y
agradable al oído del pueblo; pero no es verdadera: fuera de la ciudad y de sus
puertas, había lugares en donde se decapitaba a los reos, y tomaron el nombre
De calvario del de decapitado. Adán fue sepultado junto a Hebrón y Asbee, según
se lee en el libro de Jesús, hijo de Nave.
(CRISÓSTOMO.) Le crucificaron con dos ladrones: y
sigue: "y con él otros dos, uno a cada lado y Jesús en medio". Con esto se cumplió la profecía; "Fue
contado entre los malvados". Hacían
servir a la verdad los mismos ultrajes que le inferían. El demonio quería
cubrir de tinieblas lo que pasaba, pero no pudo
porque los milagros que ocurrieron entonces, a nadie pudieron atribuirse
sino solo a Jesús, y todos los artificios del diablo fueron inútiles para
oscurecer la gloría de Jesús, pues la esclarecieron no poco; porque convertir
en la cruz al ladrón y llevarle al Paraíso, no fue menos que desgajar las
rocas.
(SAN AGUSTÍN.) Si bien lo consideras, fue la misma
cruz un tribunal, en el que sentado el juez, fue absuelto el ladrón que creyó y
condenado el que le injurió j y esto significaba lo "que sucederá con los
vivos y los muertos: unos a la derecha y otros a la izquierda.
Y Pilatos escribió también un titulo, y lo puso sobre la cruz. Y lo
escrito era: Jesús Nazareno, Rey de los judíos. Y muchos de los judíos leyeron
este título, porque estaba escrito en hebreo, en griego y en latín. Y decían a
Pilatos los Pontífices de los judíos: no escribas rey de los judíos, sino que
Él dijo: soy rey de los judíos. Respondió Pilatos: Lo que he escrito, he
escrito”
(CRISÓSTOMO.) Así como se escribe sobre los trofeos
el nombre el nombre que alcanzo la victoria, así puso Pilatos el título sobre
la cruz de Jesucristo. Por eso dice: “Y escribió Pila tos un título",
etc., constituyéndose Pilatos como apologista de Cristo, separando su cansa de
la de los ladrones, y vengando la manifiesta malicia de los judíos insurrectos
contra su rey, escribió. "Había, pues, escrito: Jesús Nazareno, rey de los
judíos".
(BEDA.) Esto demuestra que desde entonces su reino
se engrandecía, lejos de desaparecer como ellos pensaban.
(SAN AGUSTÍN.) ¿Pero es que Jesucristo tan solo es
rey de los judíos, o lo es también de los gentiles Ciertamente también de los
gentiles, pues había dicho: "Yo he sido constituido por Dios, Rey sobre el
monte santo de Sion", añadiendo después: "Pídeme a mí, y te daré en
herencia las naciones". Queremos penetrar en este título un gran misterio;
porque en verdad, el olivo del desierto ha sido injertado con la suavidad de la
oliva, sin que el olivo haya participado de la savia del oleastro. Cristo,
pues, Rey de los judíos, establece la circuncisión, no de la carne, sino del
corazón; no de la letra, sino del espíritu. Sigue: "Muchos de los judíos
leyeron este título, porque estaba cerca de la ciudad el lugar", etc.
(CRISÓSTOMO.) Creíble es que con motivo de la
festividad acudirían muchos gentiles, juntamente con los judíos; y para que
nadie lo ignorara, no escribió el titulo en una lengua, sino en tres, y por eso
añade: "y estaba escrito en hebreo, en griego y en latín".
(SAN AGUSTIN.) Estas tres lenguas eran las que
predominaban: la hebrea, por la ley judaica; la griega, por la sabiduría de
aquella nación, y la latina, por la dominación romana en casi todo el mundo.
(TEÓFILO.) También significa esta inscripción, en
tres lenguas, que Cristo es el Señor de tres ciencias: la práctica, la física y
la teológica; pues por la inscripción latina está figurada la ciencia práctica,
por cuanto el imperio romano era poderosísimo y conquistador, la inscripción
griega representa la sabiduría en las ciencias especulativas; y, por fin, la
hebrea, supone el conocimiento de las cosas divinas: No escribas Rey de los
judío, sino que Él dijo: Yo soy el rey de los judíos". En verdad, esta inscripción
enunciaba un hecho y la opinión común, y si se le añadía " El ha
dicho", venía a ser la demostración de una ambición necia y criminal. Pero
Pilatos insistió en su primer pensamiento, y por eso respondió: ''Lo que
escribí, escribí".
(SAN AGUSTIN.) ¡Oh inefable poder de Dios, aun en
los corazones de los que no le conocen! Esto no puede llamarse sino una voz
secreta que silenciosamente resonaba en el alma de Pilatos, repitiendo lo que
tanto tiempo antes estaba escrito en los salmos: "No alteres el titulo de
la inscripción". Pero, ¿qué decís, insensatos Pontífices? ¿Acaso no es
esto una prueba de la verdad, que Jesús diga: Yo soy el rey de los judíos? Y
¿Si no puede corregirse lo que Pilatos ha dicho, podrá alterarse lo que dijo la
verdad? Si Pilatos ha escrito lo que ha escrito, es porque el Señor ha dicho lo
que ha dicho.
Los soldados, después de haber crucificado a Jesús, tomaron sus
vestiduras (haciendo cuatro partes, una parte para cada soldado) y la túnica.
Mas la túnica no tenía costura, sino que era toda tejida desde arriba. Y
dijeron unos a otros: N o la partamos, mas echemos suertes sobre ella, cuya
será; para que se cumpliese la Escritura, que dice: Repartieron mis vestido«
entre sí y echaron suertes sobre mi vestidura.
(v. 23-24.)
(SAN AGUSTIN.) Por sentencia de Pilatos, los
soldados que estaban a sus órdenes crucificaron a Jesús. Así dice; "Los
soldados, pues, le crucificaron", cte. Los demás Evangelistas hablan poco
sobre la distribución y sorteo de los vestidos, pero éste lo dice muy claramente
de este modo; "Hicieron cuatro partes", etc. De aquí resulta que
fueron cuatro los soldados que obedecieron la orden de Pilatos, crucificando al
Salvador. Sigue: "y después tomaron la túnica", esto es, no echaron
suertes sobre lo demás, y lo repartieron; pero la túnica no la dividieron, y sigue diciendo: "La tu nica era
inconsútil", esto es, toda de una pieza.
(CRISÓSTOMO.) El Evangelista hace la historia de
esta túnica. En Palestina era costumbre construir este traje con dos pedazos de
tela cosidos, y San Juan nos da a entender que así era la túnica de Jesús, indicando
la pobreza de su vestido.
(TEÓFILO.) Dicen otros, que en la Palestina no se
tejen las telas del mismo modo que entre nosotros, dejando el estambre a la
vista superior, y el tejido en la inferior, para que vuelto se vea el tejido,
sino que lo hacían al contrario.
(SAN AGUSTÍN.) El Evangelista dice por qué echaron
suertes sobre ella: Dijeron unos a otros: "No la partamos", etc. Se
ve que los demás vestidos los repartieron por partes iguales sin necesidad de
sortearlos; pero como la túnica no podía repartirse sin que se cortara sin
provecho, por eso vinieron en sortearla. Esta narración del Evangelista, consta
justificada por testimonio de los profetas.
Por esto dice: "Para que se cumpliese la
Escritura, que dice: Repartieron entre ellos mis vestidos", etc.
(CRISÓSTOMO.) Observa la exactitud de la Escritura;
pues el Profeta no solo expresó lo que fue repartido, sino que también lo que
no lo fue; porque si bien dividieron los vestidos, echaron suertes sobre la
túnica, que no quisieron dividir.
(SAN AGUSTÍN.) Según San Mateo, repartieron sus
vestidos, sorteándolos, queriendo dar a entender, que si bien los demás
vestidos fueron repartidos, la túnica fue sorteada; y así es como dice San
Lucas: "Dividiéndose sus vestidos, echaron suertes". Habiéndolos,
pues, dividido, llegaron a la túnica, de la cual hicieron sorteo, usando de la
palabra suertes en plural, en igual del singular; también San Marcos presenta
alguna diferencia, diciendo: "Los soldados echaron suertes sobre lo que a
cada uno tocaría, como refiriéndose a
todos los vestidos y no sólo sobre la túnica, pero esta brevedad con que habla,
engendra: oscuridad. Así, pues, se ha" dicho: "Echando suertes' sobre
los vestidos", como si se dijese sorteándolos para dividirlos. Cuando
dice: "Que es lo que tocaría a cada uno", parece que se refiera, no
sólo a la túnica, sino que también a todo lo demás, para saber quién se
quedaría con la túnica que era indivisible. Esta división de los vestidos de nuestro
Señor Jesucristo, en cuatro partes, figuraba a la Iglesia extendida por las
cuatro partes del mundo. Pero la túnica es la figura de la unidad de las cuatro
partes, por el vínculo de la caridad.
Pero si la caridad lleva más elevado vuelo, y es
superior a la ciencia, y se sobrepone a todo precepto, según lo dé San Pablo a
los Colosenses: "Sobre todo esto, tened caridad", con razón el
vestido que la simboliza debe ser tejido de una sola pieza; y añadió el
Evangelista: "Toda ella", porque nadie debe ser extraño a la caridad
del todo, que se llama Iglesia católica. Es inconsútil (sin costuras), para que
nunca se desuna, y tiende a la unidad, porque a todos reúne en un centro. En la
suerte se ve la figura de la gracia de Dios, pues no la deciden los méritos de
cada uno, sino el secreto juicio de Dios.
(CRISÓSTOMO) Dicen algunos que la túnica sin
costuras, tejida de una sola pieza de arriba abajo, es la alegoría de la
humanidad del crucificado enlazada con la divinidad. Cristo concebido
por el Espíritu Santo y el poder del Altísimo en la Virgen, siendo, por tanto,
indivisible él cuerpo de Cristo; pues aunque a cada uno sea dado para que
santifique a la vez su cuerpo y su alma, permanece, sin embargo, entero en
todos. Y así como el mundo visible se compone de cuatro elementos, puede
tomarse por vestidura de Cristo este mundo visible que los, demonios se
reparten entre ellos cuantas veces entregan a la muerte al Verbo de Dios que
habita en nosotros, consiguiendo dividimos por las falacias de este mundo.
(SAN AGUSTIN.) Ni se diga que estas cosas nada
significan, porque son obra de los malos. ¿Pero qué diremos, de la misma cruz,
hecha igualmente por los impíos 7 Y, sin embargo, ella significa,
perfectamente, como dice el Ap6stol, cuál sea su latitud, su longitud, su
altura. y su profundidad: su latitud, respecto del madero trasversal, sobre el
que se extienden las manos, significa las buenas obras lela más extensa
caridad; la longitud de la cruz, desde el madero trasversal "hasta la
tierra; significa. la perseverancia en la duración del tiempo; la altura de la
cruz, desde el leño trasversal hasta arriba, significa el supremo fin a que
deben dirigirse todas nuestras obras; y la profundidad de aquella parte que se
oculta en la tierra significa el abismo de la gracia de Dios, de donde proceden
todas nuestras buenas obras, que aparecen
y se levantan hasta Dios. Pero aun cuando la cruz de
Cristo no signifique más que aquello que dice el Apóstol a los de Galacia
"Los que son de Cristo, crucificaron su carne con sus pasiones y sus
concupiscencia ¡Cuán grande bien es!
Finalmente; ¿cuál es la enseñanza de Cristo, sino la cruz de Cristo? Éste es el
signo que los creyentes trazan en su frente, bien sea como el agua regeneradora
del bautismo, o con el óleo santo del crisma o con el alimento del sacrificio,
y sin el cual nada se perfecciona.
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