viernes, 9 de diciembre de 2016

MONSEÑOR DE SÉGUR - EL INFIERNO, SI LO HAY, QUÉ ES, MODO DE EVITARLO.

E P Í L O G O
(fin de la obra)

Un día un buen eclesiástico, que más de cuarenta años ha predicaba en toda Francia y con celo de apóstol numerosas misiones, se hallaba en Roma a los pies de nuestro bondadoso y Santísimo Padre el Papa Pío IX, que hablaba familiarmente con él de aquel hermoso misterio: “Predicad mucho las grandes verdades de la salvación —le decía el Papa—, predicad sobre todo del infierno; nada de tapujos; decid claramente, toda la verdad sobre el infierno. Nada es más capaz de hacer reflexionar y de conducir a Dios a los pobres pecadores”.

Recordando estas palabras tan profundamente verdaderas del Vicario de Jesucristo, he emprendido este pequeño trabajo sobre el infierno. Y después, al meditar las penas eternas y la desgracia de los condenados, se me han venido a la memoria unas palabras de San Jerónimo que excitaba a una virgen cristiana al temor de los juicios de Dios:

“Territus terreo —le escribía— atemorizado, atemorizo”. A lo menos me he esforzado en hacerlo aquí, y Nuestro Señor es testigo de que nada he ocultado de lo que sé sobre este terrible misterio. Sirva te, lector amado, quienquiera que seas, de provecho. ¡Cuántas almas hay en el cielo, que lo deben principalmente al temor del infierno! Te ofrezco, pues, este modesto opúsculo, pidiendo a Dios que haga penetrar hasta el fondo de tu alma las grandes verdades que expone, a fin de que el temor te excite al amor, y éste te lleve en derechura al paraíso. Dígnate rogar por mí, a fin de que Dios tenga misericordia de mí, como de ti, y se digne admitirme contigo en el número de sus escogidos.

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