domingo, 22 de mayo de 2016

"Ite Missa Est"


FIESTA DE LA SANTISIMA TRINIDAD


M I S A

Aunque el Sacrificio de la Misa se celebra siempre en honor de la Santísima Trinidad, hoy la Iglesia, en sus cantos, oraciones y lecturas, glorifica más expresamente el gran misterio que es el fundamento de la fe cristiana. Pero se hace conmemoración del Primer Domingo de Pentecostés, para no interrumpir el orden de la Liturgia. La Iglesia emplea para esta solemnidad el blanco, en señal de alegría, y para expresar la sencillez y pureza de la esencia divina.

El Introito no está sacado de las Sagradas Escrituras. Es una fórmula de alabanza propia de ese día, y la Santísima Trinidad está en ella representada como la fuente divina de las misericordias que se han derramado sobre los hombres.

INTROITO
Bendita sea la Santa Trinidad y la indivisible Unidad: alabémosla, porque ha obrado con nosotros su misericordia. — Salmo: Señor, Señor nuestro: ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra! J. Gloria al Padre...

En la colecta, la Iglesia pide para nosotros la firmeza en la fe que nos hace confesar en Dios la Unidad y la Trinidad. Es la primera condición de salvación, el primer lazo con Dios. Con éste venceremos a nuestros enemigos y saldremostriunfantes de todos los obstáculos.

COLECTA
Omnipotente y sempiterno Dios, que diste a tus siervos la gracia de conocer, en la confesión de la verdadera fe, la gloria de la eterna Trinidad, y de adorar la Unidad en la potencia de tu Majestad: suplicamos te hagas que con la firmeza de la misma fe, seamos protegidos siempre contra toda adversidad. Por nuestro Señor.

CONMEMORACION DEL PRIMER DOMINGO DESPUES
DE PENTECOSTES
Oh Dios, fortaleza de los que esperan en ti, escucha propicio nuestras súplicas: y, puesto que la flaqueza mortal no puede nada sin ti, danos el auxilio de tu gracia: para que, cumpliendo tus mandatos, te agrademos con la voluntad y con la acción. Por nuestro Señor...

EPISTOLA
Lección de la Epístola del Apóstol S. Pablo a los Romanos. (XI, 33-36).
¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios: cuán incomprensibles son sus juicios, y cuán impenetrables sus caminos! Porque, ¿quién ha conocido el secreto de Dios? o ¿quién ha sido su consejero? o ¿quién le dió primero a El para que se le retribuya? Porque de El, y por El y en El existe todo: a El la gloria por los siglos. Amén.

LOS DESIGNIOS DE DIOS. — No podemos detener nuestra mente en los decretos divinos sin experimentar una especie de vértigo. Lo eterno e infinito deslumbran nuestra débil razón y esta razón al mismo tiempo los reconoce y los confiesa. Ahora bien, si los designios de Dios sobre las criaturas exceden nuestros alcances, ¿cómo la naturaleza íntima del soberano ser nos será conocida? Sin embargo de eso, distinguimos y glorificamos en esta esencia increada al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; porque el Padre se ha revelado a sí mismo enviándonos a su Hijo, objeto de sus eternas complacencias; porque el Hijo nos ha manifestado su personalidad tomando nuestra carne, que el Padre y el Espíritu Santo no tomaron con El; porque el Espíritu Santo, enviado por el Padre y el Hijo, ha venido a cumplir en nosotros la misión que recibió de ellos. Nuestros ojos escudriñan estas profundidades sagradas, y nuestro corazón se enternece pensando que, si conocemos a Dios, por sus beneficios es como formó en nosotros la noción de lo que es. Guardemos con amor esta fe, y esperemos con confianza el momento en que cesará para dar lugar a la visión eterna de lo que en este mundo creímos.

El Gradual y el Verso aleluyático respiran alegría y admiración, en presencia de esta elevada majestad que se dignó hacer bajar sus rayos hasta el fondo de nuestras tinieblas.

GRADUAL
Bendito seas tú, Señor, que escrutas los abismos, y te sientas sobre Querubines.  Bendito seas tú, Señor, en el firmamento estrellado, y alabado por los siglos. Aleluya, aleluya, J. Bendito seas tú, Señor, Dios de nuestros padres, y alabado por los siglos. Aleluya.

EVANGELIO
Continuación del Santo Evangelio según S. Mateo. (XXVIII, 18-20).
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo: enseñándolas a observar todo cuanto os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros hasta la consumación del mundo.

LA FE EN LA TRINIDAD. — El misterio de la Santísima Trinidad, manifestado por la misión del Hijo de Dios a este mundo y por la promesa del advenimiento próximo del Espíritu Santo, se intima a los hombres por estas solemnes palabras que Jesús pronunció antes de subir al cielo. Dijo: "El que creyere y se bautizare, será salvo"', pero añade que el bautismo será administrado en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Es preciso que en adelante el hombre confiese no sólo la unidad de Dios, abjurando el politeísmo, sino que adore a la Trinidad de personas en la unidad de la esencia. El gran secreto del cielo es una verdad divulgada ahora por toda la tierra.

ACCIÓN DE GRACIAS. — Pero si confesamos humildemente a Dios conocido tal cual es en sí, debemos también rendir homenaje con eterno reconocimiento a la gloriosa Trinidad. No sólo se dignó imprimir sus rasgos divinos en nuestra alma, haciéndola a su semejanza; sino que, en el orden sobrenatural, se apoderó de nuestro ser y lo elevó a una grandeza inconmensurable: El Padre nos adoptó en su Hijo encarnado; el Verbo ilumina nuestra inteligencia con su luz; el Espíritu Santo nos escogió para morada suya: es lo que indica la forma del bautismo. Por estas palabras pronunciadas sobre nosotros con la infusión del agua, toda la Trinidad tomó posesión de su creatura. Recordamos esta maravilla cada vez que invocamos a las tres divinas personas al hacer sobre nosotros la señal de la cruz. Cuando nuestros despojos mortales sean llevados a la casa de Dios para recibir allí las últimas bendiciones y el adiós de la Iglesia de la tierra, el sacerdote pedirá al Señor que no entre en juicio con su siervo; y para atraer sobre este cristiano, entrado ya en su eternidad, las miradas de la misericordia divina, recordará al supremo Juez que este miembro de la raza humana "estuvo marcado durante su vida con el sello de la Santísima Trinidad." Veneremos en nosotros esta augusta imagen; que será eterna. La misma reprobación no la borrará. Sea ella nuestra esperanza, nuestro mejor título, y vivamos para gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el Ofertorio la Iglesia se prepara al sacrificio invocando sobre la oblación el nombre de las tres personas, y proclamando siempre la divina misericordia.

OFERTORIO
Bendito sea Dios Padre, y el Hijo unigénito de Dios, y el Espíritu Santo: porque ha obrado con nosotros su misericordia.

La Iglesia pide en la Secreta que el homenaje de nosotros mismos, que ofrecemos en este Sacrificio a la divina Trinidad, no le sea presentado sólo hoy, sino que sea eterno por nuestra admisión en el cielo, donde contemplaremos sin velos el misterio de Dios uno en tres personas.

SECRETA
Suplicamos te Señor, Dios nuestro, santifiques, por la invocación de tu santo nombre, la hostia de esta oblación; y, por ella, convierte nos para ti en un don eterno. Por nuestro Señor.

CONMEMORACION DEL DOMINGO
Suplicamos te Señor, aceptes aplacado nuestras hostias, a ti dedicadas: y haz que nos sirvan de perpetuo auxilio. Por nuestro Señor...

En la Antífona de la Comunión la Iglesia continúa ensalzando la misericordia de Dios que hizo servir sus propios beneficios para iluminarnos e instruirnos sobre su esencia incomprensible.

COMUNION
Bendeciremos al Dios del cielo, y le alabaremos ante todos los vivientes: porque ha obrado con nosotros su misericordia.
Dos cosas son necesarias para ir a Dios: la luz de la fe, que hace le conozca nuestra inteligencia, y el alimento divino que nos une a El. La Iglesia, en la Poscomunión, pide que ambos nos lleven a este feliz fin de nuestra creación:

POSCOMUNION
Aproveche, Señor, Dios nuestro, a la salud de nuestro cuerpo y alma la recepción de este Sacramento, y la confesión de la sempiterna y santa Trinidad y la de su indivisible Unidad. Por nuestro Señor...

CONMEMORACION DEL DOMINGO
Llenos, Señor, de tan grandes presentes: suplicamos te hagas que obtengamos tus saludables dones y no cesemos nunca en tu alabanza. Por nuestro Señor...

El último Evangelio es el del primer Domingo de Pentecostés, que el sacerdote lee en vez del de San Juan:

EVANGELIO (ultimo Evangelio)
Continuación del Santo Evangelio según S. Lucas. (VI, 36-42).

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Sed misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso. No juzguéis, y no seréis juzgados: no condenéis, y no seréis condenados. Perdonad, y seréis perdonados. Dad, y se os dará: darán en vuestro regazo una medida buena, y apiñada, y agitada, y rebosante. Porque con la misma medida con que midiereis, seréis medidos. Y les decía esta semejanza: ¿Puede acaso un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo sobre el maestro: antes, aquel será perfecto, que fuere como el maestro. ¿Porqué, pués, ves la paja en el ojo de tu hermano, y no miras la viga que hay en el tuyo? o ¿cómo podrás decir a tu hermano: Hermano, deja que saque la paja de tu ojo, no viendo la viga en tu propio ojo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo: y entonces verás, para sacar la paja del ojo de tu hermano.

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