LOA CUATRO CABALLOS
BREVE INTRODUCCION A LA SIGUIENTE VISION: EL CORDERO,
LOSSIETE SELLOS Y LAS SIETE TUBAS
La Visión 1, por tanto, representa simbólicamente, como está dicho,
las siete épocas de la historia de la Iglesia Universal. Esta lectura es
solamente probable: bien fundada, pero no unánime, en los Santos Padres y
Doctores.
El Cordero y el libro sellado significan el dominio profetal de Cristo
sobre los acontecimientos históricos; y su triunfo y Reino Final. Sus siete
cuernos son los siete ángeles más cercanos a Dios de la Tradición judía; los
cuatro "vivientes" – animales – son los cuatro Evangelistas; los
Veinticuatro Ancianos son los Doce Patriarcas y los Doce Apóstoles: todo el
Israel de Dios.
El Cordero abre los sellos, revela el futuro. Los cuatro primeros dan
suelta a cuatro caballos con sus jinetes. El Caballo Blanco es la Monarquía
Cristiana, o sea, la Iglesia de Thyatira: la altamar del Cristianismo, la
Cristiandad.
El Caballo Rojo es evidentemente la guerra: indica el período
preparusíaco de las "guerras y rumores de
guerras", que dijo Cristo en su propio apokalypsis ser "el principio de los dolores de parto".
Comenzó al ser retirada la Monarquía Cristiana.
El Caballo Negro es también, manifiestamente, la
Carestía, o, como dicen hoy, la Posguerra, la Crisis o el Crack: los pobres
amenazados de hambre, los ricos seguros. Capitalismo mundial. (La actualidad)
El Caballo Amarillo o sea Bayo – Jlorós, dice el
griego – es la Última Persecución – con razón su jinete se llama
"Muerte"– que mata con espada, hambre y "las fieras" – que
Juan y los primeros cristianos conocieron bien en el Coliseo –, o sea,
compendia los males anteriores y los amplía con uno nuevo.
El Quinto Sello prolonga el Cuarto, pues son los
mártires que están por venir de la gran Persecución.
El Sexto Sello es la Parusía comenzada. Juan abandona, para
interponer dos visiones celestes de consuelo, y cuando retoma el Séptimo es
para abrirlo en la nueva visión de las Siete Tubas (Visión 5). Procedimiento
común, recapitulatio.
La Significación de los Elegidos (Visión 4) – ciento cuarenta y cuatro
mil, número simbólico – corresponde a las palabras de Cristo: "Tribulación
grande que si se prolongara, caerían hasta los Elegidos si fuera posible; pero
por amor de los Elegidos, abreviáranse aquellos días."
Los Elegidos de todas las tribus de Israel son los perseverantes de
los últimos días; después Juan muestra la muchedumbre de los otros ya salvados,
"multitud magna, incontable, de todas las gentes, tribus y lenguas".
Conversión de Israel en los últimos tiempos.
El "Silencio en el Cielo por media
hora" acontece al abrirse el Último Sello: significa que habrá un
período de paz para la Iglesia al comenzar el mal tiempo, muy corto; y
corresponde a la Signación, en la cual "los vientos de la tierra serán
sujetados"; y no levantarán "el fragor de las olas del mar" (de
los negocios terrestres); que dice Cristo "tendrá angustiados a los
hombres" en los últimos tiempos.
El Angel del Turíbulo Aureo, que vuelca sobre la tierra incienso y
brasas, significa el final de la Parusía. Juan vuelve atrás entonces, otra vez
a la Historia mística del mundo, con las Siete Tubas (trompetas o
bocinas);recapitulatio.
Las Tubas significan las grandes herejías: son cambios de frente – que
los antiguos indicaban con toques de trompas –
en la historia de la humanidad, religiosamente contemplada.
La Primera Tuba es la herejía arriana conjunta con la invasión de los
Bárbaros al Imperio.
La Segunda Tuba es la herejía de Mahoma.
La Tercera es el cisma de Focio y Miguel Cerulario.
La Cuarta Tuba es la falsa Reforma o Protestantismo.
A partir de la Cuarta, no una tercia parte sino todo el mundo es
afectado; y las Tres restantes se convierten en tres Alaridos (los Tres Ayes) .
La Quinta Tuba son los llamados Filósofos del XVIII – y de ahora –.
"Cinco meses de años"; de la Revolución Francesa a la Gran Guerra del
39, son justo 150 años, del poderío de "las Langostas".
La Sexta Tuba es la Guerra de los Continentes; repetida más adelante
en la Sexta Redoma de la Ira de Dios. (O tercera guerra mundial)
La Séptima Tuba es como de costumbre la Consumación. Está precedida de
dos visiones interpuestas: la del Ángel Voz de León con el librito abierto, que
proclama con juramento que: "El Tiempo se acabó"; y la visión del
Librito Devorado (Visión 6), que es el Apokalypsis mismo y el espíritu de profecía.
La Medición del Templo (Visión 7) significa la reducción de la Iglesia
fiel a un pequeño grupo perseverante y la vasta adulteración de la verdad
religiosa en todos los restantes; y en esto están unánimes todos los Santos
Padres.
Los Dos Testigos son: o bien Enoch y Elias redivivos para preparar a
los fieles a la Gran Agonía (Visión 4), o bien dos grandes jefes religiosos
cabezas de los cristianos y de los judíos fieles constituidos en dos cuerpos
diversos. Son dos exégesis alternativas, entre las cuales no oso decidirme.
La Séptima Tuba indudablemente indica la Parusía, como en todos los
Septenarios. El Templo de Dios abierto y el Arca del Testamento apareciendo en
él puede significar la Santísima Virgen, sus apariciones, sus prerrogativas
definidas, su notoriedad de los últimos tiempos: "Foederis Arca."
PARTE II HISTÓRICO - ESJATOLÓGICA
VISIONES 2-10
Visión Segunda El Libro y el Cordero
Canta el río entre las piedras Y el gallo al amanecer Ellos cantan
porque saben Yo canto por aprender.
En la parte primera han sido expuestas como profecías las Epístolas (de Cristo) a las Iglesias del Asia Menor y de todas las épocas, de acuerdo al criterio apuntado por San Agustín, y puesto en uso por muchos, a partir de Nicolás de Lyra en el siglo XIV precedido por el franciscano Alejandro de Bremen en mitad del XIII, y torpemente iniciado por el Abad Joaquín en el XI.
Los que quieren considerar estos capítulos del Apokalypsis como siete
billetes pastorales de un hombre que reclama el título de profeta a siete obispos
sufragáneos – uno de los cuales, Thyatira, no existía aún – no dañan mucho.
Ahora comienza la parte indudablemente para todos profética del librito:
"Sube aquí y te mostraré las cosas que han de suceder en adelante",
en IV, 1.
Se abre con una visión de lo que llamaban los judíos "la gloria
de Dios", [29] o sea el Trono de la Deidad rodeado de
símbolos majestáticos. Los exegetas han visto pronto en esta visión el reflejo
de la famosa de Ezequiel, por la cual el rudo vate del Exilio de Babilonia es
enviado por Dios a profetizar; y en efecto está calcada sobre ella; con mayor
belleza poética. Lo que pocos han visto es que también está influida por la del
Libro de Daniel, capítulo 7, la cual es netamente parusíaca; pues viene luego
de la Cuarta Fiera y su transformación en el "Cuerno Pequeño" que en
Daniel designa al Anticristo; contra el cual se alza el trono de Dios y viene
sobre las nubes del cielo a recibir el poder de su Padre "uno como Hijo
del Hombre". Juan ha sustituido simplemente como apelación de Cristo en
esta escena "Hijo del Hombre" por "Cordero Occiso y
Resurrecto": la redención ya había tenido lugar, y Cristo delante de
Caifás ya se había declarado "Hijo del Hombre”.
Esta visión permanece como retrofondo durante todo el curso de la
Profecía, marcando su carácter: son los sucesos del mundo a la luz del Gobierno
divino.
Después desto
vi: Velay una entrada abierta en el cielo - Y la voz primera La que me habló a
modo de tuba Me dice: "Asciende aquí y te mostraré Lo que ha de hacerse en
adelante" - Y al punto caí en espíritu Y velay una Sede puesta en el cielo
Y sobre la Sede un Sedente Y el que sedía, su aspecto Como piedra jaspe y
sardón Y el arco iris alrededor la Sede Como con brillo de esmeraldas - Y
alrededor la Sede veinticuatro asientos Y sobre los Tronos veinticuatro
Ancianos Envueltos en ropajes blancos Y en sus cabezas coronas áureas Y del
trono brotaban rayos, voces y truenos Y siete lámparas prendidas ante el Trono
Que son los siete espíritus de Dios - Y ante el trono como un mar de cristal Y
en medio del trono y alrededor Cuatro animales Llenos de ojos delante y detrás
- Y el primer animal como un león Y el segundo animal, como un becerro Y el
tercer animal, rostro como de hombre Y el cuarto animal, como águila en vuelo -
Y los cuatro anímales, cada uno dellos Seis alas - Y adentro y alrededor, llenos
de ojos, Y no cesaban día y noche, diciendo: - "Santo, Santo. Santo El
Señor Dios el Pantocrátor El Era el Siendo y el Viniéndose."
Esta denominación ingramatical de Jesucristo (ejemplo de la
"grammar of ungrammar" del Apokalypsis que dijo E. W Benson) por
ingrata que parezca en castellano, es feliz en su significado: Cristo era y su
vida temporal terminó; es, por su resurrección; y la tercera nota,
El-que-viene(participio activo en griego) designa su Parusía; y a él llama Juan
no solamente Señor y Pantocrátor, sino también Dios; pero su natura humana
considera primeramente aquí.
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