PABLO VI Y JUAN PABLO II
Catholic Press: Según Vd., ¿estos
cardenales han adherido deliberadamente a tales ideas o fueron inclinados a
informaciones equivocadas o fueron engañados, o una combinación de todo esto?
Mons. Lefebvre: Yo pienso que las
ideas humanistas y liberales se difundieron en todo el siglo XIX y XX. Estas
ideas seculares fueron propagadas en todos lados, tanto en los gobiernos como
en las iglesias. Estas ideas han penetrado en los seminarios y en toda la
Iglesia, y hoy la Iglesia se despierta hallándose en una camisa de fuerza
liberal. Esto es porque uno se encuentra la influencia liberal, que ha
penetrado en todos los estratos de la vida secular en el curso de los últimos
dos siglos, hasta dentro de la Iglesia. El Concilio Vaticano II fue planificado
por los liberales; era un concilio liberal; el Papa es un liberal y aquellos
que lo rodean son liberales.
Catholic Press: ¿Está diciendo que
el Papa es un liberal?
Mons. Lefebvre: El Papa nunca ha
negado que lo es.
Catholic Press: ¿Cuándo el Papa ha
dicho que es un liberal?
Mons. Lefebvre: El Papa ha afirmado
en muchas ocasiones que es favorable a las ideas modernistas, favorable a un
compromiso con el mundo. Según sus mismas palabras, es necesario “levantar un
puente entre la Iglesia y el mundo secular”. El Papa ha dicho que era necesario
aceptar las ideas humanistas, que era necesario discutir tales ideas; que era
necesario dialogar. En este momento es importante recordar que el diálogo es
contrario a la doctrina de la Fe Católica. El diálogo presupone el encuentro de
dos partes iguales y opuestas; por tanto, en ninguna manera podría tener nada
que ver con la Fe Católica. Nosotros creímos y aceptamos nuestra fe como la
única verdadera Fe en el mundo. Toda esta confusión lleva a compromisos que
destruyen la doctrina de la Iglesia, para la desgracia de la humanidad y de la
Iglesia misma.
Catholic Press: Vd. ha afirmado
conocer la razón hodierna del declive de la frecuentación de la iglesia y de la
falta de interés ante la Iglesia, que, en base a cuanto ha referido, Vd.
atribuye a las decisiones del Vaticano II. ¿Es correcto?
Mons. Lefebvre: No diría que el
Vaticano II habría prevenido lo que está sucediendo en la Iglesia actualmente.
Las ideas modernistas lo han penetrado todo por mucho tiempo y esto no ha sido
un bien para la Iglesia. Pero el hecho es que algunos miembros del clero han
profesado tales ideas, vale decir, ideas de libertad adulterada, en esto caso,
permisivismo. La idea que todas las verdades son iguales, todas las religiones
son iguales, y por consecuencia todas las morales tienen igual dignidad, que
toda consciencia es válida a su manera, que cualquiera puede juzgar teológicamente
lo que puede hacer, todas estas son ideas humanistas de laxismo total sin
alguna disciplina de pensamiento, que conducen a la posición de que cualquiera
puede hacer lo que quiera. Todo esto es absolutamente contrario a nuestra Fe Católica.
Catholic Press: Vd. ha dicho que la
mayor parte de estos consejeros teológicos y peritos fingen solamente
representar la mayoría del pueblo, que en realidad el pueblo no está realmente representado
por estos teólogos liberales. ¿Podría explicarlo?
Mons. Lefebvre: Por “mayoría del
pueblo” entiendo todas las personas que trabajan honestamente para vivir.
Quiero decir las personas con los pies sobre la tierra, las personas de buen
sentido en contacto con el mundo real, el mundo venidero. Estas son la mayoría
de las personas, que prefieren las tradiciones y el orden al caos. Este es un
movimiento de todas estas personas en todo el mundo, que está lentamente
coagulándose en oposición total a todos los cambios que han sido hechos en su nombre,
en su religión. Estas personas de buena voluntad han estado tan traumatizadas
por estos cambios dramáticos que ahora son reluctantes a frecuentar la iglesia.
Cuando van a una iglesia modernista, ellos no encuentran lo sagrado, el
carácter místico de la Iglesia, todo lo que es verdaderamente divino.Lo que
conduce a Dios es divino y ellos no encuentran más a Dios en estas iglesias.
¿Por qué deberían ir a un lugar donde Dios está ausente? Los fieles perciben
esto muy bien y los cardenales liberales y sus consultores han seriamente
subvalorado la lealtad de la mayoría de los fieles a su verdadera Fe. ¿Cómo
[alguien] se puede explicar que, ni bien abrimos una capilla o una iglesia
tradicional, la gente viene de todos lados? Hemos solo levantado el lugar. Las Misas
se realizan todo el día para hacer participar a todos los fieles. ¿Por qué?
Porque ellos encuentran nuevamente eso que necesitan: lo sagrado, lo místico,
el respeto por lo sagrado. Por ejemplo, Vd. pudiera ver esta escena en el
aeropuerto: diversas personas yendo hacia los sacerdotes que habían ido allí a recibirme,
y agitando sus manos, ¡y eran perfectos extraños! ¿Por qué? Porque cuando las
personas encuentran un sacerdote, un verdadero sacerdote, un sacerdote que se
comporta como sacerdote, que viste como un sacerdote, inmediatamente son atraídas
por él y lo siguen. Esto sucede en los Estados Unidos, sucede en Europa y en
todas partes del mundo. Gente en las calles que va a saludar a un sacerdote;
vienen de la nada solo para congratularse con él y decirle cuán gozosos están
de ver un real sacerdote, para decirle que están dichosos de que aún hay
sacerdotes vienen de la nada solo para congratularse con él y decirle cuán
gozosos están de ver un real sacerdote, para decirle que están dichosos de que
aún hay sacerdotes.
Catholic Press: ¿Está diciendo que
el hábito y la túnica hacen la diferencia en la calidad del sacerdote?
Mons. Lefebvre: Las túnicas y los
hábitos son, obviamente, solo un símbolo, pero es por lo que este símbolo
representa que las personas son atraídas, no, obviamente, el símbolo mismo.
Catholic Press: ¿Por qué vosotros
dais tanta importancia a los rituales de la “Misa Tridentina”?
Mons. Lefebvre: Nosotros
ciertamente no insistimos sobre los rituales solo por los rituales, sino
solamente como símbolos de nuestra fe. En tal contexto estamos convencidos que
son importantes. Sin embargo, es la sustancia y no los ritos de la Misa Tridentina
los que han sido removidos.
Catholic Press: ¿Podría ser más específico?
Mons. Lefebvre: Las nuevas
oraciones del Ofertorio no expresan la noción católica del sacrificio. Ellas
simplemente explican el concepto de una mera participación del pan y del vino.
Por ejemplo, la Misa tridentina dirige a Dios la oración “Súscipe, sancte
Pater, omnípotens ætérne Deus, hanc immaculátam hóstiam, quam ego indígnus
fámulus tuus óffero tibi Deo meo vivo et vero, pro innumerabílibus peccátis, et
offensiónibus, et neglegéntiis meis” (“Recibe, oh Padre Santo, omnipotente y eterno
Dios, esta que va a ser Hostia inmaculada y que yo, indigno siervo tuyo, te
ofrezco a Ti, mi Dios vivo y verdadero, por mis innumerables pecados, ofensas y
negligencias”). Dice la nueva Misa: “Ofrecemos este pan como el pan de vida”.
No hay ninguna mención del sacrificio o de la víctima. Este texto es vago e
impreciso, se presta a la ambigüedad y ha sido pensado para que fuese aceptable
para los protestantes. Es, sin embargo, inaceptable para la verdadera Fe y la
Doctrina Católica. La sustancia ha sido cambiada en favor de la acomodación y
del compromiso.
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