El secretario de Estado Mike Pompeo anuncia la creación del «Grupo de Acción para Irán».
Al igual que el presidente
Reagan, el presidente Trump parece anti-iraní. Pero es posible que sólo sea una
cuestión de apariencia. Reagan llegó a establecer una alianza secreta con el
imam Khomeiny. Trump podría actuar de la misma manera con los partidarios del
ex presidente iraní Ahmadineyad. Al menos, esa es la sorprendente hipótesis de
Thierry Meyssan.
Este anuncio tiene lugar en
momentos en que, por su parte, el presidente Trump ha decidido
posponer sine die la aplicación de su plan para el
Medio Oriente (The Deal of the Century). Y nada puede
cambiar en Palestina sin apoyo de Irán.
Hay que recordar, por otro
lado, que el JCPOA de Barack Obama no está concebido únicamente para
garantizar que Irán no fabrique la bomba atómica. Eso es sólo el
pretexto. El verdadero objetivo del JCPOA es impedir que Irán disponga de
científicos de alto nivel y que pueda llegar a concebir técnicas de
vanguardia [2].
En efecto, el JCPOA obligó Irán a cerrar varias facultades
universitarias.
Según la oposición
demócrata estadounidense, la administración Trump estaría volviendo a la
política de cambio de régimen de los neoconservadores. Prueba de ello
sería la fecha escogida para hacer el anuncio: el 65º aniversario del
golpe de Estado anglo-estadounidense contra el primer ministro iraní Mohammad
Mosaddegh. Sin embargo, lo cierto es que aunque el derrocamiento de
Mossadegh realmente sirvió de inspiración a los neoconservadores,
ese hecho –identificado como “Operación Ajax”– no tuvo nada que
ver con ellos. Además, los neoconservadores han estado tanto
al servicio del Partido Republicano como de los demócratas.
Durante su campaña
electoral y sus primeros días en la Casa Blanca, Donald Trump criticó
constantemente el pensamiento globalista de los neoconservadores y declaró
repetidamente que su administración no trataría de cambiar regímenes
por la fuerza en otros países. El secretario de Estado Mike Pompeo
asegura por su parte que la coincidencia de fechas es puramente fortuita.
Se ha dado en llamar «neoconservadores»
a un grupo de intelectuales trotskistas –o sea, contrarios al concepto de
Estado-nación–, militantes del Social Democrats USA que
se acercaron a la CIA y al MI6 para luchar contra la Unión
Soviética. Ronald Reagan los asoció al poder estadounidense y a partir de
entonces estuvieron presentes en todas las administraciones estadounidenses,
tanto republicanas como demócratas, manteniéndose en el poder junto a
Bush padre, Bill Clinton, Bush hijo y Barack Obama. Actualmente
conservan el control de los llamados «Cinco Ojos» –la alianza
de agencias de inteligencia de Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Reino
Unido y Estados Unidos–, la National Endowment for Democracy(o sea
la tristemente célebre NED) [3].
Estos partidarios de la «revolución mundial» popularizaron la idea
de «democratizar» países mediante «revoluciones de colores» o
recurriendo directamente a la guerra.
En 2006, los
neoconservadores crearon en la administración de Bush hijo «Grupo para
la Política y las Operaciones en Irán y Siria» (Irán Syria
Policy and Operations Group), encabezado por Elizabeth Cheney –la hija del
entonces vicepresidente Dick Cheney. Ese grupo, que trabajó inicialmente
en la sede de la secretaría de Defensa y se trasladó después a las
oficinas del vicepresidente Cheney, se componía de 5 secciones que se encargaban
respectivamente de garantizar:
el traslado de armas a Irán
y Siria desde Bahréin, los Emiratos Árabes Unidos y Omán;
- el apoyo a los
trotskistas y aliados en Irán (los Muyahidines del Pueblo) y en Siria (Riad
al-Turk, Georges Sabra y Michel Kilo);
- la vigilancia sobre las
redes bancarias iraníes y sirias;
- la infiltración de
agentes en grupos proiraníes y prosirios en el «Medio Oriente ampliado»,
también llamado «Gran Medio Oriente»;
- la penetración y control
de los medios de difusión de la región para utilizarlos en la difusión de la
propaganda estadounidense.
Ese Grupo fue disuelto,
oficialmente, en 2007. En realidad, sólo pasó a ser parte de una
estructura aún más secreta encargada de la estrategia para la «democracia
global» (Global Democracy Strategy). Esa estructura, bajo
la autoridad del neoconservador Elliott Abrams (el mismo personaje
del escándalo Irán-Contras) y de James Jeffrey, extendió ese tipo de trabajo a
otras regiones del mundo.
Fue ese Grupo el que
supervisó la planificación de la guerra contra Siria.
La prensa estadounidense,
violentamente anti-Trump, presentó a Elliott Abrams como posible primer
secretario de Estado de la administración Trump cuando el nuevo presidente
lo recibió en la Casa Blanca. El encuentro fue largo pero no pasó
de ahí.
Lo que hace más creíble la
acusación de que la administración Trump quiere resucitar la estrategia
anteriormente descrita es el hecho que el embajador James Jeffrey,
acaba de ser nombrado representante especial para Siria.
El representante especial
de Estados Unidos para Siria, James Jeffrey, presta juramento ante el
secretario de Estado Mike Pompeo.
James Jeffrey es un «diplomático»
de carrera. Se encargó de la aplicación de los acuerdos de Dayton en
Bosnia-Herzegovina. Estaba en Kuwait en el momento de la invasión iraquí.
En 2004 supervisó –bajo las órdenes de John Negroponte– la transición
entre la Autoridad Provisional de la coalición en Irak (que en realidad
era una empresa privada [4])
y el gobierno iraquí instaurado después del derrocamiento de Saddam Hussein.
Luego entró en el equipo de Condoleezza Rice en Washington y participó en
el ya mencionado Grupo para la Política y Operaciones en Irán
y Siria. Fue uno de los teóricos del redespliegue militar estadounidense
en Irak (The Surge), de cuya aplicación se encargó el general
Petraeus. James Jeffrey trabajó también como adjunto del consejero de seguridad
nacional en la administración de Bush hijo, Stephen Hadley, durante la
guerra en Georgia y fue embajador en Turquía, también durante la
administración de Bush Jr., y en Irak, bajo la administración Obama.
Si se analiza con un poco
de atención, puede verse que, desde la disolución de la URSS, toda
la carrera de James Jeffrey se ha desarrollado alrededor de Irán,
pero no necesariamente contra el gobierno iraní. Por ejemplo,
Irán participó en la guerra de Bosnia-Herzegovina, junto a Arabia Saudita y
bajo las órdenes de Estados Unidos. Sin embargo, en Irak,
Jeffrey se opuso a la influencia de Teherán. Pero cuando Georgia
atacó Osetia del Sur y Abjasia, Jeffrey no defendió al
presidente georgiano Saakachvili, quien había alquilado a Israel
dos aeropuertos para que Tel Aviv pudiera atacar Irán
desde Georgia.
Brian
Hook
Mike Pompeo nombró a Brian
Hook a la cabeza del Grupo de Acción para Irán. Brian Hook es un
intervencionista que fue asistente de Condoleezza Rice, a cargo de las
organizaciones internacionales. Hasta ahora se ocupaba de elaborar
las estrategias del Departamento de Estado.
Según Pompeo, el objetivo
del nuevo Grupo de Acción para Irán no es cambiar el régimen
sino obligar Irán a cambiar de política. Esa estrategia aparece
en momentos en que la República Islámica atraviesa una importante
crisis económica y política. Mientras la clase clerical –doblemente
representada por el presidente-jeque Hassan Rohani y el ayatola Alí Khamenei
como Guía de la Revolución– se aferra al poder,
las manifestaciones populares contra esa clase sacuden el país.
Al contrario de la imagen existente en Occidente,
la revolución del imam Khomeiny no era clerical sino
antiimperialista. Las protestas pueden por tanto llevar tanto a un
cambio de régimen como a la continuación de la Revolución khomeinista… pero sin la clase
clerical. Esa es la segunda opción, representada por el
ex presidente Mahmud Ahmadineyad –actualmente bajo detención domiciliaria–
y su ex vicepresidente Baghaie –condenado a 15 años de cárcel y
mantenido bajo régimen de incomunicación.
El 21 de mayo pasado, Mike
Pompeo presentaba ante la Heritage Foundation [5]
sus 12 objetivos para Irán [6].
A primera vista, era una larga lista de exigencias imposibles de
aceptar. Sin embargo, vistos más detenidamente, los puntos del 1
al 3, sobre el tema nuclear, van menos lejos que el JCPOA.
El punto 4, sobre los misiles balísticos, es inaceptable, y
los puntos del 5 al 12 apuntan a convencer a Irán de que renuncie a
exportar su revolución por el camino de las armas.
El 15 de agosto, o sea la
víspera del anuncio de Pompeo, el Guía de la Revolución, ayatola Alí
Khamenei, reconoció haberse equivocado cuando autorizó el equipo del jeque
Rohani a negociar el JCPOA con la administración Obama [7].
Es importante precisar que, cuando el Guía autorizó esas negociaciones,
Rohani ni siquiera había sido electo presidente y que su elección
–así como la exclusión de los partidarios de Ahmadineyad, cuyo candidato
fue excluido del proceso electoral– fue parte de la negociación con los
estadounidenses.
El ex presidente iraní
Mahmud Ahmadineyad, quien ve una diferencia entre las políticas de la
administración Obama y la del presidente Trump, escribió a este último
cuando resultó electo [8].
En su carta Ahmadineyad mostraba que compartía el análisis
de Donald Trump sobre el sistema de globalización del dúo Obama-Clinton y
su certeza de que tendría graves consecuencias tanto para el mundo como
para el pueblo estadounidense.
Cuando comenzaron las
manifestaciones en Irán, en diciembre de 2017, el gobierno de
Rohani acusó a Ahmadineyad de ser el responsable de las protestas.
En marzo de 2018, Ahmadineyad consumó su ruptura con el Guía
al revelar que la oficina del ayatola Khamenei había desviado
80 000 millones de rials de instituciones caritativas y
religiosas [9].
Dos semanas antes del anuncio de Pompeo, Ahmadineyad, a pesar de
hallarse bajo detención domiciliaria, llamó al presidente Rohani a
dimitir [10].
Todo hace pensar que, si la
administración Obama apoyaba a Rohani, la administración Trump respalda a
los partidarios de Ahmadineyad. Algo parecido ya sucedió antes cuando
el presidente Carter y su consejero de seguridad nacional Brzeziński
emprendían la «Operación Eagle Claw» contra la Revolución iraní
mientras que Ronald Reagan se asociaba al imam Khomeiny en la llamada
«Sorpresa de Octubre» (October surprise).
En otras palabras, la Casa
Blanca pudiera conformarse con un regreso al poder de los partidarios de
Ahmadineyad, a condición de que se comprometan a que la exportación
de la Revolución continúe solamente a través del debate de ideas.
[1] “Remarks on the Creation of the Iran
Action Group”,
por Michael R. Pompeo; “Briefing on the Creation of the Iran Action
Group”,
por Brian Hooks, State Department, 16 de agosto de 2018.
[2]
«¿Quién le teme al
programa nuclear civil de Irán?», por Thierry Meyssan, Red Voltaire,
9 de julio de 2010.
[3]
«Las redes de la
injerencia “democrática”», «La NED, vitrina legal de
la CIA», por Thierry Meyssan, Оdnako (Rusia) , Red Voltaire,
21 de noviembre de 2004 y 11 de octubre de 2010.
[4]
«¿Quién gobierna
en Irak?», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 31 de
mayo de 2004.
[5]
«La Fundación Heritage:
pensamiento “listo para servir”», Red Voltaire, 27 de
febrero de 2005.
[6] “Mike Pompeo at The Heritage Foundation”, por Mike Pompeo, Voltaire Network,
21 de mayo de 2018.
[7]
«El Guía de la
Revolución iraní rectifica su punto de vista», Red Voltaire,
17 de agosto de 2018.
[8] “Letter by Mahmoud Ahmadinejad to Donald Trump”, por Mahmoud Ahmadinejad, Voltaire
Network, 26 de febrero de 2017.
[9]
«Ahmadineyad acusa al
ayatola Khamenei de desvío de fondos», Red Voltaire, 22 de
marzo de 2018.
[10]
«En Irán: el
ex presidente Ahmadineyad exhorta el presidente Rohani a dimitir», Red Voltaire,
10 de agosto de 2018.
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