jueves, 30 de agosto de 2018

LA VIDA DE MONS. MARCEL LEFEBVRE



Monseñor, ésta es la impresión que me da su misión: la de un ejército en desbandada.
No le disgustó al Vicario Apostólico esa apreciación, pues sabía que se acercaba a la realidad. Como diría más tarde el mismo Padre: «Con Monseñor Grimault reinaba el inmovilismos'". ¿No había cenado este Obispo un día con el Mariscal Pétain, sin pedirle ningún subsidio? ¿No tenía como máxima favorita: «Si Dios quisiera, convertiría al mundo con el meñique», como si la gracia de Dios pudiese prescindir de la acción humanar".
Ésa no era la manera de pensar de Monseñor Lefebvre, que se daba cuenta de cómo los paganos suplicaban al misionero que les enseñase el catecismo y les abriese escuelas. Tenía que responder a esa súplica estableciéndose entre ellos y construyéndoles capillas y aulas de clase. Su pedido le parecía tanto más angustioso, por no decir angustiado, cuanto que estaban rodeados de mahometanos. Tenía que llegar primero, o si no la Iglesia perdería su lugar, yesos poblados, que hoy son abiertos y acogedores, se cerrarían (¿por cuántos años o quizá siglos?) a la luz y a la vida'".
En Fatick habían fracasado dos intentos de fundar una misión.
Además, el Rey de Sine, Makékor Diouf, se oponía a ello: No quiero siquiera que crucen el puente -les había dicho a los misioneros-; y del lado del río en que se encuentran, ¡no construyan nada que una flecha no pueda atravesar de parte a parte!.
Sólo se permitía levantar chozas. Por eso, el puesto misional tuvo que establecerse en Diohine, a 25 kilómetros de allí.
Un hermoso día de 1949 el joven Padre Gravrand, con permiso de su Superior, decidió «cruzar el puente». Ahora bien, mientras pensaba «estar cruzando el Rubicón como César», se encontró frente a frente con el Rey de Sine, que venía en la dirección contraria.
-Excelencia, lo estaba buscando -le dijo filialmente el misio-
nero al soberano, explicándole que iba a tres poblados a «comenzar la evangelización de la Iglesia de los cristianos».
En ese instante el Rey cambió. Respondió: «¡Muy bien!». Y dio órdenes al acompañante africano del Padre: «Vaya a ver al Bour (el Rey) de Pourantok de mi parte y dígale: El Bour le dice que reúna a los viejos en la plaza del poblado y entregue sus hijos al Padre». Y así se hizo.
El Bour Sine (Rey de Sine) explicaría más tarde: El primer día que lo vi (al misionero), me habló como un hijo a su Padre; entonces me sentí como un Padre para él y decidí concederle lo que me pidiera, sin importarme lo que fuera".
Explotando el efecto de esta gracia, el Padre Gravrand tuvo la alegría de inscribir a sus cien primeros catecúmenos, y Monseñor Lefebvre tomó pronto la decisión de fundar finalmente la Misión de Fatick.
Fue así como, con o sin milagros, pero en todo caso con la llegada de muchos nuevos misioneros, logró que el número de puestos misionales independientes pasara de diez a veinticinco?'.
Monseñor elegía los lugares donde había que invertir en personal y en edificios con un tino casi profético -recordaba el Padre Gervais-. Nos solían sorprender sus proyectos y decisiones audaces, y nunca tardábamos en ver su acierto con la evolución tanto de la ciudad de Dakar como de los puestos misionales del interior. No imponía jamás sus opiniones, pero cuando decía: «En su lugar, yo haría tal cosa», sabíamos que su plan era el mejor y que seguiría de cerca su desarrollan.
En el caso de Fatick, el segundo día de su visita a Diohine, Monseñor tomó consigo al Padre Gravrand y le dijo: «Vamos a Fatick, voy a enseñarle el lugar donde hay que construir la Misión».
Entonces -decía el Padre- vi cómo fundaba una misión: recorría el lugar metro por metro con sus propios pies, con sus propias piernas. Sabía que hacían falta tantos metros por tantos metros para el presbiterio, que había que reservar tal lugar para la iglesia, que a tal distancia debía ir la escuela, que a las hermanas había que ponerlas en tal punto, y así otras cosas; y yo me limitaba a mirarlo... Era obvio que había calculado y pensado esa fundación, y que había que hacerla tal como estaba en su mente".
Un día el Obispo le dijo al Párroco de Bambey:
-Mire, acabo de recibir este donativo de Suiza, con el que podré construir un dispensario en N gaskop.
-¡En Ngaskop! ¿Ese puñado de poblados paganos, a 20 kilómetros al final de un camino intransitable? ¡Y todas las piedras que me va a hacer transportar!, etc,
Aún así, por muchos argumentos que le expusiera el Padre Bourdelet, el Prelado -inflexible- siempre respondía:
-Sí, pero es en Ngaskop donde hay que hacerla.
Finalmente, dándose por vencido, el Padre exclamó: ¡Yeso -explicaba- yo se lo podía decir a Monseñor Lefebvre! El Obispo tuvo razón: los Fogola o «amigos de los cristianos» se inscribieron en la lista de los simpatizantes dispuestos a resistir al Islam y a bautizarse al menos antes de morir. Y estos poblados de tres mil o cuatro mil animistas quedaron vinculados a la Iglesia a partir de ese momento; muy pronto hubo bautismos y numerosos catecúmenos, y se hizo bautizar a los niños. Así es como, con miras a la evangelización, Monseñor Lefebvre había querido preservar primero a aquellos pueblos de la islamización, y lo había logrado a la perfección".
5. Problemas urbanos y nuevas parroquias

Tres años después de su llegada a Dakar, Monseñor Lefebvre había adquirido tal conocimiento del país que pudo escribir una notabilísima carta pastoral sobre los problemas económicos y sociales de Senegal, que fue leída públicamente en la exposición misionera de Lourdes en 1953.
Reservando para más tarde el análisis de la doctrina del Prelado, subrayemos ahora las soluciones que intentó dar a los problemas sociales. En Dakar, el aumento de población se había disparado con la llegada de profesionales y obreros contratados en Francia, de comerciantes sirios y libaneses, y de masas de indígenas que abandonaban la sabana. Los europeos se construían barrios nuevos: la zona residencial de Fann, o la otra más barata del «Punto E» de Dakar; mientras que los indígenas tendían a amontonarse en barrios populosos y alejados del centro: Medina, Reubeuss y Pikine.
La separación de las diversas comunidades étnicas se acentuaba cada vez más. Sin querer suprimir las diferencias, Monseñor Lefebvre se esforzó por aproximar las clases y etnias invitando a los movimientos de Acción Católica europeos y africanos para que se frecuentaran entre sí y examinaran los problemas comunes, sociales y religiosos. Así -decía- «se conocerán mejor, se apreciarán mutuamente y disiparán los prejuicios que los dividen». Pero este espíritu de frecuentación mutua sólo pudo realizarse en la Ciudad Católica o con los Scouts Aventuras de Francois Lagneau, que tuvo que oponerse a las directivas de racismo «antiblancos-colonialistas» de los dirigentes franceses/".
Dándose cuenta del nacimiento de un proletariado obrero urbano, el Obispo trató de aportarle un remedio mediante sus contactos con empresas metropolitanas de construcción de viviendas (como el comité interprofesional de viviendas de Roubaix-Tourcoing)77, mediante el desarrollo de la Acción Católica (como veremos después) y mediante la creación de nuevas parroquias.
Fue así como Monseñor Lefebvre hizo venir de las islas de Cabo Verde al Padre Fernando Bussard, natural de Cruyere y misionero en esas mismas islas, para que se ocupase de los caboverdianos de Dakar, de lengua creole portuguesa. Éstos, por una falsa idea de superioridad, iban los domingos a la Misa de once y media de los europeos. Monseñor Lefebvre no habría aceptado jamás que hubiese una «Misa para blancos» y una «Misa para negros», pero la costumbre exigía que los blancos no fuesen ni a la Misa de ocho ni a la Misa mayor de las diez, que los indígenas frecuentaban. Además, para los libaneses, el Obispo obtuvo de la Santa Sede la llegada de un religioso, el Padre Agustín Sarkis, y bendijo en 1952 la primera piedra de la iglesia de Nuestra Señora del Líbano, en la que pudo celebrarse el rito maronita".
La iglesia del Sagrado Corazón, construida hacía ya cuarenta años, se caía a pedazos. En enero de 1949 el Obispo hizo organizar una primera kermés, a la que después seguirían otras, para solicitar la caridad de los cristianos; con las ganancias sólo se pudo comprar un inmenso hangar metálico al que una hábil obra de albañilería dio el aspecto de un santuario, que fue bendecido en diciembre de 1949. En Medina se había abierto una capilla en 1945, en un antiguo establo; luego se la instaló en un cine, y después en una zona de barracas estadounidenses. Monseñor Lefebvre hizo edificar una iglesia y erigió, en diciembre de 1949, la parroquia de San José de Medina; en 1959 hubo que agrandar la iglesia en un hermoso estilo románico, y el Obispo supervisó la erección de un alto campanario como señal de la presencia cristiana en aquel barrio tan islamizado".
Otras iglesias (las de las futuras parroquias) se construyeron sin cesar: Santa Teresita del Niño Jesús del Gran Dakar en el Punto E (1956), San Cristóbal de Yoff (1956), Nuestra Señora de Cabo Verde en Pikine, Santa Ana de Bel-Air, que fueron durante mucho tiempo humildes capillas, Nuestra Señora de los Ángeles de Ouakam (1961), etc.; sin contar Santo Domingo, un pequeño fortín sin gracia, bendecido en 1961 por Monseñor Maury. El Obispo llamaba para estas obras a los arquitectos Strobel, de la Misión de Yaoundé, y Muller, de Colmar, que le diseñaban gratis los planos".
En cuanto a la parroquia de la catedral, que tenía diez mil almas en 1951 y quince mil en 1960, su Misa mayor se emitía cada domingo por Radio Dakar. Su último Párroco, nombrado por Monseñor Lefebvre el 9 de octubre de 1960, fue el Padre Thiandoum.
A su llegada, Monseñor había encontrado en Dakar dos parroquias y tres iglesias; a su partida le dejaba a su sucesor nueve parroquias y trece iglesias".



miércoles, 29 de agosto de 2018

UNA VEZ SE DIJO, PERO SIEMPRE OLVIDAMOS




PARA TENER PRESENTE SIEMPRE Y NO OLVIDAR

En 1946, el P. Garrigou-Lagrange, advirtió en su artículo de referencia en contra de la Nueva teología moderna: Aquellos que han tratado de asistir a las clases de los maestros del pensamiento modernista con el fin de convertirlos, se han dejado convertir por ellos”.
Cuan tan difícil es, en la actualidad, la vocación del sacerdocio Católico porque contra viento y marea debe, como su principal deber guardar la fe, conservar la doctrina de Nuestro Señor Jesucristo, salvaguardar el sacerdocio y proteger el Danto Sacrificio de la Misa. Si, humanamente, se mira es del todo imposible cumplir con la mayor fidelidad esta vocación y conservar estos magníficos tesoros encomendados en manos frágiles y débiles, en vasos de barro. Pero, sin duda alguna, que Dios Nuestro Señor es el que con su omnipotencia nos hace aptos para esta vocación, nos sostiene, nos cuida, y, con gran confianza, permite y entrega todo cuanto he dicho como antaño eligió a San Pedro para la gran misión de Pontífice de su Iglesia.
Pero una gran tormenta con impresionantes olas se ha levantado sobre nosotros católicos de los últimos tiempos, como jamás la ha habido en la historia de nuestra sufrida Iglesia Católica, tempestad que jamás imaginamos, tempestad que nos deprime, entristece, desanima y desalienta y nos produce hastió a tal grado de postrarnos en tierra como a Jesucristo en el huerto de los Olivos, porque nos oculta al sol de justicia dejándonos en las sombras más densas en donde la gran confusión reina y no nos faltan ganas de abandonar la nave de la verdadera Iglesia al ver, con gran desconsuelo, cuantas pobres almas se han tirado al vacio o se han entregado no a la oscuridad sino a las tinieblas exteriores como dijo Nuestro Señor a Judas: “Lo que has de hacer, hazlo pronto” y San Juan nos dice: “Y cuando salió judas era de noche.”
La noche actual por ser obra del maligno, puesto que es su costumbre según San Juan: “El enemigo llego de noche y sembró la cizaña” la cizaña han sido, a través de la historia de la Iglesia, las herejías de todos los colores y sabores, o sea, para todos los gustos, así como aquel mana que cayó del cielo con el cual Dios alimento a los judíos en el desierto, el cual se acomodaba al gusto de cada uno.
Pero este mana no tiene su origen en el cielo sino en el infierno, me refiero al modernismo que es la cloaca (expresión usada por San Pío X en su Encíclica Paccendi Gregis) de todas las cizañas y ha generado ésta gran tempestad y, que han dicho sobre ella nuestros santos Pontífices de Pio doce para abajo?
He aquí las palabras de San Pió X:
Hablamos, venerables hermanos, de un gran número de católicos seglares y, lo que es aún más deplorable, hasta de sacerdotes, los cuales, so pretexto de amor a la Iglesia, faltos en absoluto de conocimientos serios en filosofía y teología, e impregnados, por lo contrario, hasta la médula de los huesos, con venenosos errores bebidos en los escritos de los adversarios del catolicismo, se presentan, con desprecio de toda modestia, como restauradores de la Iglesia, y en apretada falange asaltan con audacia todo cuanto hay de más sagrado en la obra de Jesucristo, sin respetar ni aun la propia persona del divino Redentor, que con sacrílega temeridad rebajan a la categoría de puro y simple hombre.
Añádase que han aplicado la segur no a las ramas, ni tampoco a débiles renuevos, sino a la raíz misma; esto es, a la fe y a sus fibras más profundas.
Por fin, y esto parece quitar toda esperanza de remedio, sus doctrinas les han pervertido el alma de tal suerte, que desprecian toda autoridad y no soportan corrección alguna; y atrincherándose en una conciencia mentirosa, nada omiten para que se atribuya a celo sincero de la verdad lo que sólo es obra de la tenacidad y del orgullo.
Y como una táctica de los modernistas (así se les llama vulgarmente, y con mucha razón), táctica, a la verdad, la más insidiosa, consiste en no exponer jamás sus doctrinas de un modo metódico y en su conjunto, sino dándolas en cierto modo por fragmentos y esparcidas acá y allá, lo cual contribuye a que se les juzgue fluctuantes e indecisos en sus ideas, cuando en realidad éstas son perfectamente fijas y consistentes.
Pio VI condeno estas falsas doctrinas modernistas, así lo refiere san Pio X. “Las teorías de donde estos errores manan, venerables hermanos, son ciertamente las que solemnemente condenó nuestro predecesor Pío VI en su constitución apostólica Auctorem fidei. Para no hacer más larga la exposición citaremos las palabras de Pio IX EN VOCA DE San PioX
Pio IX: “«Esos enemigos de la revelación divina, prodigando estupendas alabanzas al progreso humano, quieren, con temeraria y sacrílega osadía, introducirlo en la religión católica, como si la religión fuese obra de los hombres y no de Dios, o algún invento filosófico que con trazas humanas pueda perfeccionarse»(14). (No olvidemos el documento del Sylabus errorum donde el mismo Papa codena los errores modernistas tan en boga hoy día)
CONCILIO VATICANO_ «Ni, pues, la doctrina de la fe que Dios ha revelado se propuso como un invento filosófico para que la perfeccionasen los ingenios humanos, sino como un depósito divino se entregó a la Esposa de Cristo, a fin de que la custodiara fielmente e infaliblemente la declarase. De aquí que se han de retener también los dogmas sagrados en el sentido perpetuo que una vez declaró la Santa Madre Iglesia, ni jamás hay que apartarse de él con color y nombre de más alta inteligencia.» (O sea no a la evolución de los dogmas ni a la elucubración de los Seudo filósofos que alimentan estas doctrinas perversas conpendiadas en el modernismo)
PALABRAS DE MONS. LEFEBVRE_ Les pregunto: ¿dónde están las verdaderas notas de la Iglesia? ¿Están en la Iglesia oficial (no se trata de la Iglesia visible, se trata de la Iglesia oficial) o en nosotros, en lo que representamos, lo que somos? Queda claro que somos nosotros quienes conservamos la unidad de la fe, que desapareció de la Iglesia oficial. Un obispo cree en esto, el otro no; la fe es distinta, sus catecismos abominables contienen herejías. ¿Dónde está la unidad de la fe en Roma? ¿Dónde está la unidad de la fe en el mundo? Está en nosotros, quienes la conservamos.
el santo Papa Pió X, en la encíclica “Pascendi”, condena estos términos de “tradición viva”, de “Iglesia viva”, de “fe viva”, (Un retorno a las reformas de Cranmer 1n el año 1500, quienes quieran conocer esta reforma en este blog se encuentran artículos que hacen referencia a ella) etc., en el sentido que los modernistas lo entienden, es decir, de la evolución que depende de las circunstancias históricas. La verdad de la Revelación, la explicación de la Revelación, dependerían de las circunstancias históricas.
¿”Es necesario, obligatoriamente, salir de la Iglesia visible para no perder el alma, salir de la sociedad de los fieles unidos al Papa”? No somos nosotros, sino los modernistas quienes salen de la Iglesia.
¿Salir, por lo tanto, de la Iglesia oficial? En cierta medida, ¡sí!, obviamente. Todo el libro del Sr. Madiran “La Herejía del Siglo XX” es la historia de la herejía de los obispos. Es necesario, pues, salir de este medio de los obispos, si no se quiere perder el alma. Pero eso no basta, ya que es en Roma donde se instala la herejía. Si los obispos son herejes (incluso sin tomar este término en el sentido y con las consecuencias canónicas), no es sin la influencia de Roma. Si nos alejamos de esta gente, es absolutamente de la misma manera que con las personas que tienen el SIDA. No se tiene deseo de contraerlo. Ahora bien, tienen el SIDA espiritual, enfermedades contagiosas. Si se quiere guardar la salud, es necesario no ir con ellos. (¡Cuan tan claro y prciso es el lenguaje de los que aman la verdad y mueren por ella!)
El cardenal Ratzinger, por otra parte, no lo oculta: adoptaron ideas, no de Iglesia, sino del mundo y consideran un deber hacerlas entrar en la Iglesia. Ahora bien, las autoridades no cambiaron ni una iota sus ideas sobre el Concilio, el liberalismo y el modernismo. Son anti-tradición, tal como debe entenderse y como la Iglesia lo comprende. Eso no entra en su concepción. (Las advertencias de estos santos varones de Dios no pueden, sin detrimento del alma, ser dejadas de lado ni dejar que pasen desapercibidas u olvidadas so pretexto de ser saludables advertencias que quedaron en el pasado y ahora estamos viviendo momentos modernos, la verdad es ayer, hoy y siempre. Quien, por desgracia, incurra en una de las acciones antes dicha sepa que se enfrenta directamente contra Dios la verdad misma quien dijo: “El que a vosotros escucha a Mi me escucha y a quien vosotros desprecia a Mí me desprecia.” Sentencia del VERBO eterno hecho hombre y de Dios nadie se burla. Así pues quien trate con temerario desprecio estos textos que contra el modernismo escribieron estos santos varones sepa que se juega la propia salvación de su alma. Esto será quizá una de las tantas preguntas que, el día de nuestro juicio, el justo juez nos haga y, que le responderemos? Porque no las conocíamos, por los amigos, por la “parroquia” etc. Sin lugar a dudas nos dirá: “Yo deje el cielo por tí, Yo deje a mi madre por ti y dejaría otras tantas cosas por ti y tú no fuiste capaz de dejar todo eso por Mí hijo ingrato.” Quien esto escribe no quiere entrar en componendas con Nuestro Señor en ese momento tan importante y único en la vida de un hombre. Si el adherirse a la Verdad Única es entrar en conflicto con este mundo, bienvenido sea ese conflicto con tal de no dejar a Nuestro Señor Jesucristo)

Una vez de haber señalado de forma sucinta al enemigo de la Iglesia Católica verdadera, por estas linternas puestas por Nuestro Señor no debajo de la mesa sino sobre el celemín, hablemos un poco de quienes recibiendo esta misma encomienda de salvaguardar la fe y todo lo que en este punto hemos dicho más arriba,(Me refiero, no sin pesar del alma, no solo a los Obispos y sacerdotes sino también a los fieles de los que, según Mons. Pozzo, la fraternidad busca su salvación, pero por el contrario junto con ellos  se han arrojado temerariamente en manos de esta gran tempestad. Relatare en forma lo más sintetizada posible los principales acontecimientos que sellan esa alianza de la Fraternidad con la Roma modernista. (A estas alturas me pregunto, importa mucho una miserable firma cuando ya se están realizando cosas más graves que ese garabato?)
 No será vuestro servidor quien exponga la posición de la Fraternidad ante Roma lo cual, en lo particular,  se opone diametralmente a las advertencias de los Papas antes mencionados y al fundador de la misma Congregación.
Pretender que la Roma apostata cambie su rumbo es una utopía que ya está produciendo graves consecuencias y solo es el inicio.



martes, 28 de agosto de 2018

LA CIUDAD DE DIOS San Agustín



LIBRO DÉCIMO CUARTO. EL DESORDEN DE LAS PASIONES, 

PENA DEL PECADO
Capítulo primero. Por la desobediencia del primer hombre, todos caerían en la eternidad de la segunda muerte, si la gracia de Dios no librase a muchos

Dijimos ya en los libros precedentes cómo Dios, para unir en sociedad a los hombres, no sólo con la semejanza de la naturaleza, sino también para estrecharlos en una nueva unión y concordia con el vínculo de la paz por medio de cierto parentesco, quiso criarlos y propagarlos de un solo hombre; y cómo ningún individuo del linaje humano muriera si los dos primeros, creados por Dios, el uno de la nada y el otro del primero, no lo merecieran por su desobediencia; los cuales cometieron un pecado tan enorme, que con él se empeoró la humana naturaleza, trascendiendo hasta sus más remotos descendientes la dura pena del pecado y la necesidad irreparable de la muerte, la cual, con su despótico dominio, de tal suerte se apoderó de los corazones humanos, que el justo y condigno rigor de la pena llevara a todos como despeñados a la muerte segunda, sin fin ni término, si de ella no libertara a algunos la inmerecida gracia de Dios. De donde ha resultado que, no obstante el haber tantas y tan dilatadas gentes y naciones esparcidas por todo el orbe, con diferentes leyes y costumbres, con diversidad de idiomas, armas y trajes, con todo no haya habido más que dos clases de sociedades, a quienes, conforme a nuestras santas Escrituras, con justa causa podemos llamar dos ciudades: la una, de los hombres que desean vivir según la carne, y la otra, de los que desean vivir según el espíritu, cada una en su paz respectiva, y que cuando consiguen lo que apetecen viven en peculiar paz.

Capítulo II. El vivir según la carne se debe entender no sólo de los vicios del cuerpo, sino también de los del alma

Conviene, pues, examinar en primer lugar qué es vivir según la carne y qué según el espíritu; porque cualquiera que por vez primera oyese estas proposiciones, desconociendo o no penetrando cómo se expresa la Sagrada Escritura, podría imaginar que los filósofos, epicúreos son los que viven según la carne, dado que colocan el sumo bien y la bienaventuranza humana en la fruición del deleite corporal, así como todos aquellos que en cierto modo han opinado que el bien corporal es el sumo bien del hombre, como el alucinado vulgo de los filósofos que, sin seguir doctrina alguna, o sin filosofar de esta manera, estando inclinados a la sensualidad, no saben gustar sino de los deleites que reciben por los sentidos corporales; y que los estoicos, que colocan el sumo bien en el alma, son los que viven según el espíritu, puesto que el alma humana no es otra cosa que un espíritu. Sin embargo, atendiendo el común lenguaje de las sagradas letras, es cierto que unos y otros viven según la carne, porque llama carne no sólo al cuerpo del animal terreno y mortal, como cuando dice: <No toda carne es de una misma especie; diferente es la carne del hombre y la de las bestias; y diferente la de las aves y la de los peces>, sino que usa con diversidad de la significación de este nombre; y entre estos distintos modos de hablar, muchas veces también al mismo hombre, esto es, a la naturaleza humana, suele llamar carne, tomando, conforme al estilo retórico, el todo por la parte, como cuando dice: <No hay carne alguna que se justifique por las obras de la ley.> ¿Qué quiso dar aquí a entender sino ningún hombre? Lo cual, con mayor claridad lo dice después. <Ningún hombre se justificará por la ley>; y escribiendo a los gálatas, les dice: <Sabiendo que ningún hombre puede> justificarse por las obras de la ley.> Conforme a esta doctrina se entiende aquella expresión del sagrado cronista: <El Verbo eterno se hizo carne>, esto es, hombre; la cual, como no la comprendieron bien algunos, imaginaron que Jesucristo no tuvo alma humana, porque así como el todo se toma por la parte en el sagrado Evangelio, cuando dice la Magdalena: <Han llevado de aquí a mi Señor, y no sé dónde le han puesto>, hablando solamente de la carne de Jesucristo, la que, después de sepultada, pensaba la habían sacado de la sepultura, así también por la parte se entiende el todo, y diciendo la carne se entiende el hombre, como en los lugares que arriba hemos alegado.
De modo que dando la Sagrada Escritura a la carne diversas significaciones, las cuales sería largo buscar y referir, para que podamos deducir qué cosa sea vivir según la carne (lo cual, sin duda, es malo, aunque no sea mala la misma naturaleza de la carne), examinemos con particular cuidado aquel lugar de la Epístola de San Pablo a los Gálatas: <Las obras de la carne son bien notorias y conocidas; como son los adulterios, fornicaciones, inmundicias, lujurias, idolatrías, hechicerías, enemistades, contiendas, celos, iras, disensiones, herejías, envidias, embriagueces, glotonerías Y otros vicios semejantes, sobre los cuales os advierto, como ya os tengo dicho, que los que cometen semejantes maldades no conseguirán el reino de los cielos.> Todo este lugar del Apóstol, considerado con la madurez y atención correspondiente para el negocio presente, podrá resolvernos esta cuestión: qué es el vivir según la carne. Porque entre las obras de la carne que dijo eran notorias, y refiriéndolas, las condenó, no sólo hallamos las que pertenecen al deleite de la carne, como son las fornicaciones, inmundicias, disoluciones, embriagueces y glotonerías, sino también aquellas con que se manifiestan los vicios del ánimo, que son ajenos al deleite carnal; porque ¿quién hay que ignore que la idolatría, las hechicerías, las enemistades, rivalidades, celos, iras, disensiones, herejías y envidias, son vicios del espíritu más que de la carne? Puesto que puede suceder que por la idolatría o por error de alguna secta se abstenga uno de los deleites carnales, sin embargo, aun entonces se comprende, por el testimonio del Apóstol, que vive el hombre según la carne, aunque parezca que modera y refrena los apetitos de la carne. ¿Quién no tiene la enemistad en el alma? ¿Quién de su enemigo o de quien piensa que es su enemigo dice: mala carne, sino más bien, mal ánimo tienes contra mí? Finalmente, así como al oír carnalidades nadie dudaría atribuirlas a la carne, así, al oír animosidades, las atribuirá al espíritu; ¿por qué, pues, a estas cosas y a otras tales <el doctor de las gentes en la fe y la verdad> las llama obras de la carne, sino porque, conforme al modo de hablar con que se significa el todo por la parte, quiere que por la carne entendamos el mismo hombre?

Capítulo III. La causa del pecado provino del alma y no de la carne, y la corrupción que heredamos del pecado no es pecado, sino pena
Si alguno dijere que en la mala vida la carne es la causa de todos los vicios, porque así vive el alma que está pegada a la carne, sin duda que no advierte bien ni pone los ojos en toda la naturaleza humana; porque aunque es indudable <que el cuerpo corruptible agrava y deprime el alma>, el mismo Apóstol, tratando de este cuerpo corruptible, había dicho: <Aunque este nuestro hombre exterior se corrompa, sin embargo añade, sabemos que si ésta nuestra morada terrena en que vivimos se deshiciese, tenemos por la merced de Dios otra no temporal ni hecha por mano de artífice, sino eterna en los cielos; ésta es por la que también suspiramos, deseando vernos y abrigarnos en aquella nuestra mansión celestial, esto es, deseando vestirnos de la inmortalidad e incorruptibilidad, lo cual conseguiremos si no nos halláremos desnudos, sino vestidos de Cristo; porque entretanto que vivimos en esta morada suspiramos con el peso de la carne, pues no gustaríamos despojarnos del cuerpo, sino vestirnos sobre él de aquella gloria celestial, de manera que la vida eterna embebiese y consumiese, no el cuerpo, sino la corrupción Y mortalidad.> Así pues, nos agrava y oprime el cuerpo corruptible; pero sabiendo que la causa de este pesar no es la naturaleza o la substancia del cuerpo, sino su corrupción, no querríamos despojarnos del cuerpo, sino llegar con él a la inmortalidad. Y aunque entonces será también cuerpo, como no ha de ser corruptible, no agravará. Por eso ahora agrava y oprime el alma el cuerpo corruptible, <y esta morada nuestra de tierra no deja alentar al espíritu con el peso de tantos pensamientos y cuidados>.
Los que creen, pues, que todas las molestias, afanes y males del alma le han sucedido y provenido del cuerpo, se equivocan sobremanera, porque aunque Virgilio, en aquellos famosos versos donde dice: <Tienen estas almas en su origen un vigor de fuego y una raza y descendencia del cielo, en cuanto no las fatiga y abruma el dañoso cuerpo y las embotan los terrenos y mortales miembros>, parece que nos declara con toda evidencia la sentencia de Platón, y, queriendo darnos a entender que todas las cuatro perturbaciones, agitaciones o pasiones del alma tan conocidas: el deseo, el temor, la alegría y la tristeza, que son como fuentes y manantiales de todos los vicios y pecados, suceden y provienen del cuerpo, añada y diga: <De este terreno peso les proviene el dolerse, desear, temer, gozarse, ni de la lóbrega y oscura cárcel en que están pueden o contemplar su ser o soltarse>; con todo, muy disonante y distinto es lo que sostiene y nos enseña la fe; porque la corrupción del cuerpo, que es la que agrava el alma, no es causa, sino pena del primer pecado; y no fue la carne corruptible la que hizo pecadora al alma, sino, al contrario, el alma pecadora hizo a la carne que fuese corruptible.
Y aunque de la corrupción de la carne proceden algunos estímulos de los vicios y los mismos apetitos viciosos, sin embargo, no todos los vicios de nuestra mala vida deben atribuirse a la carne para no eximir de todos ellos al demonio, que no está vestido de carne mortal, pues aunque no podamos llamar con verdad al príncipe de las tinieblas fornicador o borracho u otro dicterio semejante alusivo al deleite carnal, aunque sea secreto instigador y autor de semejantes pecados, con todo, es sobremanera soberbio y envidioso; el cual vicio de tal modo se apoderó de su vano espíritu, que por él se halla condenado al eterno tormento en los lóbregos calabozos de este aire tenebroso.
Y estos vicios, que son los principales que tiene el demonio, los atribuye el Apóstol a la carne, de la cual es cierto que no participa el demonio, porque dice que las enemistades, contiendas, celos, iras y envidias son obras de la carne, de todos los cuales vicios la fuente y cabeza es la soberbia, que, sin carne, reina en el demonio ¿Qué enemigo tienen mayor que él los santos? ¿Quién hay contra ellos más solícito, más animoso, más contrario y envidioso? Y teniendo todas estas deformes cualidades sin estar vestido de la carne, ¿cómo pueden ser obras de la carne sino porque son obras del hombre, a quien, como dije, llama carne? Pues no por tener carne (que no tiene el demonio), sino por vivir conforme a sí propio, esto es, según el hombre, se hizo el hombre semejante al demonio, el cual también quiso vivir conforme a sí propio <cuando no perseveró en la verdad> para hablar mentira, movido, no de Dios, sino de sí propio, que no sólo es mentiroso, sino padre de la mentira. El fue el primero que mintió, por él principió el pecado y por él tuvo su origen la mentira

Capítulo IV. ¿Qué es vivir según el hombre y vivir según Dios?
Cuando vive el hombre según el hombre y no según Dios, es semejante al demonio; porque ni el ángel debió vivir según el ángel, sino según Dios, para que perseverara en la verdad y hablara verdad, que es fruto propio de Dios y no mentira, que es de su propia cosecha; por cuanto aun del hombre, dice el mismo Apóstol en otro lugar: <Si con mi mentira campea más y sale más ilustre y tersa la verdad de Dios>, a la mentira la llamo mía y a la verdad de Dios.
Por eso, cuando vive el hombre según la verdad, no vive conforme a sí mismo, sino según Dios; porque el Señor es el que dijo: <Yo soy la verdad>, y cuando vive conforme a sí mismo, esto es, según el hombre y no según Dios, sin duda que vive según la mentira, no porque el mismo hombre sea mentira, pues Dios, que es autor y criador del hombre, ni es autor ni criador de la mentira, sino porque de tal suerte crió Dios recto al hombre, que viviese no conforme a sí mismo, sino conforme al que le crió, esto es, para que hiciese no su voluntad, sino la de su Criador, que el no vivir en el mismo estado en que fue criado para que viviese es la mentira, porque quiere ser bienaventurado aun no viviendo de modo que lo pueda ser; ¿y qué cosa hay más falsa y mentirosa que esta voluntad?
Así, pues, no fuera de propósito puede decirse que todo pecado es mentira, porque no se forma el pecado sino con aquella voluntad con que queremos que nos suceda bien o con que no queremos que nos suceda mal; luego mentira es lo que, haciéndose para que nos vaya mejor, por ellos nos va peor. ¿Y de dónde proviene esto sino de que sólo le puede venir el bien al hombre de Dios, a quien, pecando, desampara, y no de sí mismo, a quien siguiendo peca? Así como insinuamos que de aquí procedieron dos ciudades entre sí diferentes y contrarias, porque los unos vivían según la carne y los otros según el espíritu, del mismo modo podemos también decir que los unos viven según el hombre y los otros según Dios, porque claramente dice San Pablo: <Y supuesto que hay entre vosotros emulaciones y contiendas, ¿acaso no sois carnales y vivís según el hom bre? Luego lo que es vivir según el hombre, eso es carnal, pues por la carne, tomada como parte del hombre, se entiende el hombre.> Poco antes había llamado animales a los hombres, a quienes después llama carnales, diciendo: <Así como ningún hombre sabe los secretos del corazón humano, si no es el espíritu del hombre que está en él, así los de Dios ninguno los sabe si no es el espíritu de Dios, y nosotros no hemos recibido el espíritu de este mundo, sino el espíritu que procede de Dios para conocer las mercedes y gracias que Dios nos ha hecho, las cuales, como las conocemos, así las predicamos no con palabras artificiosas y acomodadas a la sabiduría humana, sino con las que hemos aprendido del espíritu, declarando los misterios espirituales con términos y palabras espirituales, porque el hombre animal no entiende ni admite las cosas del espíritu de Dios, teniendo por necedad cuando se aparta de lo que su sentido alcanza.> Y a estos tales, esto es, a los carnales, dice poco después: <Y yo, hermanos, no os pude hablar como a espirituales, sino como a carnales>; lo cual se entiende igualmente según la misma manera de hablar, esto es, tomando el todo por la parte, porque por el alma y por la carne, no son partes del hombre, se puede significar el todo, que es el hombre, y así no es otra cosa el hombre animal que el hombre carnal, sino que lo uno y lo otro es una misma cosa, esto es, el hombre que vive según el hombre; así como tampoco se entiende otra cosa que hombres cuando se, dice: <Ninguna carne se justificará por las obras de la ley>, o cuando dice: <Setenta y cinco almas bajaron con Jacob a Egipto>, porque en estos lugares por ninguna carne se entiende ningún hombre, y por setenta y cinco almas se entienden setenta y cinco hombres.
Lo que dijo: <No con palabras artificiosamente compuestas y acomodadas a la humana sabiduría>, pudo decirse también a la carnal sabiduría; así como lo que dijo: <Vivís según el hombre>, pudo decirse según la carne; y más se declaró esto cuando añadió: <Porque diciendo unos: yo soy de Pablo, y otros: yo soy de Apolo, ¿acaso no manifestáis que sois hombres?> Lo que antes dijo: Sois animales y sois carnales, más clara y expresamente lo dice aquí: Sois hombres, es decir, vivís según el hombre y no según Dios, que si según él vivieseis, seríais dioses.







lunes, 27 de agosto de 2018

Capıtulo 2 Qui pluribus Carta Encíclica Qui pluribus


PIO IX
La sociedad humana; tales las insidias tenebrosas de aquellos que, en piel de ovejas, siendo lobos rapaces, se insinúan fraudulentamente, con especie de piedad sincera, de virtud y disciplina, penetran humildemente, captan con blandura, atan delicadamente, matan a ocultas, apartan de toda Religión a los hombres y sacrifican y destrozan las ovejas del Señor; tal, por fin, para omitir todo lo demás, muy conocido de todos vosotros, la propaganda infame, tan esparcida, de libros y libelos que vuelan por todas partes y que enseñan a pecar a los hombres; escritos que, compuestos con arte, y llenos de engaño y artificio, esparcidos con profusión para ruina del pueblo cristiano, siembran doctrinas pestíferas, depravan las mentes y las almas, sobre todo de los más incautos, y causan perjuicios graves a la Religión.
De toda esta combinación de errores y licencias desenfrenadas en el pensar, hablar y escribir, quedan relajadas las costumbres, despreciada la santísima Religión de Cristo, atacada la majestad del culto divino, vejada la potestad de esta Sede Apostólica, combatida y reducida a torpe servidumbre la autoridad de la Iglesia, conculcados los derechos de los Obispos, violada la santidad del matrimonio, socavado el régimen de toda potestad, y todos los demás males que nos vemos obligados a llorar, Venerables Hermanos, con común llanto, referentes ya a la Iglesia, ya al Estado.
En tal vicisitud de la Religión y contingencia de tiempo y de hechos, Nos, encargados de la salvación del rebaño del Señor, no omitiremos nada de cuanto esté a nuestro alcance, dada la obligación de Nuestro ministerio apostólico; haremos cuantos esfuerzos podamos para fomentar el bien de la familia cristiana.
Y también acudimos a vuestro celo, virtud y prudencia, Venerables Hermanos, para que, ayudados del auxilio divino, defendáis, juntamente con Nos, con valentía, la causa de la Iglesia católica, según el puesto que ocupáis y la dignidad de que estáis investidos. Sabéis que os está reservada la lucha, no ignorando con cuántas heridas se injuria la santa Esposa de Cristo Jesús, y con cuánta saña los enemigos la atacan. En primer lugar sabéis muy bien que os incumbe a vosotros defender y proteger la fe católica con valentía episcopal y vigilar, con sumo cuidado, porque el rebaño a vos encomendado permanezca a ella firme e inamovible, porque todo aquel que no la guardare íntegra e inviolable, perecerá, sin duda, eternamente 22 . Esforzaos, pues, en defender y conservar con diligencia pastoral esa fe, y no dejéis de instruir en ella a todos, de confirmar a los dudosos, rebatir a los que contradicen; robustecer a los enfermos en la fe, no disimulando nunca nada ni permitiendo que se viole en lo más mínimo la puridad de esa misma fe. Con no menor firmeza fomentad en todos la unión con la Iglesia Católica, fuera de la cual no hay salvación, y la obediencia a la Cátedra de Pedro sobre la cual, como sobre firmísimo fundamento, se basa la mole de nuestra Religión. Con igual constancia procurad guardar las leyes santísimas de la Iglesia, con las cuales florecen y tienen vida la virtud, la piedad y la Religión. Y como es gran piedad exponer a la luz del día los escondrijos de los impíos y vencer en ellos al mismo diablo a quien sirven 23 , os rogamos que con todo empeño pongáis de manifiesto sus insidias, errores, engaños, maquinaciones, ante el pueblo fiel, le impidáis leer libros perniciosos, y le exhortéis con asiduidad a que, huyendo de la compañía de los impíos y sus sectas como de la vista de la serpiente, evite con sumo cuidado todo aquello que vaya contra la fe, la Religión, y la integridad de costumbres. En procura de esto, no omitáis jamás la predicación del santo Evangelio, para que el pueblo cristiano, cada día mejor instruido en las santısimas obligaciones de la cristiana ley, crezca de este modo en la ciencia de Dios, se aparte del mal, practique el bien y camine por los senderos del Señor.
Y como sabéis que sois legados de Cristo, que se proclamó manso y humilde de corazón, y que no vino a llamar a los justos, sino a los pecadores, dándonos ejemplo para seguir sus pisadas, a los que encontréis faltando a los preceptos de Dios y apartados de los caminos de la justicia y la verdad, tratadlos con blandura y mansedumbre paternal, aconsejadlos, corregidlos, rogadlos e increpadlos con bondad, paciencia y doctrina, porque muchas veces más hace para corregir la benevolencia que la aspereza, más la exhortación que la amenaza, más la caridad que el poder 24 . Procurad también con todas las fuerzas, Venerables Hermanos, que los fieles practiquen la caridad, busquen la paz y lleven a la práctica con diligencia, lo que la caridad y la paz piden. De este modo, extinguidas de raíz todas las disensiones, enemistades, envidias, contiendas, se amen todos con mutua caridad, y todos, buscando la perfección del mismo modo, tengan el mismo sentir, el mismo hablar y el mismo querer en Cristo Nuestro Señor.
Inculcad al pueblo cristiano la obediencia y sujeción debidas a los príncipes y poderes constituidos, ensenando, conforme a la doctrina del Apóstol 25 que toda potestad viene de Dios, y que los que no obedecen al poder constituido resisten a la ordenación de Dios y se atraen su propia condenación, y que, por lo mismo, el precepto de obedecer a esa potestad no puede ser violado por nadie sin falta, a no ser que mande algo contra la ley de Dios y de la Iglesia 26 .
Mas como no haya nada tan eficaz para mover a otros a la piedad y culto de Dios como la vida de los que se dedican al divino ministerio 27 , y cuales sean los sacerdotes tal será de ordinario el pueblo, bien veis, Venerables Hermanos, que habéis de trabajar con sumo cuidado y diligencia para que brille en el Clero la gravedad de costumbres, la integridad de vida, la santidad y doctrina, para que se guarde la disciplina eclesiástica con diligencia, según las prescripciones del Derecho Canónico, y vuelva, donde se relajó, a su primitivo esplendor. Por lo cual, bien lo sabéis, habéis de andar con cuidado de admitir, según el precepto del Apóstol, al Sacerdocio a cualquiera, sino que únicamente iniciéis en las sagradas órdenes y promováis para tratar los sagrados misterios a aquellos que, examinados diligente y cuidadosamente y adornados con la belleza de todas las virtudes y la ciencia, puedan servir de ornamento y utilidad a vuestras diócesis, y que, apartándose de todo cuanto a los clérigos les está prohibido y atendiendo a la lectura, exhortación, doctrina, sean ejemplo a sus fieles en la palabra, en el trato, en la caridad, en la fe, en la castidad 28 , y se granjeen la veneración de todos, y lleven al pueblo cristiano a la instrucción y le animen. Porque mucho mejor es -como muy sabiamente amonesta Benedicto XIV, Nuestro predecesor de feliz memoria tener pocos ministros, pero buenos, idóneos y útiles, que muchos que no han de servir para nada en la edificación del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia 29.
No ignoráis que debéis poner la mayor diligencia en averiguar las costumbres y la ciencia de aquellos a quienes confiáis el cuidado y la dirección de las almas, para que ellos, como buenos dispensadores de la gracia de Dios, apacienten al pueblo confiado a su cuidado con la administración de los sacramentos, con la predicación de la palabra divina y el ejemplo de las buenas obras, los ayuden, instruyan en todo lo referente a la Religión, los conduzcan por la senda de la salvación.
Comprendéis, en efecto, que con párrocos desconocedores de su cargo, o que lo atienden con negligencia, continuamente van decayendo las costumbres de los pueblos, va relajándose la disciplina cristiana, arruinándose, extinguiéndose el culto católico e introduciéndose en la Iglesia fácilmente todos los vicios y depravaciones.
Para que la palabra de Dios, viva y eficaz y más penetrante que espada de dos filos 30 , instituida para la salvación de las almas no resulte infructuosa por culpa de los ministros, no ceséis de inculcarles a esos predicadores de la palabra divina, y de obligarles, Venerables Hermanos, a que, cayendo en la cuenta de lo gravísimo de su cargo, no pongan el ministerio evangélico en formas elegantes de humana sabiduría, ni en el aparato y encanto profanos de vana y ambiciosa elocuencia, sino en la manifestación del espíritu y de la virtud con fervor religioso, para que, exponiendo la palabra de la verdad y no predicándose a sí mismos, sino a Cristo Crucificado, anuncien con claridad y abiertamente los dogmas de nuestra santísima Religión, los preceptos según las normas de la Iglesia y la doctrina de los Santos Padres con gravedad y dignidad de estilo; expliquen con exactitud las obligaciones de cada oficio; aparten a todos de los vicios; induzcan a la piedad de tal manera, que, imbuidos los fieles saludablemente de la palabra de Dios, se alejen de los vicios, practiquen las virtudes, y así eviten las penas eternas y consigan la gloria celestial.
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23S. Leon Magno, Serm´on 8, cap. 4 (Migne PL. [Serm´on 9, c. 7J 54, col. 159-A).
24Concilio de Trento, sesi´on 13, Cap. 1, de Reforma (Mansi Coll. Conc. 33, col. 86-B).
25Rom. 12, 1-2. 21
26Rom. 12, 1-2.
27Concilio de Trento sesi´on 22, cap. 1, de Reforma (Mansi Coll. Conc. 33, col. 133-D).
281 Tim. 4, 12.
29Benedicto XIV, Epist. Encicl. Ubi primum. 3-XII-1740 (Gasparri, Fontes 1, 670).


Ministerio de Defensa ruso: terroristas preparan ataque químico en Idleb para justificar una nueva agresión contra Siria



 MINISTERIO DE DEFENSA RUSO
Moscú, SANA-Ministerio de Defensa de Rusia reveló información confirmada sobre que la organización terrorista Jabhat al-Nusra y los grupos afiliados están preparando un ataque químico contra civiles en la provincia de Idleb para acusar a las fuerzas sirias.

El portavoz del Ministerio de Defensa ruso, general de división Igor Konashenkov, dijo en un comunicado el sábado que según información confirmada por varias fuentes independientes, 8 bidones de cloro fueron entregados en una aldea cerca de la ciudad de Jisr al-Shoughur para organizar un ataque químico de terroristas de Turkistán. fiesta y Jabhat al-Nusra.

El oficial militar ruso enfatizó que el supuesto ataque químico se llevará a cabo con la participación de las inteligencias británicas y será utilizado por Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia como pretexto para lanzar una agresión contra el estado sirio y sus instalaciones económicas.

Agregó que la información de Idleb afirma que un grupo de terroristas entrenados por la compañía privada británica de Olive llegó a Jisr al-Shoughur para participar en el papel de voluntarios que simularán una operación de rescate que involucrará a locales supuestamente heridos en el ataque que prepararse para lanzar en Idleb.


María Sajarova
Mientras tanto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia reafirmó que los estados occidentales y de Medio Oriente están logrando sus intereses en la región a través de las "provocaciones desagradables" de los terroristas que usan armas químicas en Siria.

En un comunicado publicado por el sitio web Russia Today, el Ministerio condenó enérgicamente la declaración conjunta emitida recientemente por los EE. UU., Francia y Gran Bretaña, indicando que es evidente desde hace mucho tiempo que las operaciones desagradables llevadas a cabo en algunas áreas sirias, son perpetradas por Daesh (ISIS) y miembros de las llamadas "oposiciones moderadas" y organizaciones no gubernamentales que sirven a sus intereses, como los "Cascos Blancos".

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia expresó su arrepentimiento por explotar estas "operaciones desagradables" de Washington, Londres y París para implementar su esquema destructivo que apunta a distorsionar la imagen del liderazgo sirio.

La declaración agrega que para lograr ese esquema un gran grupo de los estados de Occidente y Medio Oriente recurren a provocaciones como los ataques químicos.

La declaración señaló que la operación llevada a cabo por los estados occidentales que contrabandeó urgentemente a miembros de los llamados "cascos blancos" de Siria en coincidencia con el avance de la operación de liberación de los territorios sirios de terroristas no fue por casualidad ya que apuntaba a esconderse la verdad de sus objetivos principales y sus actividades criminales.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia reiteró que lo que ocurre con respecto a las acusaciones sobre el uso de armas químicas en Siria se relaciona con los intentos de los estados occidentales de lograr sus ambiciones geopolíticas en la región.

"En el mismo contexto, observamos los implacables intentos de transformar la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW) que goza de una naturaleza puramente técnica en una herramienta para ejercer presiones políticas", dijo el ministerio.

Al concluir su declaración, el Ministerio exhortó a quienes pretenden defender los intereses del pueblo sirio y sus aliados takfiríes que adoptan este enfoque a que dejen de explotar el tema de las armas químicas para ejercer presión sobre Siria y sus aliados.


 Sergei Ryabkov

foto
Moscú, SANA- El viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Ryabkov, destacó que las amenazas son el único lenguaje utilizado actualmente por los EE. UU., Lo que indica que Occidente está buscando un nuevo pretexto contra Siria y que Rusia está lista para lidiar con estos escenarios y divulgarlos.

En una declaración a la agencia rusa Sputnik, Ryabkov dijo que Rusia observó las declaraciones del asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, John Bolton, y se dio cuenta de que las amenazas son el único lenguaje que usan actualmente los EE. UU.

Indicó que esto no afecta la determinación de Moscú de continuar sus planes para eliminar por completo a las organizaciones terroristas en Siria y devolverle la vida normal al país.

Reiteró que Moscú continuará apoyando a Siria, incluido el regreso de los refugiados a su tierra natal, lo que indica que Occidente no quiere participar en este asunto de una manera que demuestre que tienen otros objetivos que deben seguir dirigidos a Siria en diferentes países. formas y bajo nuevos pretextos.

Ryabkov agregó que los estadounidenses no aprenden una lección de la historia y ahora hay una peligrosa escalada de nuevo, agregando que el posible escenario se está preparando para un trabajo provocativo seguido de ataques contra Siria.

Advirtió a Washington y sus aliados al mismo tiempo de tomar nuevos pasos imprudentes en Siria.

 

Cascos Blancos

White Helmets coordina con al-Nusra para organizar un ataque químico en Idleb




Idleb, SANA - Los llamados Cascos Blancos se están coordinando con grupos terroristas, particularmente la organización terrorista Jabhat al-Nusra, para organizar un ataque químico en la provincia de Idleb y acusar al Ejército Árabe Sirio de usar armas químicas.

Informes de los medios dicen que los últimos días han sido testigos de una actividad inusual por parte de los miembros de White Helmets mientras se informa sobre los terroristas que se preparan para llevar a cabo un ataque químico en las áreas entre Jisr al-Shughour y el campo nororiental de la provincia de Lattakia con el objetivo de acusar al ejército de este ataque.

Fuentes de Idleb dijeron a la agencia de noticias rusa Sputnik que los miembros de White Helmets usaron 8 camionetas para transportar un cargamento de barriles de la fábrica de Atma cerca de las fronteras turcas que se especializa en reciclar cloro, moviéndose desde el campo norte de Idleb a Ariha hasta llegar a la zona de Jisr al-Shughour. todos bajo una fuerte protección formal-terroristas Nusra, todo mientras se han hecho llamados a "miembros de reserva" de los Cascos Blancos en varias áreas instruyéndolos a presentarse para trabajar.

Las fuentes dicen que los terroristas Jabhat al-Nusra en Idleb han estado recientemente activos en el transporte de cargamentos de sustancias químicas a los terroristas del "Partido Islámico de Turkestán" en medio de estrictos procedimientos de seguridad para prepararse para organizar un nuevo incidente químico.

Fuentes locales dijeron que el 11 de agosto, terroristas de al-Nusra transportaron dos camiones llenos de barriles de una fábrica para reciclar cloro cerca de la ciudad de Atma a la ciudad de Ariha, entregándolos a los terroristas del Partido Islámico de Turkmenistán que los llevaron a sus cuarteles generales. Por las autoridades turcas en la zona de Jisr al-Shughour.

Las fuentes dicen que la fábrica en cuestión contiene barriles de cloro y otros productos químicos, y una cantidad de técnicos extranjeros están trabajando bajo las instrucciones de terroristas de al-Nusra, agregando que los vehículos cerrados transportan barriles a la fábrica por la noche semanalmente y luego se transportan más barriles de la fábrica a un lugar desconocido.

Ayer, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia emitieron una declaración conjunta expresando "preocupaciones" por un ataque militar contra Idleb y amenazando con responder a cualquier uso de armas químicas, lo que implica que estos estados planean organizar otro incidente químico y explotarlo como una excusa para atacar a Siria, al igual que lo que sucedió el 14 de abril.


FUENTE: ANNA NEWS


sábado, 25 de agosto de 2018

INTRODUCCION A LAS CUESTIONES LXIII Y LXIV DEL PECADO Y CASTIGO DE LOS ANGELES MALOS




V. EXPOSICION TEOLOGICA DE SANTO TOMAS
ACERCA DEL PECAOO y CASTIGO DE LOS
DEMONIOS
Nota._ Como en los anteriores escritos sobre los ángeles buenos en donde se plantes primero el articulo de Santo Tomas y luego el comentario sobre dicho artículo, de la misma manera procederemos en estas dos cuestiones sobre los ángeles malos Los múltiples puntos que el santo Doctor estudia en estas dos cuestiones pueden resumir se así:

A) Posibilidad del pecado en los ángeles
Si en los ángeles puede haber mal de culpa q. 63, art.1

Respuesta de del Doctor Angélico: " Si sólo se considera su naturaleza, lo mismo el ángel que toda otra criatura pueden pecar; y si alguno hay que no pueda pecar, lo debe a un don de la gracia y no a la condición de su naturaleza. La razón de esto es porque pecar, trátese del pecado de la naturaleza, del arte o de la conducta, consiste en que el acto se desvía de la rectitud que debe tener. En efecto, el único acto que no puede desviarse de la debida rectitud es aquel cuya regla es la virtud del mismo sujeto que obra; y así, por ejemplo, si la mano del artesano fuese la regla de cortar la madera, nunca podría por menos de cortarla como se debe; pero si la rectitud del corte está sujeta a otra regla, sucederá que a veces corta derecho y a veces torcido. Mas sucede que sólo la voluntad de Dios es la regla de sus acciones, porque no está ordenado a otro fin superior, y, en cambio, ninguna voluntad creada consigue la rectitud de su acto sino en cuanto está conforme con la voluntad divina, que tiene por objeto el último fin; y de aquí que toda voluntad del inferior deba ser regida por la del superior, v. gr., la del soldado por la del general. Por tanto, únicamente la voluntad divina está exenta de pecado, y, en cambio, en toda voluntad de la criatura puede haber pecado, conforme a la condición de su naturaleza.

Supone Santo Tomás, como dato suministrado por la divina revelación, el hecho del pecado en algunos ángeles, y para explicarlo plantea la posibilidad del mismo, investigando por qué y cómo pudieron pecar.
En absoluto la posibilidad queda demostrada por el hecho, pues es lógica la consecuencia que del hecho deduce la posibilidad. El proceso seguido por el Angélico Maestro en la demostración de esta posibilidad es clarísimo.
El pecado, en cualquier orden a que se refiera, es un defecto en la acción, a la que falta la rectitud que debe tener.
La rectitud no es más que la conformidad con una norma, Si, pues, la norma a la que ha de conformarse la acción es distinta de la potencia operativa, podrá en cada caso conformase o no la acción con dicha norma, dependiendo entonces del sujeto que obra la conformidad o disconformidad.
Si, en cambio, la acción no ha de someterse a norma alguna, nunca será defectuosa. Así, si se pide el trazado de una línea simplemente, sin precisar que sea recta, curva o mixta, cualquier línea que se trace cumplirá lo postulado.
Mas si hubiese de trazarse una línea recta, sería preciso una regla que lo fuese también perfectamente, Y que el sujeto adaptase completamente el trazado a la regla, que, siendo, como suponemos, distinta del agente y no estando éste inseparablemente unido a ella, será posible que el trazado se aparte de la rectitud apartándose de la regla.
En las acciones voluntarias que dicen orden a un fin, solamente la voluntad divina no conoce superior y es regla de su acción, por identificarse ambas en Dios, acto puro, y ser El fin de sí mismo. Por eso en El su acción es siempre recta y no puede en ella haber pecado.

Mas esa misma voluntad de Dios, autor y fin de todas las cosas, es norma suprema de las acciones de todos los seres, ninguno de los cuales es fin último de sí mismo, y por eso todos ellos en su obrar han de conformarse a la voluntad divina, siendo, por tanto, natural e intrínsecamente defectibles, "Por tanto, en toda voluntad de la criatura puede haber pecado conforme a la condición de su naturaleza" (a. 1).
Y así como Dios no puede dejar de ser último fin de las coses, así no puede tampoco hacer que algún ser sea por su naturaleza intrínsecamente impecable de un modo absoluto en todos los órdenes. Tal ser habría de tener naturalmente esencia divina e identificarse con la voluntad de Dios, cosa imposible y absurda.
En último término, la razón de la pecabilidad natural intrínseca de toda criatura está en su potencialidad. Solamente Dios, que es acto puro, es natural, absoluta e intrínsecamente impecable. Y así como la criatura no puede dejar de ser criatura, así no puede dejar de tener en sí potencialidad y de ser por ello, en orden al fin absolutamente último, sujeto de defectibilidad natural (De orig, q. 24, a. 7).
Puede, sin embargo, impedir Dios sobrenaturalmente esa defectibilidad natural, bien sea permanentemente; verbigracia, uniendo la criatura a sí mismo hipostáticamente o por la visión beatífica, o también de otro modo, impidiendo el pecado en cada caso con una moción eficaz de su gracia.
En este sentido dice Santo Tomás que "la criatura e capaz de la impecabilidad, pero no de tal forma que la tenga naturalmente" (ibid. ad 7).
Mas esta doctrina, que en absoluto es indudable, de la cual el pecado de los ángeles no es más que un caso particular, necesita en este caso concreto explicación, teniendo en cuenta lo que supone el pecado y lo que en sí misma es la perfección de la naturaleza angélica.
En la doctrina del Angélico Maestro, siendo la voluntad potencia ciega que sigue el entendimiento, no puede darse pecado en aquélla sin que preceda defecto en éste (aquí ad 4 y a. 5; d. además 1-2, q. 58, a. 2; q. 7,6, a. 1 ad 1; q. 77, a. 2; q. 718, a. 1 ad 1; 2-2, q. 20, aa. 1 y 2; q. 21, a. 2; q. 51, a. 3 ad 3). El defecto en el entendimiento Puede nacer de la ignorancia o de la falsa aprensión, dando lugar al error. Mas el error no se da en los ángeles, ni, por otra parte, hay en ellos apetito sensitivo o pasiones que pudiesen haberse anticipado a la aprensión del entendimiento o hábitos que los inclinasen a pecar. ¿Cómo, pues, pecaron? La explicación hay que buscarla no en la inclinación del apetito sensible, que no se da en los ángeles (La p., q. 59, a. 4), sino en algo que sea compatible con su perfecta espiritualidad y con la perfección innata de su entendimiento, incapaz de error.
Santo Tomás salva estos escollos simplemente con distinguir en el pecado la maldad por parte del objeto y por parte del modo: “De dos maneras puede haber pecado en el acto del libre albedrío. Una porque elija lo que es malo, como peca, por ejemplo, el hombre cuando elige el adulterio, que es malo de por sí, y estos pecados provienen siempre de algún error o ignorancia, ya que de no tenerlo no se elegiría lo malo como si fuese bueno. El adúltero, supongamos, erra en cada caso concreto eligiendo el deleite de un acto desordenado como, si fuese un bien que de momento debe procurarse, movido por la pasión o por el hábito, aunque, en general, no se engañe y piense correctamente en esta materia. Pero el ángel no puede pecar de esta manera, porque, según hemos visto, ni en él hay pasiones que entorpezcan la razón o el entendimiento ni a su primer pecado pudo preceder ningún hábito que le inclinase a pecar. El otro modo de pecar por el libre albedrío consiste en hacer algo que de por sí es bueno, pero no con arreglo a la debida regla de medida, de suerte que el defecto causante del pecado no viene del lado de la cosa elegida, sino de parte de la elección, que no guarda el orden debido, como sería, por ejemplo, el caso del que determinase obrar desentendiéndose de las prescripciones de la Iglesia. Estos pecados no presuponen ignorancia, sino solamente falta de consideración de aquello que se debe considerar [132J; y de este modo es como pecaron los ángeles, inclinándose por su libre albedrío al propio bien, sin subordinación a la regla de la voluntad divina.  (ad 4).

Doctrina que aplicará al determinar más en particular la naturaleza del pecado de los ángeles en los dos artículos siguientes.

Cuando el objeto apetecido es un mal, real o aparente, ha de preceder en el entendimiento ignorancia y error positivo. Mas cuando el objeto de da elección es un bien real, no puede haber por esta parte pecado en la elección, sino sólo en el modo de la misma, en cuanto que no se hace "con arreglo a la debida regla y medida". El pecar de esta forma no exige ignorancia propiamente tal, sino "solamente falta de consideración", a la que el santo Doctor llama "ignorancia de mala elección" (1-2, q, 6, a. 8), y ésta es la que se dio en los ángeles y puede darse en todo entendimiento creado por el hecho mismo de ser limitado y no poder conocer y considerar todas las cosas a la vez (II Sent.; d. 5, q. 1, a, 1 ad 4).
Por ello, con razón dice Santo Tomás en los lugares paralelos: "No estamos obligados, por tanto, a decir que hubo error en el entendimiento del ángel juzgando bueno lo que no era tal, sino sólo no considerando el bien superior al que debía referir el propio bien. Y pudo ser la causa de esta inconsideración la misma voluntad aplicada, intensamente al bien propio" (Contra, Gent. bidem, cap. 110). En otra parte afirma: "En el pecado se da simultáneamente de un modo proporcionado el defecto del entendimiento o la razón y el de la voluntad, Por donde no es necesario poner en el primer pecado del demonio tal defecto del entendimiento, que juzgase algo falso, v, gr., que algo malo era bueno; sino en cuanto faltó a la consideración de su regla y el orden consiguiente" (De malo, q. 16, a. 2 ad 4).