martes, 31 de octubre de 2017

Al-Raqa: ¿se inicia la “remodelación” del Medio Oriente?




El planteamiento premonitorio sobre los intentos de fragmentar Siria parece estar cumpliéndose.

Cabe recordar que el plan de Reordenamiento del Medio Oriente realizado en 2004 por el teniente coronel estadounidense, Ralph Peters (1), ponderaba la necesidad de establecer una región autónoma o un Estado en Siria e Irak que permitiera construir un centro de poder independiente de las naciones soberanas en dicha zona (tomando parte de Irán inclusive), proyecto que no se ha logrado consolidar especialmente al perder Afganistán, Libia y la gran derrota de las bandas ultra radicales Daesh-ISIS y Al-Qaeda. La creación del Sunistán o el Estado Kurdo es parte de este diseño.

Esta hipótesis se confirma claramente por cuatro hechos:


La ocupación de Siria e Irak por parte de la Coalición anti- ISIS, con el supuesto fin de combatir el terrorismo, sin embargo, con la intención profunda de desarrollar la caórtica o teoría del caos- orden, a través de acciones armadas reiteradas en la región.
El crimen de miles de civiles, la destrucción total de infraestructura, el apoyo a bandas takfiríes, el ataque a las fuerzas liberacionistas, han sido documentados incontrastablemente.

Uno de los brazos armados de la Coalición es la FDS (Fuerzas Democráticas Sirias), organización compuesta de kurdos, mercenarios y extranjeros, cuyo objetivo es derrocar al gobierno legítimo y formar una región-país que permita tener un ejército y leyes propias. Es de recordar que las FDS, creada en 2015 con el apoyo de la Coalición anti-EIIL liderada por EE.UU., no coordina sus acciones con el Ejército sirio, siendo frecuentemente vinculada con los grupos terroristas Frente Al-Nusra, Fatah Al-Sham y Daesh.
El abandono de Raqqa por Daesh a través de negociaciones con la Coalición (abriendo altos interrogantes sobre dicho proceso), no provocó un cruento enfrentamiento como en otras batallas memorables y encarnizadas del Ejército Árabe Sirio con los terroristas, permitiendo obtener una victoria con mayor facilidad, aunque con bombardeos indiscriminados y fósforo blanco que han causado una destrucción inmensa de la ciudad y muertes inocentes.
El inmediato apoyo de Francia, EE.UU., Alemania, a la reconstrucción y negocio en esta urbe, el aval a los Consejos Locales y su beneplácito a la FDS como el legal ocupante, indica que se intentará ocultar el bombardeo criminal realizado y formar una isla occidental en un núcleo vital del Oriente Medio.
Es de destacar la inmensa campaña mediática dando como triunfador indiscutible a la alianza “kurdo-norteamericana”, destacando la lucha de USA como liberador y la legalización de la intervención en Siria, ocultando la victoria siria gracias al sacrificio de la población, los mártires y la responsabilidad integral de naciones soberanas como Rusia e Irán, junto a componentes militantes.


Al-Raqa ACTUALMENTE

Al momento de la toma de Al-Raqa, la FDS confirmó que el futuro de dicha provincia sería determinado por su pueblo dentro del marco de una Siria descentralizada, federal y democrática, en el norte, creada por ellos, protegiendo las fronteras de la provincia contra cualquier amenaza externa, confirmando que gozaban de pleno apoyo logístico, financiero y armamentístico de EE.UU. y de la Coalición, advirtiendo que el gobierno sirio carecía del derecho a oponerse a la adhesión de la referida urbe al sistema federal. Por el contrario, las autoridades legalmente constituidas han manifestado que el futuro de Al-Raqa sólo puede discutirse “como parte de la estructura política final del Estado sirio”.

La información sobre el control del importante yacimiento petrolífero de al-Omar por la FDS y la unión con miembros locales de ISIS, junto con las negociaciones para entregarle la orilla oriental del río Éufrates, ratificarían el intento de apoderarse de infraestructura de petróleo y gas, ampliando su territorio. El hecho que el régimen estadounidense haya permitido que comandantes y la mayor parte de la fuerza operacional de ISIS abandone Raqqa, trasladándose al sureste de Siria producto de un acuerdo secreto (tal como se hizo en Tabqa), permitió una débil defensa y un mínimo de bajas para los atacantes. Así, el mensaje de Trump sobre expulsar de la tierra a los yihadistas no ha resultado coherente.

Pese a lo peligroso de dicha estrategia, Donald Trump podría comprender que el conflicto con Bashar al-Assad no debería llevar a EE.UU. a una guerra, aceptando que Al-Raqa debe ser parte de la unidad nacional, lo que es conveniente para no embarcar a su pueblo en una escalada sin fin, de innegables consecuencias mundiales. La otra opción es “reconocer” a Al-Raqa como una entidad con legislación y fuerzas armadas propias, que no pertenece a Siria, con lo cual la confrontación sería inevitable…para bien de las élites financiero-militar-industrial.


La Humanidad y la gente pacífica del mundo ansían que pronto finalice la guerra contra el terrorismo, lo que sería un triunfo de la solidaridad internacional. Por el contrario, el denominado “Estado Profundo”, como impulsor del caos controlado, sufre la angustia de que el propósito fraterno se imponga paulatinamente puesto que sus negocios y zona de influencia están en riesgo. Se espera que el planeta reaccione y se encamine hacia la paz sostenible, verdadera, sin espíritu bélico. Esa debe ser la tendencia universal.

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