jueves, 29 de junio de 2017

Cantos de Sirena para una tregua engañosa


El acuerdo de cese al fuego provisional firmado entre la Federación Rusa y EE.UU. el pasado 22 de febrero y que entró en vigencia el día 27 de febrero resulta ser un compromiso plagado más de interrogantes que de certezas, en orden a alcanzar la paz en el Levante Mediterráneo.
A medida que trascurren los días, se ha ido expresando la escasa viabilidad de una tregua, más encaminada a dar respiro a las bandas armadas que operan contra el Gobierno sirio, que a alcanzar el fin de un conflicto que tanta muerte y destrucción ha significado para la sociedad del país levantino. En ese escenario, la jugada de Washington y sus aliados pretende ganar tiempo, rearmar y fortalecer a los grupos que operan tanto en Siria como Irak y generar una base de apoyo que contrarrestare los éxitos alcanzados por la Coalición conformada por Siria, Irán, Rusia e Irak en el combate a los movimientos takfiríes y que ha cambiado la correlación de fuerzas en la zona.

CONFIAR EN ESTADOS UNIDOS Y SUS ALIADOS ES UN ERROR

En una interesante y reveladora entrevista el profesor de las Relaciones Internacionales de la Universidad de Moscú, Mikhail Alexandrov planteó su incredulidad respecto al cese al fuego firmado entre Moscú y Washington en Siria "Yo no creo que sea viable la tregua en Siria, el objetivo es evitar el avance del ejercito de Al-Asad en su lucha contra los grupos terroristas. Obviamente en esta oportunidad compran tiempo para reforzar a estos grupos en todos los sentidos, y luego alargar la guerra con diferentes pretextos”. En opinión de Alexandrov, el Gobierno estadounidense y sus aliados – influenciados fuertemente por el Pentágono y los organismos de inteligencia – pretenden engañar a Rusia, Siria e Irán – en el caso ruso, afirma este profesor moscovita “Moscú busca un acercamiento y amistad con Occidente y lamentablemente creen que pueden ganar puntos aceptando la tregua, o sea, si hacen la vista gorda frente a los occidentales y esto sí es un gran error”.
Engaño que se manifiesta al mostrarse Estados unidos, como proclive al término de un conflicto del cual es copartícipe, al avalar y apoyar el nacimiento y desarrollo de las bandas terroristas con el objetivo de llevar el despertar islámico hacia posturas pro occidentales. En este plano, confiar en Washington y sus cantos de sirena es un error, pues sólo le permite ganar tiempo y proteger a aquellos movimiento que sufrían exitosos ataques por parte del Ejército Nacional Sirio, el apoyo aéreo ruso y el avance de las milicias de Hezbolá y voluntarios chiíes, guiados por asesores del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRI), cuyo trabajo permitió la recuperación de zonas que estaban en manos del terrorismo en Latakia, Homs y Alepo.
Esta tregua firmada con Rusia, por parte de la Casa Blanca es defendida sólo por su ejecutivo, a través de las palabras del mandatario Barack Obama y su secretario de Estado, John Kerry pero, ni el Pentágono ni la CIA apoyan los detalles de un cese al fuego, que limita las posibilidades de continuar con el proceso de desestabilización y fragmentación de Siria. Y, en ese marco, el complejo militar-industrial buscará los mecanismos para intensificar la agresión y asignar la responsabilidad del reinicio de las hostilidades ya sea al gobierno sirio, al ruso o iraní. Pretextos no faltarán en esta tarea.
En lo que va del año 2016 el Ejército Árabe Sirio y los valiosos apoyos otorgados por Irán, Rusia y milicianos de Hezbolá, han ampliado las zonas de recuperación territorial, ya sea rompiendo el asedio a las localidades de Zahra y Nubel – con población mayoritariamente chií – haciendo huir a las fuerzas del Frente Al-Nusra, que ocupaban esas posiciones desde hace tres años y también intensificar las operaciones destinadas a reforzar sus fronteras, con Turquía, Jordania y la entidad sionista.
 Esta ofensiva siria comenzó al mismo tiempo, que se daba inicio a las conversaciones de paz en la ciudad Suiza de Ginebra el pasado 29 de enero, como también en momentos que se celebraba en Múnich la Conferencia Internacional de Seguridad – donde Moscú y Washington acordaron concretar este alto al fuego provisional a partir del 27 de febrero del 2016. Esto, a pesar de las fuertes presiones de los aliados del gobierno estadounidenses, específicamente Riad y Ankara, que siguen empecinados en exigir la salida de Al-Asad del Gobierno sirio y las amenazas de intervención militar directa, que se expresan hoy con operaciones militares digitadas desde sus territorios contra el Gobierno sirio.
Siria y sus aliados deben estar alertas frente a este alto al fuego provisorio,  de tal manera que no sirva para dar pié al rearme, preparación y descanso de aquellas facciones – que no incluyen a Daesh y el Frente Al-Nusra -  que estaban siendo fuertemente castigadas por la aviación rusa y los ataques terrestres del Ejército Árabe Sirio y sus aliados. En lo señalado, la conducta de Turquía ha ido demostrando que no es posible confiar en regímenes como el de Erdogan, decididos a negar la sal y el agua a cualquier proceso de paz. El Canciller turco, Ahmed Davutoglu ha señalado, que el alto al fuego propuesto por Washington y Moscú no es de obligatorio cumplimiento “y no nos importa cuando hay una situación que amenace la seguridad de Turquía. Tomaremos las medidas necesarias para evitar el avance de las Unidades de protección del Pueblo Kurdo – YPG –“ Unidades que operan en la frontera entre Turquía y Siria y que han significado la irrupción de tropas turcas en territorio sirio y el bombardeo sistemático de la zona por parte de la artillería de Ankara desde el 13 de febrero pasado.
La portavoz de la Cancillería rusa, María Zajarova declaró a medios internacionales que “Ankara está agravando la situación en la frontera turco-Siria y lleva a cabo provocaciones sin ninguna razón que justifique sus crímenes en la región, en particular en Siria, que faciliten el surgimiento de más problemas en la región…durante su existencia el Imperio otomano fue llamado “el hombre enfermo de Europa” acaso Turquía quiere una vez más que lo vuelvan a llamar así?”. Las palabras de Zajarova se dan en momentos que las fuerzas turcas, a contrapelo de cualquier alto al fuego desarrollan acciones provocadoras destinadas a invadir la región siria de Rojava, en la frontera turco-siria y de población mayoritariamente kurda.
A medida que transcurra este Alto al fuego Provisional quedará claro si Estados Unidos es capaz de controlar a sus socios de la Coalición que lidera, sobre todo a Catar, Turquía y Arabia Saudí, empecinados en seguir apoyando el terrorismo takfirí en función de sus intereses nacionales y de hegemonía regional. Como también la conducta que seguirán países como Francia, Inglaterra  y la entidad sionista con sus políticas de sabotaje contra la región y de apoyo directo al terrorismo.  Mientras ello sucede, el gobierno sirio a través de su Ejército Nacional y el apoyo aéreo ruso y el terrestre por parte de Hézbola y los asesores iraníes han declarado que no detendrán su labor destinada a limpiar el territorio sirio de todo elemento takfirí agrupado en Daesh y el Frente Al-Nusra, que por su carácter terrorista han quedado excluidos del cese al fuego.

LA PAZ, ¡SÍ! PERO NO A CUALQUIER PRECIO

Las conversaciones de paz, las intenciones declaradas y los acuerdos que se logren, no pueden convertirse en freno de la acción necesaria y vital de destruir a las bandas terroristas de raíz takfirí. Y menos aún puede servir de impulso para el rearme y nuevos bríos de estos movimientos con aval occidental y sus socios de Oriente Medio. El papel de Siria y sus aliados es conseguir la paz en beneficio de la sociedad siria, que ya ha perdido a 280 mil de sus hijos, que ha visto su tierra arrasada, sus riquezas esquilmadas y su población dispersa en condición de desplazados y refugiados. Alcanzar la paz en Siria es un objetivo fundamental, pero no al precio de su desintegración. Alcanzar la paz en Siria tiene efectos que alcanzan a Irak y Palestina, que permiten aliviar el cerco que se tiene contra Irán y los afanes de someter a Rusia. La paz en Siria, con la derrota de las bandas takfirí, implica también derrotar las posiciones extremas de Washington y sus aliados y ese es un costo que esta Coalición se resistirá a aceptar.
En un interesante trabajo de investigación del analista Seymour Hersh, titulado “De Militar a Militar” este autor da cuenta que la postura de la Casa Blanca y sus aliados en materia de exigir a toda costa la salida de al Assad del poder y contender contra Putin y el gobierno de Irán, en esta área del mundo, es un error de proporciones. Según Hersh “la insistencia de Obama en exigir la salida de al Assad del poder y que existen en Siria grupos de “rebeldes moderados” capaces de vencerlo, unido a la obsesión que el mandatario estadounidense tiene con Putin, lo ha encerrado en una lógica de guerra fría, que tiene en el seno del Estado Mayor estadounidense una seria oposición a esta mentalidad…” Para Hersh ese alto grupo de oficiales considera que la administración de Obama ha actuado en forma miope, apoyando la caída de al Assad, financiando a terroristas a pesar de los informes de inteligencia que ven en esta conducta la posibilidad de generar el caos y la toma del poder por parte de extremistas takfiríes.
Esta investigación revela que los “Los jefes del Estado Mayor Conjunto, entre ellos el general Martin Dempsey, opinaban que una oposición directa a la política de Obama «tenía cero posibilidades de éxito”. Así que en el otoño de 2013 decidieron tomar medidas contra los extremistas sin pasar por los canales tradicionales de la política, proporcionando datos de inteligencia estadounidenses a los militares de otros países, calculando que dichos datos serían retransmitidos al Ejército sirio y utilizados contra el enemigo común: el Frente Al-Nusra y Daesh” Entre esos países se menciona a Alemania y Rusia.
La posición de Dempsey – mucho más estratégica - desaparece cuando este general pasa a retiro en septiembre del año 2015, en los mismos momentos que Rusia comenzó su apoyo aéreo al Gobierno sirio. El sucesor de Dempsey es el General Joseph Dunford, quien es un acérrimo adversario de Rusia y su política exterior, considerando a Moscú “como una amenaza existencial para Estados Unidos”. La postura de Dunford va en la línea de fortalecer los esfuerzos turcos de crear una zona de exclusión en la frontera turco-.siria y “hacer todo lo que podamos para permitir a las verdaderas fuerzas de oposición sirias – entiéndase a los denominados “rebeldes moderados – combatir a los extremistas”.
A pocos días del inicio del Alto al Fuego provisional ya se han materializado con una serie de violaciones, sobre todo por parte de Turquía, que facilita su territorio para las incursiones de bandas terroristas a territorio sirio y donde su interés radica en poder detener las acciones de  las Unidades de Protección Popular kurdas - YPG – que combaten a las fuerzas de Daesh y el Frente Al-Nusra. De esta manera la sospecha que el publicitado plan B estadounidense se está tejiendo al mismo tiempo que sus declaraciones de paz. Mijail Bogdanov, Viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia declaró no saber nada de este plan “que genera enorme preocupación en nuestro país sobre todo los pasos que puedan conducir al empeoramiento de la crisis siria generan una profunda preocupación. En particular, tiene que ver con los intentos de la realización de la idea de creación de una zona colchón en la frontera sirio-turca y la formación de bloques para la operación terrestre".

Los acuerdos de cese al fuego provisional – por parte de Washington - van en la dirección de proteger a esas fuerzas que denomina “rebeldes moderados” mostrando con ello que el apoyo a la idea de sacar a Bashar al-Asad es materia de primera importancia, como también seguir avalando las acciones del presidente turco Erdogan y la Casa Al Saud, a pesar de todas las pruebas que implican a ambos gobiernos en el apoyo y financiamiento de las bandas terroristas que operan en Oriente Medio, mostrando con ello que este acuerdo de cese al fuego es más un canto de sirena, un plan engañoso, que la decisión efectiva de cesar la agresión contra el pueblo sirio.

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