miércoles, 8 de febrero de 2017

¿Qué agita los aires de guerra entre China y EE.UU.?

Misiles Dongfeng-41

China ha desplegado sus misiles intercontinentales, capaces de alcanzar Washington, días después de que los nuevos altos cargos de EE.UU. amenazaran a Pekín con bloquearle el acceso a los territorios en disputa.
Días después de la investidura de Donald Trump como el 45.º presidente de EE.UU., la tensión entre Washington y Pekín ha alcanzado un nuevo nivel tras la filtración a varios medios de comunicación asiáticos de un video en el que aparece un misil nuclear intercontinental capaz de alcanzar la capital estadounidense, presuntamente localizado en la frontera con Rusia.
China mantiene en el mayor de los secretos toda la información sobre los misiles Dongfeng-41 y, después de la filtración, no se han producido comentarios oficiales sobre su veracidad, sobre la existencia y la cantidad de estos misiles, o sobre el lugar de su despliegue. El experto militar ruso Víctor Baranets ha explicado a RIA Novosti que se trata de misiles con ojivas nucleares muy potentes capaces de superar distancias de entre 12.000 y 15.300 kilómetros.
La filtración se produce después de una serie de declaraciones contra China pronunciadas por los nuevos altos cargos estadounidenses en las últimas dos semanas. No en vano, varios medios de comunicación especulan con la posibilidad de que la publicación de la foto haya tenido carácter intencional y no sea sino una respuesta a las declaraciones "provocativas" contra China que hizo Donald Trump, señala el periódico chino 'The Global Times'.
"EE.UU. no ha mostrado el respecto suficiente a la capacitad militar China" y, a la vez, "ha mostrado con frecuencia su intención de sacar músculo con arrogancia" en la región de Asia Pacífico, escribe el diario, insistiendo en que China debe disponer de "arsenal nuclear capaz de frenar a EE.UU.".
"La posición expresada por Tillerson conducirá a una guerra entre China y EE.UU."
En otra artículo, el medio cita a Jin Canrong, de la Universidad Renmin, en China, que tacha de "arrogantes" las declaraciones de hace dos semanas de Rex Tillerson, elegido por Trump para encabezar la Secretaria de Estado de EE.UU., y que afirma que si la Administración Trump adopta la posición difundida por Tillerson, ello "conducirá a una guerra entre China y EE.UU."
En aquella ocasión Tillerson dijo que China se estaba apoderando de territorios "que no son legalmente suyos", en referencia a los que se encuentran en disputa en el mar de la China Meridional, donde Pekín está construyendo islas artificiales e infraestructuras militares. Se trata de un área de suma importancia por la que pasa tráfico comercial anual valorado en 4,5 billones de dólares.
"A China no le debe estar permitido el acceso a las islas que construyó en el mar de la China Meridional en disputa", afirmó Tillerson.
Incluso en EE.UU. muchos no se podían creer que Tillerson amenazara en serio con bloquear a China
Esta declaración resonó tan fuerte que incluso en EE.UU. muchos expertos no se podían creer que Tillerson quisiera decir de verdad que Washington bloquearía a China el acceso a los territorios en disputa que Pekín considera suyos, llegando a pensar que se trató de malentendido. Y eso es así porque un bloqueo semejante sería una "acto de guerra", explicó al diario 'The Washington Post Mira Rapp-Hooper, experta del Centro para Nueva Seguridad Americana, que calificó estas amenazas de "increíbles" y "sin fundamento en la ley internacional".
Sin embargo, este lunes el nuevo portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, respaldó la posición expresada por Tillerson, afirmando que EE.UU. "protegerá sus intereses en el mar de la China Meridional" y "defenderá a los territorios internacionales para que no sean tomados por un país".
Al día siguiente la portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Hua Chunying, respondió a la amenazas de Washington afirmando que China posee "soberanía indiscutible" sobre las islas Spratly y sus aguas territoriales y que aboga por libertad de navegación marina y aérea en esta zona. Los países que no se encuentran en esta región, como EE.UU., deben "respetar las acciones de los países de la misma", agregó.
China, dispuesta a dirigir el mundo si es necesario.
En diciembre de 2016 China lanzó un misil balístico intercontinental Dongfeng-41 desde una plataforma de ferrocarril en la parte occidental del país; prueba que coincidió con la visita del entonces secretario de Defensa de EE.UU., Ashton B. Carter, al portaaviones nuclear estadounidense USS John C. Stennis en el mar de la China Meridional.
China no quiere a los buques de guerra de EE.UU. en un mar que considera su 'patio trasero' y una de las formas de demostrarlo fue el 'secuestro' de un dron marino estadounidense en diciembre del año pasado, recuerda 'The Washington Post'. EE.UU. se muestra obstinado en la defensa del derecho de sus naves militares a pasar por las aguas internacionales.
Este lunes el director general del Departamento de Economía Internacional del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhang Jun, afirmó que "si alguien dijera que China está desempeñando un papel de liderazgo en el mundo, yo le contestaría que esto no sucede porque nuestro país luche por el primer puesto, sino más bien porque los principales candidatos han dado un paso atrás, dejando ese lugar a China", informa la agencia Reuters.
¿Por qué China despliega misiles intercontinentales nucleares en la frontera con Rusia?
Algunos medios occidentales, como IBTimes, barajan la idea de que el despliegue de misiles intercontinentales nucleares en la provincia nororiental china de Heilongjiang, fronteriza con Rusia, puede conllevar un riesgo de confrontación entre Pekín y Moscú, pese a que Kremlin haya desmentido tales suposiciones.
De hecho, la localización de los misiles cerca con Rusia es un reflejo del alto nivel de confianza que hay entre ambos países, explica RIA Novosti, ya que, precisamente, los misiles balísticos intercontinentales son más vulnerables durante el lanzamiento y en las etapas tempranas de vuelo. Rusia, por su parte, cuenta con varios complejos de misiles a unos cientos de kilómetros de la frontera con China, mientras que varios sistemas de misiles balísticos intercontinentales estadounidenses Minuteman III se encuentran en la frontera con Canadá.
La distancia entre Moscú y Pekín, por ejemplo, es casi la misma que entre Moscú y Heilongjiang, de menos de 6.000 kilómetros, mientras Heilongjiang y la capital estadounidense están separadas por más de 10.000 kilómetros, una distancia que pueden superar los Dongfeng-41.
El despliegue de los misiles intercontinentales chinos en el norte del país se puede entender como una medida de seguridad, ya que estos territorios son 10 veces menos poblados que el centro y el sur de China.


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