ULTIMA PARTE
Otro blanco potencial
estratégico, el número 16, de un ataque con misiles crucero por un submarino en
el Golfo de México sería el importante astillero
naval de Ingalls Shipbuilding en
Pascagoula, estado de Misisipi. De acuerdo a Wertheim, el astillero de Ingalls
ha construido hasta la fecha 30 destructores de
misiles teledirigidos de la clase Arleigh Burke, además de haber construido grandes
navíos de guerra anfibia para la Marina de Guerra de EE.UU. Actualmente hay 2 destructores más
en construcción y 2 más contratados, probablemente participando
en un futuro en la construcción de parte de 16 destructores más,
de ser su construcción aprobada. Aparte de proporcionar defensa antiaérea, los Arleigh Burke pueden
cumplir misiones de defensa antimisil y antisubmarina.
Un
misil Kalibr 3M14 armado con una ojiva nuclear de 250 kilotones, volando a una
velocidad de crucero de Mach 0.8 y lanzado desde el Golfo de México a una
distancia de 582 km, llegaría a su objetivo en unos 36 minutos. La explosión en
el aire sobre los astilleros de Ingalls en Pascagoula mataría a unos 25,000 y
heriría a unos 15,000 según un estimado.
La explosión nuclear destruiría también la refinaría de
petróleo de
la empresa Chevron en Pascagoula, considerada la mayor refinería de
esta compañía en EE.UU. y una de las principales refinerías en este país.
El
blanco número 17 de un ataque de misiles crucero Kalibr 3M14 armados con ojivas
nucleares de 250 kilotones, lanzados por un submarino desde el Golfo de México,
podría ser la Base Aérea de Barksdale en
el estado de Luisiana, por albergar la 2ª
Ala de Bombardeo del USAF dotada de bombarderos
estratégicos B-52H con capacidad de bombardeo nuclear, por contener el cuartel
general del Mando de Ataque Global de la Fuerza Aérea (Air Force Global Strike Command) americana y
por ser también la sede de la 8ª
Fuerza Aérea del USAF. Volando a una velocidad de
crucero de Mach 0.8, un misil Kalibr 3M14 llegaría a la Base Aérea de Barksdale
en unos 54 minutos, pudiendo causar por su detonación nuclear en el aire unos
15,000 muertos y unos 75,000 heridos según un estimado.
El
objetivo número 18 de un ataque de misiles crucero por un submarino podría ser
la Base Aérea de Peterson en
el estado de Colorado, por ser la sede del cuartel general del Mando de Defensa
Aeroespacial Norteamericana (NORAD) y por contener también el cuartel
general del Mando Septentrional de Estados Unidos (USNORTHCOM), siendo éste último el mando que
se encargaría de defender a EE.UU. en
América de una invasión enemiga. Volando a una velocidad de Mach 0.8, un misil
Kalibr 3M14 armado de una ojiva nuclear de 250 kilotones llegaría a la Base
Aérea de Peterson en unas 2 horas, y su detonación aérea sobre la base
causaría, según una estimación,
más de 27,000 muertos y unos 125,000 heridos.
El
objetivo número 19 de un ataque de misiles crucero desde un submarino en el
Golfo de México podría ser el Centro Espacial Johnson de
la NASA, dedicado a los vuelos espaciales tripulados, y en particular su Centro
de Control de Misión Houston, así llamado por su cercanía a la ciudad de
Houston, Texas, y que se encarga de controlar los vuelos tripulados espaciales
de EE.UU. Un misil crucero Kalibr 3M14 armado de una ojiva de 250 kilotones
podría ser lanzado a una distancia de 687 km, tomándole unos 42 minutos llegar
a su objetivo volando a una velocidad de Mach 0.8, causando con una detonación
aérea sobre el Centro de Control de Misión Houston unos 46,000 muertos y más de
113,000 heridos en el área afectada por la explosión nuclear, de acuerdo a un estimado.
El siguiente
escenario considera la posibilidad de que, de estallar una guerra nuclear entre
EE.UU. y Rusia por Siria, Rusia buscará de forma asimétrica la manera de
asestar un golpe devastador a EE.UU.
Una
forma de hacerlo sería desplegando un submarino de propulsión nuclear y de
ataque en el Golfo de México, armado de misiles crucero con ojivas nucleares.
Dicho escenario no es meramente hipotético o ficticio.
La
posibilidad de una guerra entre Rusia y EE.UU. por Siria era una amenaza que se
pudo haber hecho realidad por la política del régimen de Obama de intervenir en
Siria, estrecha aliada de Rusia. La amenaza de que dicha guerra se podía hacer
realidad bajo una presidencia de Hillary Clinton era también patente mientras
existía la posibilidad de que la ex Primera Dama fuese elegida Presidenta. Cabe
aclarar que la intervención americana en Siria, por medio del patrocinio a
grupos terroristas radicales sunitas, se hizo en gran medida por presiones de
Israel, para destruir a su antiguo enemigo sirio.
El
espectro de una guerra entre Rusia y EE.UU. en el Cercano Oriente aparentemente
sigue siendo una posibilidad, ante el evidente apoyo incondicional de la nueva
Administración Trump estadounidense a Israel y sus políticas agresivas contra
Irán, éste también aliado estratégico de Moscú. De EE.UU. amenazar militarmente
a Irán y a Siria por presiones del Estado Judío, esto puede llevar a perpetuar
la Segunda Guerra Fría entre Rusia y EE.UU., que empezó bajo el régimen de
George W. Bush y llegó al borde de la guerra bajo el régimen de Obama.
Una
operación militar ofensiva contra Irán y Siria por EE.UU. y sus aliados, por
las presiones de Tel Aviv, provocará una reacción militar rusa, que puede
llevar a una escalada militar que desemboque en la III Guerra Mundial nuclear.
Un acto de agresión conjunto americano-israelí contra El Líbano para destruir
al partido político chiita y milicia armada de Hezbolá, éste aliado estratégico
de Moscú en la Guerra de Siria y en la región, puede desembocar en una guerra
regional que, por la escalada de acciones militares y el aumento de sus
participantes, lleve al mundo a la guerra nuclear.
La
nueva Administración Trump debe de evitar entrar en dicha guerra, ignorando
para ello las presiones del régimen de Israel a cometer actos de agresión en el
Cercano Oriente, como Tel Aviv logró al manipular a los regímenes de George W.
Bush y Obama, dedicándose mejor a reforzar las defensas de EE.UU. en el
Hemisferio Occidental contra misiles crucero armados de ojivas nucleares y
submarinos, en vez de construir un muro que pretenderá, infructuosamente y a un
alto costo, detener la marcha de hombres, mujeres y niños en busca de una vida
y un futuro mejor, según el tan celebrado “sueño americano”.
“A
estas alturas no se puede negar que Medio Oriente sigue siendo uno de los
objetivos de la actual administración estadounidense. El ejemplo más claro es
la cuestión migratoria en donde se veto a Irán y también el deseo ya explicito
de retroceder en el acuerdo nuclear que se logro entre Obama y la Unión Europea
con Irán y las sanciones que aun mantienen a pesar del acuerdo (n. del
corrector)
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