RAZONES
DE UNA ACTITUD CATÓLICA
(8-8-79)
(fin del articulo)
Estoy persuadido de que es por el
bien de la Iglesia. Somos perseguidos hoy, pero no
importa, tiempo vendrá en que reconocerán que allí se forman verdaderos
sacerdotes. Por otra parte, en Roma, ya reconocen que haces buenos sacerdotes.
Nunca nos dijeron en Roma: "Ustedes forman malos sacerdotes". Nunca.
No. Nos dicen: "Usted desobedece porque no cerró su seminario". Nunca
me dijeron: "Usted forma malos sacerdotes". Saben perfectamente que formamos buenos sacerdotes. Y es por esto que
ahora, hace por lo menos tres años, ya no nos dicen de cerrar el seminario.
Quieren salvar nuestro seminario, pero lo quieren hacer, salvando las
apariencias, sin volver sobre lo que se ha dicho. Por lo tanto, la situación es
un poco delicada y difícil. Estoy persuadido de que Dios permitirá un día que
el seminario sea nuevamente reconocido. Tenemos actualmente 90 nuevos sacerdotes en nuestra Fraternidad.
En diez años 90 sacerdotes y ahora tenemos cerca de 209 seminaristas mayores de
todos los países. Aquí en Buenos Aires tenemos a provenientes de casi todos los
países de América del Sur; tenemos un seminario en Alemania, uno en los Estados
Unidos de Norteamérica; el seminario de Econe, un Seminario en Albano, en Roma.
.. Ya me han preguntado, ¿por qué en Albano?
¿Por qué en Roma? ¿Y qué hace usted ahí, de momento que está contra Roma? De
ninguna manera, no estamos contra Roma y queremos que nuestros seminaristas
sean romanos, que amen al Papa, al Sucesor de Pedro, pero que lo amen suplicándole
que sea un Papa, que sea verdaderamente el Sucesor de Pedro, Sucesor de todos los
que le precedieron. Eso es sencillamente lo que pedimos al Santo Padre.
Nosotros amamos al Papa, queremos sostenerlo y ayudado precisamente en su tarea
de renovación de la Iglesia, y les aseguro que un día eso se producirá. Ya
felicitan a nuestros jóvenes, porque llevan la sotana, porque son buenos
seminaristas, ya se los felicita en Roma. Por eso, ven ustedes que podemos tener
alguna esperanza. Ya sé que es poca cosa, me dirán, qué son 200 seminaristas
para el mundo entero, qué son 90 sacerdotes para todo el mundo, ya lo sé, pero
Nuestro Señor empezó con doce Apóstoles y si Dios así lo quiere, Él será quien
dará el crecimiento a esta Obra. La verdad es que no comprendo cómo hemos
conseguido tener actualmente estos seminarios, cómo todo esto ha podido
desenvolverse en forma casi milagrosa...Les pido, señoras y señores, que
rueguen por nuestros seminaristas, que rueguen para que haya muchos jóvenes
sacerdotes y que un día puedan venir también a este país, como lo hacen ya, por
otra parte. Nuestros sacerdotes vienen a veces aquí, a decir la Santa Misa, 'y
pienso que si ustedes tienen ocasión de asistir a esa Santa Misa, 'sentirán
nuevamente aquel ardor, aquel amor de la Iglesia; aquel amor de Nuestro Señor
Jesucristo, que se recibe del Santo Sacrificio de la Misa. Y puesto que ustedes
son devotos de la Santísima Virgen María sé que en América del Sur se ama:
mucho a la Virgen María se reza el Santo Rosario en familia, se tiene mucha devoción
a la Virgen María- al terminar recomienden mis seminaristas a la Santísima
Virgen María en sus oraciones. Tengan también ustedes la seguridad, desde ahora
después de haber tenido la alegría y el placer de pasar algunos instantes entre
ustedes de que yo no los olvidaré en mis Oraciones. En el curso de estos diez años he tenido la ocasión de responder muchas
veces a preguntas que son muy graves. Me he esforzado siempre en permanecer
dentro del espíritu de la Iglesia, conforme a sus principios teológicos que
expresan su fe y a su prudencia pastoral manifestados dentro de la teología
moral. y a través de la experiencia de su historia. Creo poder decir que no he
cambiado de opinión sobre estos temas y que este pensamiento es afortunadamente
el de la gran mayoría de los sacerdotes y fieles adictos a la Tradición
infalible de la Iglesia. Ciertamente, estas líneas son insuficientes para hacer
un estudio exhaustivo de estos problemas. Pero se trata más que nada de exponer
claramente conclusiones de modo de no equivocarse sobre las orientaciones y pensamientos
de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X
Sobre
la Nueva Misa
Respecto a la Nueva Misa destruyamos de inmediato esta idea absurda: si la Nueva Misa es
válida, luego se puede participar. La Iglesia siempre ha prohibido a
los fieles asistir a las Misas de los cismáticos y de los herejes, aun si ellas
fueran válidas. Es evidente que no se puede participar de Misas
sacrílegas, ni de Misas que pongan nuestra fe en peligro. Pues es fácil demostrar, tal como ella ha sido
formulada por la Comisión de la Liturgia, que la Nueva Misa con todas las autorizaciones dadas por el
Concilio de una manera oficial, y con todas las explicaciones de Mons. Bugníní,
presenta un acercamiento inexplicable a la teología y al culto de los
protestantes. No aparecen muy claros y hasta son contradichos, los
dogmas fundamentales de la Santa Misa, que son los siguientes:
(Conferencia
pronunciada en Montevideo,
el 8 de agosto
de 1979).
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