viernes, 9 de septiembre de 2016

Ite Missa Est


9 DE SEPTIEMBRE

SAN GORGONIO, MARTIR



LOS DOS TESTIGOS. — Como encontramos un mártir, San Esteban, que velaba junto a la cuna de Jesús, así vemos hoy a otro mártir, San Gorgonio, que hace guardia sobre la cuna de la Madre de Dios. El año litúrgico estaba en sus comienzos y nos enseñaba la Iglesia que venía Jesús a sufrir y que todos los que quisiesen seguirle, deberían sufrir también y darle testimonio. Ahora, cuando el año está caminando a su fin, la Iglesia nos repite la misma lección al proponer a nuestro culto e imitación tan gran número de Santos. Para comprender mejor dicha lección, resumamos lo que Bossuet dice en el elocuente panegírico que predicó en.Metz sobre el mártir que hoy celebramos.

LA VIDA ES UN COMBATE. — "No sin razón el Apóstol nos exhorta a estar siempre armas en brazo ya que sabemos por los divinos oráculos que nuestra vida es una guerra continua. El espíritu de Dios, que por el santo bautismo recibimos, llena nuestras almas de la idea del bien supremo para hacernos mirar con desprecio los movimientos eternos que agitan la vida humana. Pero, ya lo sabéis, todas las grandes empresas encuentran grandes dificultades. Todo el mundo tiene empeño en luchar contra este plan: Adversum nos omnis mundus armatur. A todas las criaturas de sobre la haz de la tierra las adorna de incentivos postizos, con el fin de sorprendernos con su falso brillo. Y si nuestra generosidad llega a tanto que despreciamos sus favores, para asustarnos nos pone ante los ojos gran aparato de penas y de tormentos; de tal modo que el servidor de Dios tiene que vivir en este mundo sin temor y sin esperanza y sentirse inconmovible e inexorable por los cuatro costados. "Y aquí está el porqué los poderes de la tierra se envalentonaron contra los defensores de la fe. Estas almas heroicas no pudieron dar gusto al mundo, y el mundo a ellas tampoco las agradó: aquí tenemos la causa de su contrariedad. El mundo no las contentó y por eso le despreciaron. Tampoco ellas agradaron al mundo, y de ahí que el mundo tomó con gusto el molestar a lo que no le pertenecía. Y todo sucede por un orden secreto de la Providencia y para que se cumpla esta memorable palabra de nuestro Salvador: No vine a traer la paz sino a encender la guerra: Non veni pacem mittere; sed, gladium....

LA FE.—"Y dicho esto, ¿qué mejor para concluir con las palabras del Apóstol: Quorum intuentes exitum..., imitamini fidem? Gorgonio fué constante hasta la muerte, de la cual saboreó toda la amargura; ahora sólo falta que imitéis su fe, aquella fe ardiente por la que prefirió el oprobio de Jesucristo a todos los honores y se mantuvo íntegro e inquebrantable en el alma, mientras su cuerpo se deshacía a pedazos como una vetusta casucha. "Ocurre con los mártires lo que con los modelos cuyos rasgos copian los pintores para embellecer sus obras. Vemos también retratada  en la vida de los mártires la de nuestro Salvador; ellos en casi todo nos pueden servir de modelo. Pero en el esplendor de sus virtudes debemos escoger las que nos son más necesarias en las circunstancias en que vivimos.

EL TESTIMONIO. — "Mártir y testigo es lo mismo. Se llaman mártires de Jesucristo los que, al padecer por la fe, dieron testimonio de la verdad en medio de los padecimientos y la seliaron con su sangre. Si hoy ya no existen tiranos que nos persigan, el Evangelio nos enseña ¡que Dios, que es Padre nuestro, reparte a sus hijos los bienes y los males conforme a los designios de su Providencia1. De manera que al !sentirnos atribulados, si aceptamos con humildad y de mano de Dios nuestras aflicciones, por | esta aceptación ¿no afirmamos como testigos que hay una inteligencia primera y universal que por motivos ocultos, aunque justos, hace nuestra buena y nuestra mala fortuna? Y esto ¿qué significa sino ser testigos y mártires de la Providencia"


VIDA. — De San Gorgonio, mártir romano, sabemos ¡ poquísimo; a veces se le ha confundido con su homó- ! nimo de Nicomedia. Fué enterrado en el cementerio ' "de los dos laureles" y el Papa San Dámaso adornó su sepulcro con una bella inscripción. Sus reliquias las trasladó Baronio más tarde a San Pedro. San Gorgonio tuvo la buena fortuna de tener a Eusebio como historiador y como panegirista a Bossuet: a ellos les debe su parte de celebridad.

Oración

"Asístanos, oh Señor, con su intercesión tu santo mártir Gorgonio, para que su gesta se convierta para nosotros en un día de santa alegría. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén."

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