9 DE SEPTIEMBRE
SAN GORGONIO, MARTIR
LOS
DOS TESTIGOS. — Como encontramos un mártir, San Esteban,
que velaba junto a la cuna de Jesús, así vemos hoy a otro mártir, San Gorgonio,
que hace guardia sobre la cuna de la Madre de Dios. El año litúrgico estaba en
sus comienzos y nos enseñaba la Iglesia que venía Jesús a sufrir y que todos
los que quisiesen seguirle, deberían sufrir también y darle testimonio. Ahora,
cuando el año está caminando a su fin, la Iglesia nos repite la misma lección
al proponer a nuestro culto e imitación tan gran número de Santos. Para
comprender mejor dicha lección, resumamos lo que Bossuet dice en el elocuente
panegírico que predicó en.Metz sobre el mártir que hoy celebramos.
LA
VIDA ES UN COMBATE. — "No sin razón el Apóstol nos
exhorta a estar siempre armas en brazo ya que sabemos por los divinos oráculos que
nuestra vida es una guerra continua. El espíritu de Dios, que por el santo
bautismo recibimos, llena nuestras almas de la idea del bien supremo para hacernos
mirar con desprecio los movimientos eternos que agitan la vida humana. Pero, ya
lo sabéis, todas las grandes empresas encuentran grandes dificultades. Todo el
mundo tiene empeño en luchar contra este plan: Adversum nos omnis mundus armatur.
A todas las criaturas de sobre la haz de la tierra las adorna de incentivos
postizos, con el fin de sorprendernos con su falso brillo. Y si nuestra
generosidad llega a tanto que despreciamos sus favores, para asustarnos nos
pone ante los ojos gran aparato de penas y de tormentos; de tal modo que el servidor
de Dios tiene que vivir en este mundo sin temor y sin esperanza y sentirse inconmovible
e inexorable por los cuatro costados. "Y aquí está el porqué los poderes
de la tierra se envalentonaron contra los defensores de la fe. Estas almas
heroicas no pudieron dar gusto al mundo, y el mundo a ellas tampoco las agradó:
aquí tenemos la causa de su contrariedad. El mundo no las contentó y por eso le
despreciaron. Tampoco ellas agradaron al mundo, y de ahí que el mundo tomó con
gusto el molestar a lo que no le pertenecía. Y todo sucede por un orden secreto
de la Providencia y para que se cumpla esta memorable palabra de nuestro Salvador: No vine a traer la
paz sino a encender la guerra: Non veni pacem mittere; sed, gladium....
LA
FE.—"Y
dicho esto, ¿qué mejor para concluir con las palabras del Apóstol: Quorum
intuentes exitum..., imitamini fidem? Gorgonio fué constante hasta la
muerte, de la cual saboreó toda la amargura; ahora sólo falta que imitéis su
fe, aquella fe ardiente por la que prefirió el oprobio de Jesucristo a todos
los honores y se mantuvo íntegro e inquebrantable en el alma, mientras su cuerpo
se deshacía a pedazos como una vetusta casucha. "Ocurre con los mártires
lo que con los modelos cuyos rasgos copian los pintores para embellecer sus
obras. Vemos también retratada en la
vida de los mártires la de nuestro Salvador; ellos en casi todo nos pueden
servir de modelo. Pero en el esplendor de sus virtudes debemos escoger las que
nos son más necesarias en las circunstancias en que vivimos.
EL
TESTIMONIO. — "Mártir y testigo es lo mismo. Se
llaman mártires de Jesucristo los que, al padecer por la fe, dieron testimonio
de la verdad en medio de los padecimientos y la seliaron con su sangre. Si hoy
ya no existen tiranos que nos persigan, el Evangelio nos enseña ¡que Dios, que
es Padre nuestro, reparte a sus hijos los bienes y los males conforme a los designios
de su Providencia1. De manera que al !sentirnos atribulados, si aceptamos con
humildad y de mano de Dios nuestras aflicciones, por | esta aceptación ¿no
afirmamos como testigos que hay una inteligencia primera y universal que por
motivos ocultos, aunque justos, hace nuestra buena y nuestra mala fortuna? Y
esto ¿qué significa sino ser testigos y mártires de la Providencia"
VIDA. — De San Gorgonio, mártir romano, sabemos ¡ poquísimo; a veces se le ha confundido con su
homó- ! nimo de Nicomedia. Fué
enterrado en el cementerio ' "de
los dos laureles" y el Papa San Dámaso adornó su sepulcro con una bella inscripción. Sus
reliquias las trasladó Baronio
más tarde a San Pedro. San Gorgonio tuvo la buena fortuna de tener a Eusebio
como historiador y como
panegirista a Bossuet: a ellos les
debe su parte de celebridad.
Oración
"Asístanos, oh Señor,
con su intercesión tu santo mártir Gorgonio, para que su gesta se convierta
para nosotros en un día de santa alegría. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén."
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