El Evangelio
El Evangelio refiere los episodios y las enseñanzas de la vida de Jesús. La lectura atenta de
la Palabra de Dios es una invitación a seguir a Nuestro Señor.
1. La meditación de la vida de
Jesús
La meditación de la vida de Jesús en todos sus detalles
nos pone poco a poco en el ambiente de la realidad y nos saca del ambiente
habitual de ilusión en que vivimos sin damos cuenta. El pecado y sus
consecuencias han logrado crear un mundo de espejismos, de ilusiones y de
errores a tal punto que los hombres acaban acostumbrándose al mundo sensualizado
y humanizado, y no consiguen hacerse a la idea de que todo eso es vanidad y
algo efímero con relación a la verdadera vida espiritual y sobrenatural: la
vida eterna. La Santa y admirable vida de Jesús es un recuerdo
constante de las realidades espirituales y divinas, las únicas que valen y son dignas
de estima, y las únicas que son eternas. Todo en Jesús es volver a Dios, a la
verdad, a lo real, a la sabiduría y a la santidad.
Ojalá pudiéramos convencemos cada vez más de la necesidad
de seguir a Jesús como Él se lo pide a sus discípulos: "El que me sigue no
anda en tinieblas". (]n 8, 12) "Si alguien quiere ser mi discípulo,
que tome su cruz y me siga." (Mat 16, 24) No hay elección: o seguir a Jesús
o quedarse con el demonio. No es sorprendente si Jesús sufre al ver a los hombres
que prefieren las tinieblas a la Luz, y qué Luz: La que ha creado el mundo y lo
sostiene en la existencia, La que ilumina a todo hombre que viene a este mundo y
que le trae la luz de la salvación y de la gloria eterna! Pero prefieren las tinieblas
de este mundo, que está opuesto a Nuestro Señor y de este mundo de la carne, del
dinero, del egoísmo y del orgullo, antesala del infierno. Antes de dejar a la
Persona de Jesucristo, para tratar de comprender su obra redentora de salvación
y meditar los medios que Él instituyó para comunicamos de nuevo la gracia de la
salvación, procuremos grabar de un modo imborrable en nuestras mentes la imagen
real y viva de Jesús, que tiene que iluminar y orientar toda nuestra vida.'?" Procurad reproducir en vuestra vida el Evangelio que
anunciáis, para que pueda decirse de vosotros: "Bienaventurados los pies de
los que anuncian la paz y los verdaderos bienes". 109 (Is 52, 7) Tened por
calzado los ejemplos de los Santos para pre- dicar con fruto el Evangelio de la
paz. Ahí es donde se encuentra la paz; el orden no puede existir sin Dios ni
sin Nuestro Señor Jesucristo."?
2. El único evangelio
San Pablo dio a los Gálatas consejos muy preciosos
para permanecer fieles al único Evangelio de Cristo. Es muy útil leer el primer capítulo de la Epístola de
San Pablo a los Gálatas. Es una lección extraordinaria que se aplica perfectamente
a nuestro tiempo y a nuestra situación. ¿Qué dice San Pablo? O insensati Galatóe!
No teme decirles: "iOh insensatos Gálatas!" (Ga13, 1) ¿Por qué? ¿Qué
habían hecho los Gálatas? "¿Cómo puede ser que os paséis tan pronto a otro
evangelio? (Gal 1,6) ¿Cómo puede ser? Yo vengo a enseñaros un Evangelio; luego me
voy un año y medio o dos años, y vosotros volvéis a las prácticas del Antiguo Testamento".
¿Cuál era ese evangelio? Querían volver a las prácticas del Antiguo Testamento.
Él les había dicho: "El Antiguo Testamento ha terminado. Ahora es el
bautismo, la Eucaristía, la práctica de la fe, de la esperanza y de la caridad;
sobre todo, nada de circuncisión, nada de manifestaciones del Antiguo Testamento
ni de sacrificios". San Pablo se va y resulta que vuelven a las prácticas
del Antiguo Testamento. "¿Cómo puede ser? ¿Cómo habéis pasado a otro evangelio?
Es que habéis tenido profetas y doctores que os han arrastrado al error". Y
dice: "Si lo que hacéis ahora es justo, en ese caso no
valía la pena que Nuestro Señor hubiese sido crucificado ni que resucitase, siendo
que fue crucificado y resucitó para empezar un tiempo nuevo para la santificación
de las almas. Hemos perdido el tiempo." Y en ese momento es cuando dice esta
hermosa palabra que mencionamos a menudo: "Pero aun cuando nosotros mismos
o un ángel del cielo os anunciara un evangelio distinto del que os hemos anunciado,
y sea anatema!" (Gal 1, 8), es decir, que quede excomulgado. ¡Es maravilloso!
Y repite: "También ahora lo repito: Si alguno os anuncia un evangelio distinto
del que habéis recibido, ¡ sea anatema!", que sea apartado de Dios ... Éste
es el primer capítulo de la Epístola a los Gálatas. ¡Es maravilloso! Esto explica
perfectamente nuestra situación. Desde el concilio Vaticano II se ha pasado a otro
Evangelio: el Evangelio de los derechos del hombre, de la libertad religiosa y
del ecumenismo, y todo eso se concreta con nuevos sacramentos, nuevas misas, una
nueva enseñanza y un nuevo catecismo. Todo es nuevo, según nuevos principios,
principios que son otro evangelio y que no es el Evangelio de la Iglesia Católica.
Quisieran arrastramos por ese rumbo; se nos considera como disidentes porque no
queremos seguirlos por ese camino, rumbo adúltero, repito. Nosotros decimos:
"No". No hay otra opción. No queremos cambiar nuestra fe por otro evangelio.
No conocemos otro evangelio sino el de Nuestro Señor Jesucristo y el de la Iglesia
de siempre, el Evangelio que la Iglesia ha enseñado durante veinte síglos.!"
No hay comentarios:
Publicar un comentario