DE
LAS OPERACIONES DE LOS ANGELES
(q.
54, 55)
En el tratado De Dios uno las 26 primeras cuestiones de la primera
parte de la SUMA TEOLÓGICA, estudió el Angélico Doctor la existencia,
naturaleza y operaciones divinas, tres cosas que, como se ha dicho, "se
deben conocer acerca de un objeto cualquiera, lógicamente ordenadas según las
exigencias de la metafísica del ser y de la lógica del pensamiento" (p. 17
del vol. 1 de esta versión española de la B. A. C.). El orden lógico admirable
que preside el desarrollo de aquel tratado, parece haber sido el mismo que
Santo Tomás ha tenido presente para el desarrollo de este tratado De los
ángeles donde el Santo sigue un proceso parecido, Allí, respecto a Dios,
consideró primero su existencia y luego su naturaleza, mediante el estudio
gradual de sus atributos absolutos, simplicidad, perfección, inmensidad e
inmutabilidad, pasando después a la consideración de sus operaciones. También
aquí, respecto a los ángeles, ha considerado ya su existencia (q, 50, a. 1),
pasando luego a la consideración de su naturaleza mediante el estudio de su
simplicidad (q. 50, a. 2), perfección, tanto numérica como especifica e
individual (q. 50, aa. 3, 4 y 5); su relación con las Cosas corpóreas (qq, 51 y
52) y su mutabilidad (q. 53), empezando ahora el estudio de las operaciones
propias de los ángeles (q. 54 a la 60 inclusive).
Tratando de la ciencia de Dios (l." p., q. 14, a. 1), ya expuso
Santo Tomás cómo la inmaterialidad de un ser es la razón de que el mismo sea
cognoscitivo, estando el grado del conocimiento en razón directa del grado de
inmaterialidad y siendo los ángeles completamente inmateriales y perfectamente
espirituales, han de ser también seres capaces de conocer en un grado más
perfecto que las demás criaturas. a las
que superan en su inmaterialidad. Ahora bien, el conocimiento requiere tres
cosas: la facultad cognoscitiva, el Objeto cognoscible
y la unión de ambos. Dándose los tres elementos, puede darse el acto de conocer, en el cual además
puede considerarse asimismo el modo como se conoce. Todos estos puntos se
estudian en los ángeles en estas cuestiones (54-58) según el orden siguiente: primero se estudia la facultad cognoscitiva en sí misma,
que es la inteligencia angélica, principio inmediato del acto cognoscitivo que
se llama entender (q. 54); luego el medio en el cual
conocen los ángeles, es decir, el medio de unión entre el entendimiento
angélico y las cosas que conocen (q. 55); seguidamente
se considera el objeto del conocimiento natural angélico, tanto por
parte de las cosas inmateriales (q. 56) como de las cosas materiales (q. 57),
analizándose en último término el acto cognoscitivo
determinando el modo del mismo (q. 58).
Y como a todo conocimiento sigue naturalmente un apetito o tendencia
hacia el objeto, de la misma naturaleza que la facultad cognoscitiva de donde
nace, de ahí que al conocimiento intelectivo siga naturalmente el apetito
intelectivo llamado voluntad. Santo Tomás estudia lo referente a la voluntad de
los ángeles en dos cuestiones (59 y 60), considerando en la primera la facultad
en sí misma (q. 59) Y estudiando luego su acto principal y propio, que es el
amor (q. 60). El estudio de todas estas cuestiones sobre las operaciones de los
ángeles tan sabia y lógicamente ordenadas y profundamente desarrolladas por
Santo Tomás, pondrá bien de manifiesto que, aun siendo los ángeles perfectos,
están en perfección muy por bajo de Dios, haciendo resaltar las diferencias que
existen entre aquéllos y su Creador, pues mientras éste es perfectamente simple
e inmutable en todos los órdenes, identificándose en El su ser y su obrar, los
ángeles no sólo son mudables en cuanto al lugar y al tiempo y como ya hemos visto, sino que lo son
también en cuanto a sus mismas operaciones inmanentes del entendimiento y la voluntad,
quedando por ello infinitamente distantes de la simplicidad y perfección
divinas. Con esto se verá claramente también cómo el estudio de los ángeles,
entra de lleno en la teología, ya que mediante el conocimiento de la limitación
de su naturaleza y operaciones llegamos mejor al conocimiento de Dios, objeto
formal de la teología.
I.-ORDEN Y CONEXION DE LOS ARTICULOS
Es ésta la primera cuestión de la sección dedicada al conocimiento de
las substancias angélicas, en la cual Santo Tomás analiza metódica y
gradualmente la naturaleza de la operación de entender en orden a determinar la
de la facultad intelectiva en el ángel. Para
determinar la naturaleza de cualquier cosa, nada mejor que examinar su acción
propia. Así, para conocer cuál sea la facultad cognoscitiva del ángel,
principio próximo y electivo del conocimiento en el mismo, nada mejor que examinar
su operación propia, que. es el entender. El desarrollo de esta cuestión, a falta de
datos revelados y principios de fe, se hace a base de los grandes principios
fundamentales de la metafísica y de la psicología, en consonancia con lo ya
expuesto acerca de la perfección de Dios y de la simplicidad de los ángeles. En
los tres primeros artículos se excluye lo que supondría en el ángel excesiva perfección, por suponer una simplicidad
omnímoda, que le igualaría con Dios; y en los dos restantes se excluye lo que
en modo alguno es compatible con la
simplicidad y perfección de la naturaleza angélica, determinada en la cuestión
50.
La base de los tres primeros artículos la encuentra el Angélico Doctor
en su doctrina metafísica de que en todas las cosas creadas se da composición
de acto y potencia y se distingue realmente la esencia de la existencia actual
(1. p., q. 6, a. 3 ad 3), las cuales solamente en Dios se identifican (1."
p., q. 3, a. 4). En este estudio
comparativo se relaciona en primer lugar el acto de entender en el ángel con su
substancia o esencia (a. 1); después, con su ser o existencia actual (a. 2), ya
continuación se compara la 'facultad misma intelectiva con la esencia o
naturaleza angélica (a. 3). En segundo lugar, existiendo también en el hombre
facultades cognoscitivas, se estudia la potencia intelectiva de los ángeles con
relación a ellas, y, teniendo en cuenta que en nosotros se dan entendimiento
agente y posible, realmente distintos entre sí (1.8 p., q. 79, a. 10), se
investiga aquí si se dan también en el ángel (a. 4), y, por último, si, en él
se da, como en nosotros, otro conocimiento natural distinto del conocimiento intelectual,
es decir, el conocimiento sensible (a. 5).
Il.-EXISTENCIA DE FACULTAD COGNOSCITIVA
EN LOS ANGELES.
Podría llamar la atención que Santo Tomás, siempre es esclavo del orden
y de la lógica, que ordinariamente propone la cuestión de la existencia de una
cosa antes de tratar de su naturaleza, parece hacer aquí caso omiso de la
existencia de alguna facultad cognoscitiva en los ángeles.
CONTINUARÁ...
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