lunes, 19 de septiembre de 2016

EL MANUSCRITO DEL PURGATORIO


(AÑO 1880)
(primera parte)


ENERO 1880.- La noche de navidad, millares de ánimas han dejado el lugar de expiación para ir al Cielo; pero muchas permanecen y yo soy de ese número. A veces me dices que la perfección de un alma requiere de mucho tiempo, y es verdad; te sorprende también el hecho que, no obstante tantas oraciones, yo permanezca tanto tiempo sin poder gozar de la visión del buen Dios. Ay de mí!. La perfección de un ánima del Purgatorio no avanza más rápidamente que en la tierra: hay algunas ánimas, y es el menor número, que han de expiar sólo algunos pecados veniales; ellas no permanecen largo tiempo en el Purgatorio. Algunas oraciones bien hechas cualquier sacrificio las libera en breve tiempo. Pero cuando se trata de ánimas como yo - y es el caso de casi todas!- que han llevado una vida casi nula, ocupándose poco o casi del todo de su salvación, hay, en tal caso, que recomenzar la propia vida en el lugar de expiación, tienes que comenzar de nuevo a perfeccionar la propia alma amar, desear a Quien no se ha amado suficiente en la tierra. Es por que la liberación de las ánimas a veces se hace esperar tanto tiempo. Otra vez el buen Dios me ha hecho una gran gracia permitiéndome poder pedir oraciones. Cosa que no merezco; sin esta divina autorización, permaneceré aquí, como la mayor parte, años y años!  

Los Religiosos y los otros de una misma familia tienen relaciones entre ellos?

R. En el Purgatorio, como en el Cielo, lo Religiosos de la misma familia no siempre están juntos; las ánimas no merecen todas, la misma pena ni la misma recompensa. Aunque sí se reconocen en el Purgatorio. Si pueden también, cuando el buen Dios lo permite, tener relaciones mutuas.

- Se puede recibir una oración, un pensamiento de parte de un amigo difunto y hacerle conocer el recuerdo que se guarda de él?

R. Se pueden hacer llegar aquí los recuerdos de la tierra, pero no es muy útil, porque, como ya te lo he dicho, las ánimas del Purgatorio saben y conocen las personas que se interesan por ellas en la tierra. A veces Dios permite también que se pueda recibir una oración, una advertencia, un consejo. Así, lo que te he dicho tantas veces respecto de parte del buen Dios. Todas las comisiones que tantas veces me has dado para el otro mundo siempre las he ejecutado; pero todas están subordinadas a la voluntad divina.

- Las culpas de algunos son conocidas en el Purgatorio, como lo serán en el juicio final?

R. En el Purgatorio, generalmente no conocemos las culpas de los otros, excepto sin embargo cuando el buen Dios lo permite respecto de ciertas ánimas, por sus designios; más es pequeño el número de aquellos hacia los cuales Él actúa de tal modo.

- Tú tienes del buen Dios un conocimiento más perfecto que el nuestro?

R. Ah, que pregunta!. Pero ciertamente, nosotros lo conocemos mucho mejor y le amamos mucho más.! Ay de mí!. Precisamente esa es la causa de nuestro mayor tormento aquí. En la tierra se ignora qué cosa es el buen Dios. Se hace una idea según la propia visión estrecha,; pero nosotros, al dejar nuestra envoltura de barro, entonces nada más obstaculiza la libertad de nuestra alma, Oh solamente ahora hemos conocido a Dios, su bondad, su misericordia, su amor!. Después de esta visión tan clara, esta necesidad tan grande de unión (con Él), el alma tiende siempre hacia Dios, esta es su vida y, siempre se echa hacia atrás, porque no es suficientemente pura, ese es nuestro sufrimiento: el más duro, el más cruel Oh!. Si fuese concedido regresar a la tierra, después de haber conocido al buen Dios, qué vida llevaríamos!. Pero, llorar es inútil. Y no obstante en la tierra no se piensa ni un instante en esto, se vive ciego. La eternidad no es tenida en cuenta. La tierra, que no es más que un lugar de tránsito y que acoge solamente al cuerpo, el cual a su vez, se convierte en tierra también el, es el único objeto hacia el que tienden casi todos los deseos, y en el Cielo no se piensa!. Y Jesús y su amor son olvidados!.

- En el Purgatorio, las ánimas se consuelan recíprocamente con el amor del  buen Dios o bien alguna está completamente apartada en su dolor?

R. En el Purgatorio, nuestro único consuelo, nuestra única esperanza es Dios sólo. En la tierra, el buen Dios permite que a veces en las propias penas del cuerpo y del espíritu se pueda ser consolado por un corazón amigo; y para otros, si en este corazón falta el amor de Jesús, las consolaciones son ineficaces, pero aquí las ánimas están perdidas, abismadas en la voluntad divina, y sólo Dios puede mitigar su dolor. Todas las ánimas son atormentadas, algunas según la propia culpabilidad, pero todas padecen un dolor común que sobrepasa cualquier otro: la ausencia de Jesús que es nuestro elemento, nuestra vida, todo lo nuestro. Y nosotros, estamos separadas por culpa propia.

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Después de una acción, no debes perder el tiempo en ver atrás para considerar si has actuado bien o no!. Ciertamente es necesario que cada día examines tus acciones a fin de hacerlas mejor, pero esto no debe hacerte perder la tranquilidad del alma. El buen Dios ama las almas sencillas. Siempre tienes que andar con Él con una gran voluntad, siempre dispuesta a sacrificarte y a complacerlo. Debes actuar con Jesús como el niño con su mamá, confiándote a su bondad, abandonando todas tus preocupaciones espirituales y corporales en sus divinas manos; de aquí en adelante buscar complacerlo en todo, sin ocuparse de otras cosas. El buen Dios no considera tanto las grandes acciones, los actos heroicos, cuánto una acción sencilla, un pequeño sacrificio, si estas cosas se hacen por amor. A la vez también un pequeño sacrificio, no conocido sino sólo por Dios y por el alma, será mas meritorio que uno grande alabado. Tienes que ser muy interior, y no retener para ti nada de las alabanzas que te tributen. El buen Dios busca las almas vacías de sí mismas para llenarlas de su amor. El tiene pocas. El amor propio no deja ningún puesto para Jesús. No dejes escapar ninguna ocasión para mortificarte, interiormente sobre todo. Jesús tiene algunas gracias que darte durante la Cuaresma; prepárate con un aumento de fervor y sobre todo de amor. Ama sobre todas las cosas a Jesús. Ay de mí!. En el mundo Él se tan poco amado y tan ultrajado. La Santa Virgen te ama mucho; de tu parte, también ámala con todo el corazón y procura su gloria lo más posible. Tú no comprenderás nunca suficientemente la bondad del buen Dios. Si se tuviera cuidado de reflexionar alguna vez, esto sería suficiente para llegar a ser santo, pero en el mundo no se conoce suficientemente la misericordiosa bondad del Corazón de Jesús. Alguno la mide según el propio modo de ver, y este modo es defectuoso. Por consiguiente se reza mal, Sí pocos saben rezar como Jesús querría. Falta la confianza, y sin embargo Jesús nos escucha proporcionalmente al ardor de nuestros deseos y a la grandeza de nuestro amor. Por eso con frecuencia las gracias que se piden no son concedidas. Para ser feliz en la religión, tienes que ser sorda, ciega y muda, es decir que tienes que oír no pocas cosas que se podrían repetir, pero con frecuencia es mejor conservarlas para sí. No te arrepientas nunca de haber callado. También estás obligada a ver y a sentir, (pero conviene comportarse) como si no hubieses visto ni entendido nada. Oh!. Si supieses qué poca cosa son todas estas naderías, de las que se hace gran caso!. El demonio se sirve de estos pequeños ardides para detener un alma y obstaculizar todo el bien al que ella era llamada a hacer. No te dejes enredar de él. Ten un corazón grande que pase por alto estas pequeñas miserias sin hacer caso. Jesús debe ser para ti suficiente atractivo, sin que te detenga nada fuera de Él. Considera todo como venido de su bondad; sea que Él aflija, sea que consuele, es su amor el que ordena todo para bien de sus amigos.

NO TE DESANIMES NUNCA

así suceda cualquier cosa. Si Jesús quisiera, podría hacerte alcanzar la cima de la perfección, a quien quiere que la alcance, en pocas horas, en un parpadear de ojos; pero no!. Él prefiere ver vuestro esfuerzo y desea que conozcas y veas por ti misma que áspero y escabroso es el camino de la perfección. Sé muy generosa. Jesús te ha concedido y te concederá más gracias que a tantos otros; pero, a cambio Él espera encontrar en ti un alma de sacrificio, toda dedicada a Él. Él pide de ti sobre todo mucho amor, y cuando hayas así luchado contra ti misma, contra las malas tendencias, cuando hayas actuado con gran espíritu de fe, y bien! Entonces la fe cederá lugar a la realidad; pero primero debes actuar como si Jesús estuviera siempre presente ante ti y esto debe ser para ti cosa natural, aún siendo sobrenatural. Los predicadores y los directores espirituales no hacen el bien a las almas más que en proporción a su unión con Jesús, es decir a su espíritu de oración y a la vigilancia que usan para conservar sereno su interior, en tener siempre los ojos del alma fijos en Jesús, dispuestos a hacer y a sacrificar todo por la salvación de las personas a ellos confiadas.

- Las promesa hechas a los que recitan la corona de San Miguel son verdaderas?

R. Las promesas son reales; solamente que no tienen que creer que las personas, que la recitan mecánicamente y sin preocuparse de su perfección, son inmediatamente liberadas del Purgatorio. Es falso. También san Miguel hace más de lo que promete, pero no lleva así tan pronto del lugar de expiación a aquellos que deben cumplir la pena de un Purgatorio largo. Es cierto que en recuerdo de su devoción al Santo Arcángel sus penas son abreviadas; pero en cuanto a quedar en plena libertad, esto pues no!. Yo que la recitaba puedo servirte de ejemplo. La liberación inmediata tiene lugar solo para las personas que han trabajado con coraje en su perfección y que tienen poco que expiar en el Purgatorio.
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Francia es muy pecadora; desgraciadamente ella no está sola. En este momento no hay un solo reino cristiano que no busque abiertamente o en lo oculto sacar al buen Dios de su propio seno. Están todas las sociedades secretas con el diablo, su jefe, que mete así casa cosa en desorden y fomenta las maquinaciones de tales reinos. Esta es la hora del príncipe de las tinieblas, pero habrá un bello hecho para todo cuanto son ellos: Dios les hará ver que Él es el Señor y no ellos. Quizá no con dulzura Él los hará sentir su poder; para otros, también con los castigos que impone, Jesús es misericordioso. Por concesión del buen Dios, en el Purgatorio nosotros sabemos lo que sucede en este momento en la tierra, a fin de que recemos por las grandes necesidades presentes, pero sólo nuestra oración no basta. Si Jesús encontrara algunas almas de buena voluntad que quisieran compensar como conviene, movería a compasión la majestad de Él, su bondad divina ultrajada, eso agradaría su Corazón ofendido por tanta amargura, y podría conmover su misericordia, que sólo puede perdonar al que se humilla. Dile esto a la Madre Superiora. San Miguel intervendrá en la lucha que debe sostener la Iglesia. El es el jefe de esta Iglesia tan perseguida, pero no será pronto anonadada, como piensan los malvados. Él es igualmente, el Protector especial de Francia, el cual la ayudará a tomar de nuevo el puesto de Hija primogénita de la Iglesia, porque, no obstante todos los pecados que se cometen en Francia, hay en ella también muchos buenos, hay almas de gran dedicación.

- Cuándo intervendrá San Miguel?

R. No lo sé!. Hay que rezar mucho por esta intención, invocar al Arcángel, recordándole su título, y suplicarle que interceda ante Quien, en cuyo Corazón el tiene tan gran poder. La Santa Virgen no se ha olvidado Francia es su Reino privilegiado sobre todos; Ella la salvará. Es bueno recomendar a todos el Rosario y la corona; esta es la oración más eficaz en la presente necesidad. El voto heroico es una agradabilísima al buen Dios, de gran ayuda para las ánimas del Purgatorio y muy provechoso para las almas generosas que quieran hacerlo. Además, cediendo así una parte de sus méritos, en vez de perderlos, ellas lo ganan. En cuanto a las indulgencias plenarias, puedo decirte que pocas, muy pocas son las personas que la aprovechan enteramente. Se necesita una tan gran disposición de corazón y de voluntad que es raro, más raro de lo que se piensa, debe haber toda la disposición requerida para obtener así la remisión total de los propios pecados. En el Purgatorio, recibimos las indulgencias, que se nos aplican, sólo a modo de sufragio y como el buen Dios lo permite, según nuestra disposición. Es cierto que no tenemos más afición al pecado, pero nosotros no estamos bajo el reino en misericordia, sino más bien bajo el de la justicia divina; por tanto, recibimos sólo aquello que el buen Dios quiere que nos sea aplicado. Cuándo el alma está próxima al fin de todos sus deseos, es decir próxima al Cielo, ella puede ser liberada y ser admitida en el gozo eterno por la eficacia de una indulgencia plenaria bien adquirida o aunque adquirida a medias según su intención; pero en cuanto a las otras almas no es así. Durante su vida, con frecuencia ellas han despreciado o, si no, han hecho poco caso de las indulgencias que el buen Dios, siempre justo, da según las propias obras. Ellas pueden aprovechar algo según la divina voluntad, pero raramente la indulgencia en su integridad.


MAYO 1880.- Trabaja sin descanso y con toas la fuerzas en tu perfección. Cuando lo quieras, tendrás suficiente firmeza de carácter para superar todas las dificultades que obstaculizan tu unión con Jesús, a fin de llegar allá donde Él quiere. Tu vida será un continuo martirio. Cuesta el negarse en cada instante, es un martirio continuo; pero, en tal martirio, experimentamos, y no es de menos, el más dulce gozo. El alma sufre, pero por quien se sufre, en cada sacrificio, en cada renuncia, le concede una gracia que le anima a caminar siempre adelante, a dar todo de si misma. Ninguna cosa deleita tanto a Jesús, que ver un alma que, no obstante todos los obstáculos que encuentra en su camino, se esfuerza por sacrificarse siempre más por su gloria y por su amor. Tú estás adolorida al ver que el buen Dios es insultado en París, pero los que así actúan, no saben lo que hacen y, no obstante su bestialidad, Jesús es más ofendido por los pecados que cometen las almas que están consagradas a Él o deberían estarlo, más que de las sangrientas injurias de los que no son sus amigos. Cuántas almas a las que Jesús llama a una alta perfección y permanecen pobres por no haber correspondido a las gracias divinas!. Hay que hacerse violencia, corregirse y pedir mucho de si mismos cada día para ser feliz en el servicio del buen Dios!. Qué poco espíritu interior hay en el mundo! También en la Comunidad! Buscan demasiado la propia comodidad, no se quiere imponer violencia en cada cosa, y a pesar de eso el buen Dios estaría tan contento (si se puede decir así) si se lo amase, pero sin presiones y de buen corazón. Si Él pudiera obtener tal satisfacción en la Comunidad, cuántas gracias derramaría sobre ellas!. Por tu lado, busca lo más que puedas vencerte, amar a Jesús, como Él espera de ti desde hace tanto tiempo!. Jesús quiere que lo ames con el amor de un niño, es decir con la ternura de un niño que busca complacer a sus amados padres, y al contrario eres tan fría respecto a Jesús. Con todo no es esto lo que Él espera de ti, Él que tanto te ama!. 

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