miércoles, 20 de julio de 2016

¿ES VALIDA O INVALIDA LA NUEVA MISA?

El Vernáculo
En el corazón del problema de la Misa en vernáculo está la narración vernácula de la institución de la Eucaristía. No se trata tan sólo de que el Canon pronunciado en voz baja, que ha sido regla desde el siglo octavo, debe ahora ser abandonado, sino que la fórmula -59-inglesa: "Haced esto en memoria de Mí" sea escuchada "distintamente" por la asamblea.

La palabra griega anamnesis, que es traducida como "en memoria de", es difícilmente interpretada en el lenguaje inglés. Palabras como "memoria", "recuerdo", "memorial" implican la existencia de algo que está ausente en sí mismo, mientras que anamnesis tiene el sentido de "recordar", "re-presentar" (hacer nuevamente presente) un hecho pasado, de tal manera que vuelve a estar presente activamente. Esta idea, este sentido no está adecuadamente expresado ni siquiera en la palabra latina "memoria". Las palabras inglesas "recal" y "represent" son insuficientes, sin una mayor explicación, aunque sean escritas "recal", "represent", y "recuerdo", "memoria" y "memorial" por su uso convencional y común sentido, son actualmente equívocas y, por lo mismo, inadmisibles.

"La inteligencia de la expresión eucarística "por la anamnesis de Mí" como una representación o recuerdo activo, delante de Dios, del único sacrificio de Cristo, en toda la plenitud de su realización y de sus efectos está, como un teólogo dice, claramente expresada en todas las tradiciones de la primitiva Iglesia". En las palabras de San Juan Crisóstomo: "Nosotros ofrecemos también ahora, lo que fue ofrecido, lo que no puede ser agotado.
Esto es hecho por una anamnesis de lo que se hizo entonces, porque dijo Jesús: "Haced esto, por una anamnesis de Mí". No ofrecemos, pues, nosotros un diferente sacrificio, como el Sumo Sacerdote lo hacía en el Antiguo Testamento, sino que ofrecemos el mismo sacrificio. O, mejor dicho, ofrecemos la anamnesis del Sacrificio". (Estas últimas palabras hacen referencia al rito tridentino, pero de ninguna manera al rito nuevo. En el escrito: “Es valida o invalida la nueva misa” esta la definición del verdadero Sacrificio y lo que introdujo Paulo VI, les dejo esta referencia para comprender lo que Cranmer quiere decir aquí)


Thomas Cranmer



Cranmer, que quería arrancar de raíz toda idea de la Misa como un sacrificio, para sustituirlo por la teoría de una mera cena-memorial, en la cual Cristo no está realmente presente, a no ser espiritualmente, en el corazón de los fieles, no pudo encontrar una bomba más potente que la supresión del Canon silencioso, en favor de su Institución narrativa en inglés, su reiterada fórmula "Haced esto en memoria de Mí". En el gran silencio con que se decía el antiguo Canon, cualquier fiel medianamente instruido en el significado de tan grande Momento, sabía, aunque no supiese formulario, lo que estaba pasando. Pero ahora, él puede oír y saber que se está celebrando una cena-memorial. La Biblia así ío dice. Ahora se le invita a recordar algo que sucedió hace dos mil años, en el pasado. Y esta interpretación, en la liturgia de Cranmer, está enfatizada con las palabras que el ministro decía al dar la Comunión: "Toma y come esto en recuerdo de que Cristo murió por tí, y aliméntate en El, en tu corazón por la fe, con la acción de gracias”.


La imposición del nuevo Prayer Book, en vernáculo tuvo lugar en todo el país el 9 de junio de 1549, domingo in albis. Al día siguiente, el cuerpo de los campesinos de Devonshire, después de haber contemplado el nuevo rito, obligaron a su párroco a restablecer la antigua Misa. En diez días, el pueblo armado (posiblemente eran unos seis mil¡ es difícil precisar el número) se apoderaron de Crediton y amenazaban a Exeter. Sus demandas eran simples y precisas, y estaban relacionadas únicamente con la fe. Exigían la restauración de la Misa "como antes" y que el Santísimo Sacramento debía ser de nuevo reservado en un lugar prominente. "No aceptaremos, decían, los nuevos ritos, porque son como un juego navideño, sino que tendremos nuestros antiguos ritos, los Maitines, la Misa, las Vísperas y las Procesiones (letanías de Nuestra Señora) en latín y haremos que cada predicador en su sermón y cada sacerdote en su Misa pidan nominalmente por las almas del purgatorio, como lo hicieron nuestros antepasados". El Bautismo debería ser administrado "lo mismo entre semana que en los domingos y días festivos". Deben restablecerse las bendiciones acostumbradas y practicadas por la Iglesia, así como deben distribuirse las palmas y la ceniza, en los tiempos establecidos, con "todas las antiguas ceremonias hasta ahora usadas por nuestra Madre, la Santa Iglesia" (que Cranmer había suprimido como "supersticiosas.  

Cranmer se enfureció, no sólo por estas demandas, sino, todavía más por el hecho de que ignorantes campesinos, "Hob, Will y Dick", se hubieran atrevido a poner en duda su teología. Por eso les escribió: "Oh, ignorantes hombres de Devonshire y Cronwall, tan luego como supe vuestros artículos, pensé que estabais siendo engañados por algunos astutos papistas, que os persuadieron a exigir lo que vosotros mismos no comprendíais estabais exigiendo. Declarad qué espíritu pudo mover a esa gente para persuadiros de que la palabra de Dios no es otra cosa sino un juego de Navidad. Es más que un juego y uno ridícula comedia el oír al sacerdote hablar en voz alta al pueblo en latín. En los servicios dichos en inglés no hay otra cosa que la Eterna Palabra de Dios. Si a vosotros os parece un juego navideño, pienso que no debéis ser culpados por esto, sino los sacerdotes papistas, que han abusado de vuestra sinceridad.

¿Os gustaría mejor ser como urracas o como loros, que son enseñados a hablar, sin que nunca lleguen a entender una palabra de lo que dicen, o ser verdaderos cristianos, que piden con fe a Dios?" (No se les dijo casi o mismo a los que se pusieron al “nuevo rito” y lo continúan diciendo ahor a quienes quieren retomar o el rito antiguo? Es muy probable que se digan peores epítetos que los que Cranmer refirió a estos campesinos)

Los rebeldes, en su simple fe, no hicieron caso al sabio Arzobispo. Cranmer tuvo que acudir a la fuerza de las armas. Extranjeros mercenarios, principalmente luteranos alemanes, fueron empleados, en territorio inglés, por vez primera en trescientos años y el último baluarte de la fe fue abatido en la batalla. "La matanza, según las palabras memorables de Hilaire Belloc, fue indiscriminada: "cuatro mil personas fueron acribilladas o arrastradas o ahorcadas, antes de que los hombres de Devon aceptasen, sin ningún entusiasmo, la exquisita prosa de Cranmer". y la historia nos dice que los aventureros italianos y españoles, que reforzaban la filas de alemanes, cuando se dieron cuenta de lo que había ocurrido, se dirigieron al Nuncio Imperial para pedir la absolución de lo que habían hecho.


Cuando llegó a Londres la noticia de la victoria de la lengua vernácula, Cranmer "hizo una Cena en el coro de Paulo por la victoria" y en el sermón delante del Lord Mayor y Regidor, el Arzobispo Cardenal amonestó a sus oyentes, diciéndoles: "la plaga de la división entre nosotros, cuyo deleite no se había oído desde la Pasión de Cristo, nos ha venido por instigación del Demonio, por no haber sido diligentes oidores de la Palabra de Dios, que nos ofrecen sus verdaderos predicadores, sino nos hemos dejado arrastrar por los sacerdotes papistas".

Es evidente que era falso que el pueblo no entendiera la Misa latina. La circulación de libros de devoción y de instrucción en una población de tres millones puede calcularse por el hecho de que, en el holocausto de la ciencia y la piedad católica, que fue parte de la política protestante, se quemaron más de un cuarto de millón de libros litúrgicos. Un año después de la dictatorial imposición del primer Prayer Book, en 1550, Cranmer envió comisionados a las universidades. En Oxford, miles de libros fueron destruidos. Cambridge sufrió un más lento, pero más drástico despojo, que puede sospecharse por el hecho de que, al principio del reinado de Isabel, no se encontraron sino unos 177 volúmenes “semi destruidos y manchados". (No en balde se dice qe la “Misa Nueva” es un retroceso a las reformas de Cranmer porque desde su imposición por Pablo VI se han destruido infinidad de Misales en lengua latina, devocionarios y tantos otros libros cuyo delito era estar escritos en LATIN al que tanto odio manifestaron estos reformadores. Podríamos preguntarnos, ¿Cuantos Misales escritos con el venerable rito latino se encuentran en el mundo? Cada año que pasa nos es más difícil encontrarlos y si se encuentran, pocos son los que están en excelente estado, que nos quiere decir esto? Que los modernistas son peores que todos estos reformadores.)

El resultado era inevitable. Un predicador protestante, en un sermón predicado delante del rey, afirmó: "Está entrando en Inglaterra más ignorancia ciega, superstición e infidelidad, que hubo jamás bajo el gobierno de los obispos romanos. Vuestro reino (lo afirmó con pesar) se hará más bárbaro que el de Scythia". Otro, deplorando la multiplicidad de las sectas, consecuencia inevitable de la política de Cranmer, se quejaba: "Hay arrianos, marcionistas, libertinos, davistas y otras numerosas monstruosidades semejantes ¡hemos necesitado ayuda contra los sectarios y epicúreos y seudo-evangélicos, que han empezado a hacer estremecer nuestras iglesias con mayor violencia que nunca.

Una de las razones de la destrucción de los libros fue la ley dada por Cranmer, porque "se había divulgado y difundido la noticia de que la gente volvería a tener su antiguo rito latino" y ero necesario el hacer que el pueblo "desechase por completo la vana expectación de volver a tener el servicio público y la administración de los sacramentos en la lengua latina". La ley ordenaba el entregar todos los libros litúrgicos o devocionales en latín a las autoridades "para mutilarlos y destruirlos, para que nunca pudiesen ya servir al uso a que estaban destinados". Había una excepción: las copias en latín o inglés del Primer Ministro de Enrique VIII eran permitidas, con tal de que toda mención de los santos fuera suprimida.


Porque Cranmer odiaba a los santos, casi como odiaba la Misa y una de las ventajas de sus traducciones vernáculas fue la de poder publicar una nueva letanía, en la que se omitieron todos los nombres de los santos así como de las advocaciones de la Virgen Santísima, y en las que se añadía la petición: "De la tiranía del Obispo de Roma y de todas sus detestables enormidades, buen Señor, líbranos", la cual súplica fácilmente podía ser "entendida por el pueblo", cada vez que se decía, los miércoles y los viernes". 

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