jueves, 4 de febrero de 2016

San Buenaventura - DE LAS PROPIEDADES DE LA VID.


CAPITULO I.
DE LAS PROPIEDADES DE LA VID.


“Yo soy la verdadera vid”.  Con la ayuda del mismo Jesucristo, Señor nuestro, veamos algunas propiedades de la vid terrena, por las cuales podamos rastrear las propiedades de la Vid eterna celeste. Consideremos no solamente las cualidades naturales de la vid, pero también los cuidados externos referentes a su cultivo.

Primero que se ofrece a la consideración es que la vid se planta, no se siembra; trasplantase de un vástago de su mismo  tronco, cosa que, a mi ver, dice correspondencia con la concepción de Jesús. Es, a la verdad, Vid nacida de Vid, Dios engendrado de Dios e Hijo del Padre, coeterno y consubstancial a aquél del cual es. Más para que diese mayores frutos fue trasplantado a la tierra, concebido en el seno de la Virgen, hecho lo que no era, Hombre, quedando lo que era, Dios. (Dice San Juan: En el principio era el Verbo y el Verbo era Dios y el Verbo…Y el Verbo se hizo Hombre habito entre los hombres es una forma sencilla de decir lo que San Buenaventura desglosa) estaba junto a Dios i Oh tierra bendita, la que produce la bendición de todas las gentes! Bendita; por cierto, la tierra que, por amorosa comunicación de Dios, tal fruto de bendición produjo. De ella está escrito: Nadie cultivaba  la tierra, mas era regada de una fuente que subía del paraíso. No hubo menester esta tierra de humano cultivo (Hace alusión a la Santísima Virgen María) para que en ella fuese concebido el Hijo de Dios; le bastó el riego del agua del Espíritu Santo. Así lees: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y la virtud del Altísimo te hará sombra. También está escrito: Abrase la tierra y germine al Salvador. Por la fe abrióse la tierra -la Santísima Virgen María- creyendo y obedeciendo a las palabras del Ángel, y germinó la salutífera Vid, nuestro Salvador, que liberalmente regala los premios de la vida eterna. Salida a luz nuestra Vid, dieronle algunas labores propias de la viticultura, es decir, una vez nacido venido al mundo por su nacimiento en este siglo.


CAPITULO II
DE LA PODA DE LA VID (SAN BUENAVENTURA).

1. La vid fructífera suele podarse, labor que podemos aplicar a Jesús física y metafóricamente. Fue circuncidado Nuestro Señor Jesucristo; no porque tuviese necesidad de la circuncisión, (Porque no nació sujeto a la ley ni al pecado original) sino a fin de consolar nuestros dolores con sus dolores; padeció no por sí, sino por nosotros; fue llagado no por sí, sino para curar nuestras llagas (Con dichos padecimientos nos mereció la redención y nos dejo su misericordia para ver en El a un juez lleno de misericordia y no de justicia aunque ella, la justicia, siempre morara en El)

2. De otra manera cabe entender la poda de nuestra Vid -el onerosísimo Jesús- diciendo habérsele cortado todas aquellas cosas de que voluntariamente careció viviendo entre nosotros. El Apóstol favorece nuestro sentir cuando dice: Siendo Dios, se anonado a sí mismo, tomando forma de siervo. Ese anonadamiento es como una poda, porque así como la vid, al darle el corte, decrece (es decir disminuye su tamaño,) y se aminora, del mismo modo la verdadera« Vid. -Jesús- en la encarnación aparece inferior a los Ángeles y aun más abatido que los hombres todos. (Aquí entra el sentido metafórico y profundamente espiritual)

3.  ¿En qué forma? Fueron cortados de Jesús, la gloria con el cuchillo de la ignominia el poder con el cuchillo de la abyección o rechazo (San Juan, al principio de su evangelio nos dice: “Vino a los suyos y los suyos no le recibieron” donde notamos un claro rechazo o objeción), los regalos, con él cuchillo de la pobreza ... Advierte ahora cuán disminuida fue la Vid mística; Aquel a quien sirve toda la gloria de los siglos, Aquel, mejor dicho, que por sí solo constituye la gloria, así arrojó de sí la gloria: cíñase la vestidura de esclavo, padece deshonras, vístase de confusión Hombre por redimir al hombre y restituirlo a la antigua gloria, Aquel a cuya señal omnipotente se inclinan los cielos, la tierra, el infierno y todos los seres materiales y sobrenaturales, se abate a ser reputado el ínfimo de los hombres.,(Y diría aun mas cuanto afirma “Ego sum vermis et non homo” yo soy gusano y no hombre”) se sujeta hambre, a la sed, al calor, al frío, a las enfermedades y, por último, a la muerte y muerte afrentosa. (Con toda propiedad el profeta Isaías le llama; “Varón de dolores que sabe de sufrimientos”) Aquel que mora en luz, inaccesible, es decir la eternidad, en quien desean ver los Ángeles, cuyo olor así embriaga a los santos, que, olvidados del mundo presente y de sí mismos, corren tras El con todo el ímpetu y fervor de sus almas, i es blanco de tan inefables dolores, que en realidad vemos cumplido lo que había predicho por boca del Profeta: ”Oh vosotros, los que pasáis por el camino…. parad mientes y ved si hay dolor semejante al mío” (Extracto del libro del Profete Isáis). Aquel en quien están encerrados los tesoros todos de la sabiduría y de la ciencia, rico de todo, que no necita de nadie, redúcese a tan grande extremo de pobreza que, por dicho de El mismo, es aún más pobre que las raposas de la tierra y las aves del cielo: “Las raposas tienen cuevas, las aves tienen sus nidos, y el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar su cabeza”. Pobre en su nacimiento, más pobre en la vida, pobrísimo en la cruz, Cuando nació, tuvo por alimento la leche de una virgen, por vestido viles paños. En vida, si tuvo vestido, muchas veces careció de alimento, no exagera el Seráfico doctor. Pero al morir, lo hallarás desnudo y sediento, si acaso, para templar su sed, no quieras de nuevo brindarle vinagre mezclado con hiel y mirra. “Como lo hicieron los soldados cuando manifestó que tenia sed”.

4.  Por  último, con el cuchillo del  temor fueron amparados de Jesús todos los amigos y vecinos. Ni uno solo hubo que lo consolara. El solo pisó el lagar, y de las naciones no hubo hombre alguno con El. Y acabado de oprobios su corazón, esperó que alguno se doliese con Él, y no le hubo, que alguno lo consolase, y no lo halló. (Pocos se encontraban en el calvario de los cuales solo su Santísima Madre comprendía el valor de su sacrificio, los Apóstoles por temor a los judíos se encerraron en el cenáculo) Considera, pues, ahora cuán podada fue nuestra Vid el benignísimo Jesús, ¿Qué vid recibió nunca tantos cortes? Mas sirvan de consuelo los frutos copiosísimos que de tales y tan incomparables cortes se siguieron.

CAPITULO III
DE LA CAVA DE LA VID.

1. Otra labor propia de la vid es la cava, que figuradamente significa la  falsedad de los insidiadores o los fariseos. Hoyos abre, en efecto, el que con malas artes procura engañar a los otros: Cavaronron delante de mí un hoyo; así se queja Jesús, a quien no podía ocultarse ningún ardid de sus enemigos, pues tiene ojos delante -y detrás y ve como presente lo pasado y lo por venir. Mostremos por vía de ejemplo alguna de estos hoyos. Así se queja a quien no podían ocultarle ningún ardid sus enemigos, pues tienen ojos delante y Mostremos, por vía de ejemplo alguno de estos hoyos: “Traen- dice el Evangelio- al Señor Jesús una mujer sorprendida en adulterio, diciendo que Moisés mandó en la Ley apedrear a las adúlteras. Mas tu « que dices? Tal es uno de los fosos abiertos de los malvados agricultores alrededor de nuestra Vid divina -el dulcísimo Jesús-no para hacerla fecunda, sino para secarla. Mas los efectos fueron contrarios a sus malignas intenciones, pues de la Vid, así excavada, destiló para nosotros jugo de misericordia. (Perdonando a la pecadora, la astucia y mansedumbre venció el furor de sus enemigos con esta sublime respuesta: “El que de vosotros este sin pecado que tire la primera piedra”)


2. Prolijo fuera describir todos y cada uno de los hoyos cavados por los perversos viñadores, enemigos, siempre en acecho de las palabras de Jesús y de sus hechos para calumniarlo por fin comprendieron, que su labor tentadores ningún perjuicio ocasionaba a la Vid, antes los mismos cavadores caían en los, hoyos, es decir, en sus mismas calumnias, cesaron al fin de cavarla, o tantica malvada y se pusieron a perforarla,(Lo crucificaron no sin antes desgarrarla en la flagelación) para que así, a lo meno;  secase para siempre, como los otros árboles! Horadaron, pues, Y traspasaron las manos Y los pies, traspasaron el costado y con la lanza del odio desgarraron las entrañas del Corazón sacratísimo…, (Aquí San buena Buenaventura nos regala una página mística ya que, en ella vierte su corazón de místico. Aquí quien esto lee solo debe dejarse llevar por el autor porque es muy hermoso lo que habla sobre el Sagrado Corazón de Jesús, quiérase o no eleva nuestro espíritu de la tierra al cielo) ya antes traspasado con la lanza del amor—llegasteme al corazón-dice- hermana mía, llegasteme al corazón. ¡Oh amantísimo Jesús! Te han herido el corazón tu esposa, tu hermana, tu amiga, ¿Por qué nuevas heridas de tus enemigos? ¡Oh enemigos!, ¿Qué hacéis? Si herido esta, pues que herido esta el corazón de mi dulcísimo Jesús, ¿Por qué añadís nueva herida? Herido una vez el corazón, ¿sabéis que muere y hacerse insensible a nuevos golpes? Muerto es ya el corazón de mi dulcísimo Señor Jesús, muerto esta, pues que llagado; presa es de la herida de amor el corazón del Esposo, presa de la muerte del amor; ¿Cómo puede penetrar en El la segunda muerte? Es fuerte como la muerte aun más fuerte que muerte del amor. No puede ser arrojada la primera muerte- esto es, el amor de las almas muertas-, de la casa del Corazón, pues las conquisto para sí con su herida irreparable. Si dos igualmente robustos se combaten, y el uno está dentro de casa y el otro fuera, ¿Quién duda sino que el de dentro consigue la victoria? Y advierte cuán grande sea la fuerza del amor que posee la morada del corazón y mata con su herida; y no solamente en Jesús, mas también en la de sus siervos, así, pues, ya hacía mucho tiempo que estaba herido y muerto el Corazón del Señor Jesús, por amor nuestro, mortificado todo el día, considerado como oveja al matadero. Vino después de la muerte corporal y lo venció en el tiempo para ser vencida en la eternidad misma. (En este discurso se vale del libro “Cantar de los Cantares” en donde el alma es nombrada como esposa del esposo, pero no lo tomemos en sentido carnal porque es más bien todo lo contrario y muestra la delicadeza y cuidado de Dios asia nuestras almas)

*Nota. Todas las letras escritas en negrita son para facilitar comprensión de los lectores sobre estas páginas de San Buenaventura, quien las introdujo fue el R. P. Arturo Vargas Meza.

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