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martes, 26 de septiembre de 2017

La venganza del lago: ¿Cuál es la razón de los devastadores sismos en Ciudad de México?


Afirmada sobre el cauce seco de un antiguo lago, la capital mexicana es hoy una caja de resonancia que magnifica el efecto de los frecuentes sismos que ocurren en la herradura denominada Cinturón del Fuego del Pacífico.
Los mexicanos lo dicen siempre, como si de tanto repetirlo perdiera algo de su verdad, como si se desdibujara lo real: la ciudad está construida sobre un inmenso lago que murió de sed.
 El visitante, escéptico, no puede creer que esas veredas inmensas con fachadas hermosas y coloridas, modernos edificios de pecho vítreo y amplias avenidas, estén cimentados en lo que hace 500 años fuese el cauce del lago Texcoco. Pero el bramido de la tierra, cada ciertos años, borra cualquier duda: el 19 de septiembre de 2017, como una fatídica casualidad, se repitió el mismo fenómeno que 32 años atrás devastó la capital.

La ciudad de México fue sacudida el pasado martes por un sismo de magnitud 7,1 que derribó 47 edificios. Apenas dos horas antes del hecho, los habitantes habían participado de un simulacro para saber cómo actuar ante un evento de este tipo, sin embargo, la cercanía del epicentro del terremoto que ocurrió a la 1:14 de la tarde impidió que las alertas se activaran a tiempo y muchos no tuvieron tiempo de escapar antes del colapso de las edificaciones. Pero, ¿qué hace a la urbe ser tan propensa a un movimiento telúrico?

Caseríos sobre pantanos

La escritora Elena Poniatowska, en su libro "Nada, Nadie", refiere una crónica de Jorge Eugenio Ortiz, quien justo después del terremoto del 19 de septiembre de 1985 escribió: "El sismo pudo ser menos doloroso si no se hubiese erigido el gigantesco asentamiento en el valle de México (...) los españoles se empeñaron en sembrar una fastuosa ciudad sobre un lago (...) de un lago con islas y aldeas ribereñas, la urbe colonial se fue convirtiendo en un sólido caserío montado sobre los desecados pantanos". Desde entonces hasta hoy, el terreno es el mismo y la ciudad se ha expandido hasta convertirse en la capital más poblada de América Latina.

Valentina Páez, jefa del departamento de Ingeniería Sísmica de la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis), considera que ese antecedente es fundamental para entender el comportamiento de la ciudad ante un movimiento telúrico.

 "La profundidad de los sedimentos amplifican la onda de los sismos. Al estar construida sobre un lago seco, el de México es uno de los peores suelos para construir porque las estructuras, si están mal diseñadas, son propensas a volcar".
Páez destaca que después del terremoto de 1985, México ha refinado sus técnicas de construcción a tal punto "que se ha convertido en la meca de la geotécnia". Por eso es que especialistas como Marcel Blondet, en entrevista con RPP TV, consideran que el colapso de algunas estructuras en la ciudad pudo haber sido por el incumplimiento deliberado de las estrictas normativas vigentes en el país.
"Estoy consternado -lamentó Blondet- con lo que pasó en México. Ahí no debió haber habido ningún colapso porque la ingeniería mexicana está muy desarrollada. Tienen investigadores, ingenieros y profesionales de la ingeniería sísmica de altísimo nivel (...) Los edificios han colapsado es porque han estado mal construidos o mal diseñados y eso da pena".
Cinturón de fuego
Pero no sólo los suelos son el problema. México está ubicado en una suerte de herradura donde ocurre casi el 90% de los terremotos en el mundo: el cinturón de fuego del Pacífico.
La confluencia de cinco placas tectónicas a lo largo de todo el territorio mexicano (los Cocos, Norteamérica, Pacífico, Rivera y Caribe) también es un factor determinante en la incidencia de estos fenómenos. El continuo reacomodo de los gigantescos segmentos de corteza terrestre es una de las causas de los movimientos telúricos de gran intensidad.
Páez aclara que si bien los sismos son impredecibles, "se puede tener un rango de ocurrencia basado en probabilidades" y hacer una planificación urbana que permita mitigar los riesgos, "mediante proyectos de microzonificación sísmica, es decir, haciendo un perfil de los sitios para determinar la profundidad de los sedimentos".
Esos estudios previos en zonas determinadas le permiten a los ingenieros civiles prever cómo van a ser los "picos de aceleración" que tendrían las estructuras en caso de un eventual sismo y, "en función de eso, diseñar una norma más refinada" para la construcción de edificios. Pero, después de tantos estudios y experiencia acumulada en años de investigación, ¿por qué colapsaron más de 47 edificaciones en la capital mexicana?
¿Corrupción institucional?
En el texto de Poniatowska, que recoge los testimonios de las víctimas del terremoto de 1985 en Ciudad de México, el columnista citado hace 32 años pone sobre la mesa un argumento que ha vuelto a relucir en esta oportunidad después de la caída de varias estructuras: "la corrupción ha burlado todas las normas y muchos edificios mal construidos cayeron como un cruel bombardeo".
Un pronunciamiento del Colegio de Arquitectos, citado por el portal Sin Embargo, (A partir de 1986 se expidieron leyes y protocolos para que las nuevas edificaciones cumplieran con los mínimos requisitos para que la devastación causada por el terremoto del 19 de septiembre de 1985 no se repitiera. Pero el Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México aseguró que en la construcción “el tiempo es dinero” y resulta “más conveniente” realizar actos de corrupción para agilizar los trámites burocráticos. Aunque muchas veces esto provoca mayores precios de venta, incertidumbre en la calidad de los materiales y no hay certeza de que el inmueble cumpla con las reglas existentes.

Esta advertencia se cumplió tras el sismo de 7.1 grados del martes: al menos 47 edificios se desplomaron en la capital del país, entre ellos el Colegio “Enrique Rébsamen”, ubicado en la Delegación Tlalpan. De acuerdo con testimonios de vecinos, una parte del inmueble tiene más de 40 años y la que se cayó, no más de tres.) Resalta que las trabas burocráticas que hay en México para obtener permisos de construcción se convierten en la excusa perfecta para tomar el "atajo" de la corrupción. Luego de obtener una licencia fraudulenta, las empresas "compensan" el "gasto extra" bajando la calidad de los edificios: materiales deficientes, estudios incompletos, errores de cálculo y usos distintos a los acordados para el inmueble pueden ser parte de la larga lista de fallas probables.
El caso más emblemático hasta ahora es el colegio Enrique Rébsamen, ubicado en la Delegación de Tlalpan. En esa institución educativa, en la que fallecieron 21 niños y cuatro adultos, colapsó un anexo que había sido construido hace apenas tres años. La otra parte de la estructura, de 40 años de antigüedad, no sufrió mayores daños. Esa situación ha despertado la sospecha de que los nuevos contratistas no cumplieron con la normativa antisísmica vigente desde 1986.



Testimonios como el de Omar Dushner, un hombre entrevistado por el portal La Raza, (Después del sismo de 1985 que terminó con la vida de entre 3,000 (según la cifra oficial) y 10,000 personas, un nuevo reglamento de construcción vio la luz para hacer más estricta la normatividad y los permisos de construcción en la Ciudad de México.

Esa nueva ley establece que en zona de riesgo, como lo son las siete colonias donde el pasado 19 de septiembre se derrumbaron 39 edificios,  no se pueden hacer inmuebles de más de siete plantas en avenidas grandes ni más de cinco en las calles pequeñas, sin embargo, en la mayoría de las colonias de la ciudad la regla se ignoró.

Sólo en la colonia Hipódromo -donde Omar busca a sus amigos- se han denunciado en los últimos tres años 26 irregularidades ante la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial, según información proporcionada a este diario por el representante del Comité Fundacional de la Asociación de Residentes, Rafael Guarneros.

“El problema con los nuevos edificios es que sí son más fuertes, sí resisten más y no tienen tantos riesgos pero, al hacerlos con tantos niveles tienen que cavar más profundo y extraer más agua y, al absorber más agua, debilitan a las casas y edificaciones de a lado”. A pesar del riesgo, las autoridades delegacionales (que hacen las veces de municipios en la CDMX) no han frenado los permisos para este tipo de edificaciones. De acuerdo con datos de la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial de la Ciudad de México (PAOT) el número de denuncias por violaciones de uso de suelo suma 5, 876 en las 16 delegaciones.

“Aquí está el resultado”, advierte Omar Dushner frente a decenas de marinos, militares, agentes de protección civil que intentan sacar los escombros que podrían dar con la vida o, al menos los cuerpos, de sus camaradas. “Cuántas veces denunciamos, pararon las obras y a las dos semanas volvieron a lo mismo porque los constructoras bien saben que si dan dinero a la delegación los dejan hacer lo que quieren”.

La senadora Mariana Gómez, quién ha seguido de cerca las denuncias de vecinos contra la corrupción en las 16 delegaciones advirtió que en adelante “debe combatirse de raíz la corrupción que pone en peligro la vida de los capitalinos”,) dan cuenta de la profunda desconfianza que hay detrás del apogeo económico y de construcción que hay en Ciudad de México: "Aquí es una zona sísmica (pasa una falla geológica) y sin embargo las autoridades han permitido que se hagan edificios cada vez más grandes donde antes había casas de uno o dos pisos. En mi calle, Ometusco y Campeche, están haciendo cuatro y desde que pusieron un edificio el mío se ladeó, está inclinado".

En agosto pasado, según un reporte de El Sol de México, (Procuraduría Ambiental y del  Ordenamiento Territorial (PAOT) reportó que existen obras irregulares en al menos 11 delegaciones de la Ciudad de México. En un recorrido realizado por El Sol de México  se pudo verificar que algunos de los predios se encontraban con sellos de clausura y citatorios por parte del Instituto de Verificación Administrativa (Invea). Y pese a que se han iniciado expedientes de investigación para verificar la regularidad, algunos operan  con toda normalidad.

Coyoacán

En un recorrido en Av. Aztecas número 215, ubicado en la colonia Pueblo de los Reyes, en la  delegación Coyoacán, se observan trabajos de construcción del desarrollo inmobiliario denominado Quiero Casa, el cual, según el expediente con folio PAOT-2017-1786-SOT-741 en manos de El Sol de México, la obra “ha causado afectaciones al acuífero somero”.

Al exterior se observa a un grupo de hombres quienes llevan a cabo la edificación de unidades departamentales, la cual, pese a tener reportes expedidos por el Invea, continúan realizando la construcción.

Según comenta una de las vecinas de la zona, desde hace tres años se recolectaron alrededor de 500 firmas de los habitantes de la zona para no permitir la construcción de la obra, debido a que afecta a la vialidad y el abasto de agua.

“Uno de los problemas será el tráfico, ya que no va a haber lugar en dónde estacionarse. No habrá espacio por tanta gente que va a venir para habitar la zona. En ocasiones falta el agua y el drenaje está muy mal. Aunque sí tenemos, hay días que no. En ocasiones llega después de día y medio o con muy poca presión. Si eso es ahorita, imagínate cuando ya esté aquí establecida tantas personas”, señala una de las vecinas que comparte la zona.

“Hubo una gran tala de árboles que llevaron a cabo. No les importó. Aunque no sé la cantidad exacta, al menos 300 fueron talados. Anteriormente ese lugar era como un bosque, pero desde que llegaron no quedó árbol alguno. Una vez que vieron que estábamos organizándonos, colocaron a un grupo de granaderos para resguardar la obra”, lamenta.

La delegación que dirige José Valentín Maldonado cuenta con 12 expedientes relacionados a la irregularidad de obras en nueve colonias ante la PAOT.

Cuauhtémoc

En una visita a la colonia Condesa se constató que uno de los inmuebles ubicado en las calles de Vicente Suarez número 59 y Amatlán número 85, existe un predio de dos pisos, el cual ya ha sido reportado ante la PAOT por parte del comité vecinal. Dicho inmueble cuenta con el número de expediente PAOT-2017-742-SOT-313, de acuerdo con una copia en posesión de este diario.

Durante una visita al lugar, la construcción está paralizada como consecuencia de un citatorio expedido por el Invea, de fecha del 5 de julio de 2017.

De acuerdo con vecinos de la colonia, dicho predio pertenece a la familia del ex futbolista del Club América Ricardo Peláez, así como a Alberto García-Aspe. Según señalan, dicho inmueble anteriormente funcionaba como un laboratorio, pero tiempo después, éste fue adquirido por familiares de los ex futbolistas.

De acuerdo con denuncias de los vecinos a la PAOT, en el predio “se lleva a cabo una construcción sin exhibir el registro de manifestación de construcción correspondiente, además de que los predios están catalogados por el Instituto de Bellas Artes, la colocación de vallas en las fachadas con el fin de poner anuncios relacionados con la obra (sic)”, señala.

En entrevista con la secretaria del comité ciudadano de la colonia Condesa, María Chavarri, la zona no permite una construcción que supere los tres pisos de altura, debido a que es una zona de conservación patrimonial, lo cual verificó a través de una consulta que tuvo con Dolores Martínez, actual directora de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y  según el Programa de la delegación Cuauhtémoc.

“Esos citatorios son los terceros que coloca el Invea, porque cuando estaban las vallas, los pegaban ahí, entonces los dueños venían y los arrancaban (...) ellos no atienden los reclamos de la autoridad”, resaltó.

Actualmente la delegación a cargo de Ricardo Monreal cuenta con 20 denuncias vecinales por obras irregulares en 11 colonias ante la PAOT.

Elementos: “ La familia Peláez , él y sus papás  vivieron mucho tiempo en la colonia y conforme Ricardo se fue haciendo de nombre, se fue haciendo de poder”, señaló la líder vecinal.

Benito Juárez

Vecinos de la colonia delegación Benito Juárez presentaron denuncias ante la PAOT por trabajos de excavación que realiza la constructora que desarrolla la edificación de viviendas residenciales de la inmobiliaria City Tower. La obra se realiza en la calle de Bruno Traven, al cruce con Privada de Agustín Gutiérrez, en la delegación Benito Juárez.

De acuerdo con el expediente PAOT-2017-583-SOT-243 emitido por la Procuraduría Ambiental, y del cual El Sol de México tiene copia, los vecinos denuncian que dicha perforación del terreno será para “abastecer al referido desarrollo inmobiliario, comprometiendo con ello la factibilidad de servicios hídricos al resto de la zona, ya que el proyecto inmobiliario abarca fosa de clavados, alberca de entretenimiento y buceo (sic)”.


Al realizarse este tipo de mega obras, suele afectar la distribución de agua para el abasto de las casas aledañas, misma que afecta en mayor magnitud una vez que se planean construir predios con alberca y fosa de clavados)  la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (Paot) había advertido sobre la existencia de 30 construcciones irregulares en 11 Delegaciones de la ciudad.
Aunque todavía es pronto para tener la panorámica de todas las causas del fallo de las estructuras que se desplomaron, la tragedia del pasado martes parece repetirse no sólo en sus formas sino en su fondo. Como diría el poeta Octavio Paz, fue "la conjunción de una fatalidad natural y un error histórico".

Nazareth Balbás


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