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miércoles, 16 de noviembre de 2016

LA MISA NUEVA - Mons.Marcel Lefebvre

RAZONES
DE UNA ACTITUD CATÓLICA

(8-8-79)

(fin del articulo)


Estoy persuadido de que es por el bien de la Iglesia. Somos perseguidos hoy, pero no importa, tiempo vendrá en que reconocerán que allí se forman verdaderos sacerdotes. Por otra parte, en Roma, ya reconocen que haces buenos sacerdotes. Nunca nos dijeron en Roma: "Ustedes forman malos sacerdotes". Nunca. No. Nos dicen: "Usted desobedece porque no cerró su seminario". Nunca me dijeron: "Usted forma malos sacerdotes". Saben perfectamente que formamos buenos sacerdotes. Y es por esto que ahora, hace por lo menos tres años, ya no nos dicen de cerrar el seminario. Quieren salvar nuestro seminario, pero lo quieren hacer, salvando las apariencias, sin volver sobre lo que se ha dicho. Por lo tanto, la situación es un poco delicada y difícil. Estoy persuadido de que Dios permitirá un día que el seminario sea nuevamente reconocido. Tenemos actualmente  90 nuevos sacerdotes en nuestra Fraternidad. En diez años 90 sacerdotes y ahora tenemos cerca de 209 seminaristas mayores de todos los países. Aquí en Buenos Aires tenemos a provenientes de casi todos los países de América del Sur; tenemos un seminario en Alemania, uno en los Estados Unidos de Norteamérica; el seminario de Econe, un Seminario en Albano, en Roma. .. Ya me han preguntado, ¿por qué en Albano? ¿Por qué en Roma? ¿Y qué hace usted ahí, de momento que está contra Roma? De ninguna manera, no estamos contra Roma y queremos que nuestros seminaristas sean romanos, que amen al Papa, al Sucesor de Pedro, pero que lo amen suplicándole que sea un Papa, que sea verdaderamente el Sucesor de Pedro, Sucesor de todos los que le precedieron. Eso es sencillamente lo que pedimos al Santo Padre. Nosotros amamos al Papa, queremos sostenerlo y ayudado precisamente en su tarea de renovación de la Iglesia, y les aseguro que un día eso se producirá. Ya felicitan a nuestros jóvenes, porque llevan la sotana, porque son buenos seminaristas, ya se los felicita en Roma. Por eso, ven ustedes que podemos tener alguna esperanza. Ya sé que es poca cosa, me dirán, qué son 200 seminaristas para el mundo entero, qué son 90 sacerdotes para todo el mundo, ya lo sé, pero Nuestro Señor empezó con doce Apóstoles y si Dios así lo quiere, Él será quien dará el crecimiento a esta Obra. La verdad es que no comprendo cómo hemos conseguido tener actualmente estos seminarios, cómo todo esto ha podido desenvolverse en forma casi milagrosa...Les pido, señoras y señores, que rueguen por nuestros seminaristas, que rueguen para que haya muchos jóvenes sacerdotes y que un día puedan venir también a este país, como lo hacen ya, por otra parte. Nuestros sacerdotes vienen a veces aquí, a decir la Santa Misa, 'y pienso que si ustedes tienen ocasión de asistir a esa Santa Misa, 'sentirán nuevamente aquel ardor, aquel amor de la Iglesia; aquel amor de Nuestro Señor Jesucristo, que se recibe del Santo Sacrificio de la Misa. Y puesto que ustedes son devotos de la Santísima Virgen María sé que en América del Sur se ama: mucho a la Virgen María se reza el Santo Rosario en familia, se tiene mucha devoción a la Virgen María- al terminar recomienden mis seminaristas a la Santísima Virgen María en sus oraciones. Tengan también ustedes la seguridad, desde ahora después de haber tenido la alegría y el placer de pasar algunos instantes entre ustedes de que yo no los olvidaré en mis Oraciones. En el curso de estos diez años he tenido la ocasión de responder muchas veces a preguntas que son muy graves. Me he esforzado siempre en permanecer dentro del espíritu de la Iglesia, conforme a sus principios teológicos que expresan su fe y a su prudencia pastoral manifestados dentro de la teología moral. y a través de la experiencia de su historia. Creo poder decir que no he cambiado de opinión sobre estos temas y que este pensamiento es afortunadamente el de la gran mayoría de los sacerdotes y fieles adictos a la Tradición infalible de la Iglesia. Ciertamente, estas líneas son insuficientes para hacer un estudio exhaustivo de estos problemas. Pero se trata más que nada de exponer claramente conclusiones de modo de no equivocarse sobre las orientaciones y pensamientos de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X

Sobre la Nueva Misa

Respecto a la Nueva Misa destruyamos de inmediato esta idea absurda: si la Nueva Misa es válida, luego se puede participar. La Iglesia siempre ha prohibido a los fieles asistir a las Misas de los cismáticos y de los herejes, aun si ellas fueran válidas.  Es evidente que no se puede participar de Misas sacrílegas, ni de Misas que pongan nuestra fe en peligro. Pues es fácil demostrar, tal como ella ha sido formulada por la Comisión de la Liturgia, que la Nueva Misa con todas las autorizaciones dadas por el Concilio de una manera oficial, y con todas las explicaciones de Mons. Bugníní, presenta un acercamiento inexplicable a la teología y al culto de los protestantes. No aparecen muy claros y hasta son contradichos, los dogmas fundamentales de la Santa Misa, que son los siguientes:

(Conferencia pronunciada en Montevideo,
el 8 de agosto de 1979).


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