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jueves, 15 de septiembre de 2016

TRATADO DE LOS ANGELES - SANTO TOMAS DE AQUINO

DE LAS OPERACIONES DE LOS ANGELES
(q. 54 y 55)
(Continuación de la introducción a las cuestiones 54 y 55 y desarrollo del art. 1)

No se olvide, sin embargo, que en el prólogo a toda la SUMA dice el Santo que "las frecuentes repeticiones provocan confusión y hastío", y que precisamente es ése uno de los inconvenientes que él trata de evitar. Y habiendo demostrado ya, al tratar de la existencia y naturaleza de los ángeles, que existen tales criaturas y son inmateriales (q, 50), queda con ello demostrada la existencia en los mismos de facultad cognoscitiva, ya que la inmaterialidad es la raíz del conocimiento.

DOCTRINA DE LA SAGRADA ESCRITURA SOBRE ESTE PUNTO.

La existencia de entendimiento en los ángeles la testifican de modo equivalente las sagradas letras al atribuirles operaciones tanto de orden natural como sobrenatural, que suponen entendimiento. Tales son, por ejemplo, la afirmación hecha por Jesucristo de que los ángeles ven de continuo en el cielo la faz del Padre (Mt, 18, 10), no siendo otra cosa esa visión más que el conocimiento intelectual.

De los demonios se dice que tienen fe, que es acto del entendimiento, pues Santiago afirma que, creen (2, 16). La mujer de Tecua, mandada por Joab a la presencia del rey David, le dijo: Es el rey, mi señor, como el ángel de Dios, para discernir entre lo bueno y lo malo...; mi señor es sabio, con la sabiduría de un ángel de Dios, para conocer cuánto pasa en la tierra (2 Reg. 14, 17 y 20). Además, la Sagrada Escritura presenta a los ángeles hablando o comunicándose unos con otros y con los hombres; dotados de libre albedrío, en cuanto se habla de ángeles buenos y malos, todo lo cual supone que tienen conocimiento y, por consiguiente, facultad cognoscitiva. Por otra parte, la existencia de la facultad cognoscitiva en los ángeles es doctrina común en la tradición, pues incluso aquellos que enseñaron que los ángeles eran corpóreos o tenían cuerpo naturalmente unido a sí, les atribuyen siempre conocimiento intelectual y operaciones que lo suponen, llamándoles a veces simplemente inteligencias.

III
EXPOSICION TEOLOGICA DE SANTO TOMAS SOBRE LA FACULTAD COGNOSCITIVA EN
LOS ANGELES

La doctrina contenida en la cuestión respecto a los tres primeros artículos quedó ya establecida de un modo indirecto al tratar de la simplicidad divina (l. p. q. 3) y del entendimiento (1.- p., q. 14, a. 4) y voluntad de Dios (l. p. q. 19, a. 2 ad 1), donde se enseña que en todo se identifica: esencia, existencia, operación y facultades.  Santo Tomás no hará aquí más que aplicar de una manera clara y ordenada la doctrina del acto y la potencia, la esencia y la existencia, la substancia y los accidentes, la necesidad de facultades distintas de la esencia en todo ser creado para obrar, etc., pudiendo compendiarse sus enseñanzas en las siguientes proposiciones:

1."Es imposible que la acción del ángel o de cualquier
otra criatura sea substancia" (a. 1).

La acción de una cosa difiere más de su propia substancia que de su ser. Pero no hay cosa creada cuyo ser se identifique con su substancia, puesto que, según hemos visto, esto sólo pertenece a Dios. Luego ni la acción del ángel ni la de otra criatura alguna es su substancia. Es imposible que ni la acción del ángel ni la de ninguna otra criatura sea su substancia. Propiamente hablando, la acción es la actualidad de una virtud o facultad, como el ser es la actualidad de la substancia o de la esencia. Pero es imposible que sea su propia actualidad una cosa que no es acto puro, sino que está mezclada con potencia, porque la actualidad repugna a la potencialidad, y solamente Dios es acto puro. Luego sólo la substancia de Dios es su ser y su obrar [32).  Además, si el entender del ángel fuese su substancia, sería necesario que fuese subsistente. Pero el entender subsistente, como cualquiera otra forma abstracta subsistente" tiene que ser único, de donde Se sigue que la substancia de un ángel no se distinguiría ni de la substancia de Dios, que es el mismo entender subsistente, ni de la substancia de otro ángel.  Por fin, si el ángel fuese su entender, no podría haber en el entender grados más perfectos o menos perfectos, ya que esto proviene de  que hay diversidad en la participación del acto de entender. (Art. 1. q. 54)

Hablando en otras palabras que no son las del Angélico para que mejor se entienda esta proposición que es parte del primer artículo de la questio 54: Cuatro son las razones aducidas por el Angélico, la primera en el argumento Sed contra y las otras tres en el cuerpo del artículo. La identidad de la operación con la naturaleza en cualquier ser supone previamente la identidad de la existencia actual con la esencia. Pero en ninguna criatura se identifica la substancia o esencia y el ser o la existencia actual; es decir, ninguna criatura es el mismo ser subsistente", ya que esto es propio de Dios y su constitutivo metafísico, por lo que primeramente se constituye en sí mismo y por lo que primeramente también se distingue del ser creado. Luego no puede darse en ningún otro ser, ni ángel ni cualquier otra criatura. Y como la operación supone y sigue al acto del ser que se llama existencia, luego se distinguirá también la operación de la esencia, Por donde resulta, como muy atinadamente se ha hecho observar ya, que "la identidad de esencia y existencia en el ser primero es, en el orden ontológico, la causa de la identidad entre la naturaleza y la operación, como la distinción real de existencia y esencia, en Cuatro son las razones aducidas por el Angélico, la primera en el argumento Sed contra y las otras tres en el cuerpo del artículo. La identidad de la operación con la naturaleza en  las cosas creadas es la razón de que en- ellas se distingan realmente operación y sujeto operante" (P. MUÑIZ, O. P., introducción a las cuestiones (61pp. 208-209 del vol. 1 de esta edición)


La segunda razón, que esa primera supone y en la que se funda, es que, si en el ángel o en cualquier otra criatura se identificasen operación y esencia, no habría en ellos potencialidad alguna. Así como en la línea del ser la última actualidad es la existencia, así en la línea del obrar la última actualidad es la operación. Por donde, si en el ángel o en cualquier otra criatura se identificase la operación con la naturaleza, todo en ella sería actualidad, es decir, sería acto puro. El obrar en tal caso no se recibiría en ningún sujeto, por identificarse con la esencia, ni sería por su parte sujeto de otro acto, por ser la operación la última actualidad, que no se ordena a otra. Mas no pudiendo ser más que .uno el acto puro, es decir, Dios, no pueden identificarse en el ángel ni en ningún otro ser fuera de Él la operación y la naturaleza. Con razón, pues, la Sagrada Congregación de estudios formuló La siguiente tesis como postulado mayor de la doctrina de Santo Tomás: "Por lo tanto, en la razón absoluta del ser mismo sólo subsiste un ser único y simplicísimo, que es Dios; todas las demás cosas que participan el ser tienen una naturaleza por la cual se limita dicho ser, y están compuestas de esencia y existencia como de principios realmente distintos" (tesis 3 de las 24 tomistas).

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