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sábado, 28 de noviembre de 2015

"LIBERALISMO: EL PEOR ENEMIGO DE LA IGLESIA (Mons. Marcel Lefebvre)"


LA PREPARACIÓN DEL CONCILIO: LOS OBISPOS LIBERALES


Ahí también fue la división, en el seno mismo de la Iglesia. Esos liberales que no quieren que se hable más de Nuestro Señor en la sociedad, que, al contrario, quieren la libertad de todas las religiones y de todos los sistemas de pensamiento, crearon una oposición entre las cardenales y esto desde la preparación del concilio.La Santa Sede había instituido unas comisiones a la cabeza de las cuales se elevaba la "Comisión central preparatoria del Concilio". Sesionó de 1960 a 1962 y estaba integrado de setenta cardenales y una veintena de arzobispos y obispos, y si me encontraba allí era por ser presidente de la Asamblea de arzobispos y obispos del África occidental francesa. El Papa Juan XXIII presidía, con frecuencia, nuestras reuniones. Fue como un campo de batalla, hay que decirlo. ¿Quién ganaría? ¿Los liberales o los auténticos católicos que estaban con todos los Papas en su condena al liberalismo? Por un lado unos querían que la Iglesia declarase su tesis sobre la libertad, la neutralidad de las sociedades y la ausencia de Nuestro Señor Jesucristo de la vida pública. Por otro, hubo vivas reacciones contrarias. ¿Nosotros católicos no tendríamos el derecho de tener nuestros Estados católicos para no chocar con las religiones musulmana, budista o protestante? ¿Y esto bajo el pretexto de no hacerles agravio, cuando ellos nos lo hacen categórica y públicamente? En los Estados protestantes, por ejemplo, se es protestante oficialmente. El cantón de Vaud inscribió en su constitución que el protestantismo es religión de Estado. Así es igualmente para Suecia, Noruega, Inglaterra y Dinamarca, y públicamente la religión protestante es la única reconocida por el Estado.

LOS LIBERALES SUPRIMEN LOS ESTADOS CATÓLICOS
¿Entonces no tendríamos el derecho de tener nosotros también nuestros Estados católicos? El Estado del Valais era católico un 90 %. Como los liberales ganaron en el Concilio, y dominan ahora en Roma, pidieron a Mons. Adams (a quien conocí bien y que era un buen amigo), por intermedio del nuncio en Berna, de acabar con el Estado católico del Valais. La constitución valdense enunciaba, en efecto, que la Religión católica era la única religión reconocida públicamente por el Estado. Esto era, en definitiva, afirmar que Nuestro Señor Jesucristo era el Rey del Valais. Y Mons. Adam, todo lo favorable que fuese la Tradición, él que había combatido durante el concilio a favor del reinado social de Nuestro Señor, escribió una carta a todos sus fieles para que el Estado de Valais cambiase su constitución y se convierta oficialmente en neutra. Me informé y se me contestó que eso venía del nuncio. Fui pues a encontrarlo a Berna y él que había combatido durante el Concilio a favor del reinado social de Nuestro Señor, escribió una carta a todos sus fieles para que el Estado de Valais cambiase su constitución y se convierta oficialmente en neutra.

Me informé y se me contestó que eso venía del nuncio. Fui pues a encontrarlo a Berna y él me confirmó que Mons. Adam había escrito por orden suya.

- ¿Y no tiene Usted, vergüenza de pedir que Nuestro Señor Jesucristo no reine más el Valais?

- (El Nuncio) Oh, pero ahora esto no es más posible. Usted comprende no es más posible.

- ¿Y los protestantes? Vaya Usted, pedirles de dejar de reconocer su protestantismo como religión oficial en el cantón de Vaud y o en Dinamarca. ¿Y nosotros católicos, no tenemos, acaso, el derecho de tener Estados en los cuales la Religión católica es la única reconocida públicamente?

- (El nuncio) Ah, eso no es más posible. - ¿Qué hace Usted de la magnífica encíclica Quas primas donde Pío XI recuerda que Nuestro Señor Jesucristo debe reinar sobre todos los Estados y sobre todas las naciones?

- (El nuncio) Oh, el Papa no lo escribiría ahora.

Ah, esto como ejemplo. Esta encíclica fue escrita en 1925 por Pío XI para recordar a todos los obispos la doctrina sobre el reinado social de Nuestro Señor Jesucristo, y he aquí ahora obispos hacen exactamente lo contrario. Y es lo que desgraciadamente aconteció: oficialmente el Estado del Valais no es más un Estado católico. La Iglesia sólo sigue reconocida al mismo nivel que cualquier asociación privada, como las otras religiones, que tienen el derecho de organizarse en el Valais (Suiza).
  

CONTINUA...

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