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jueves, 5 de noviembre de 2015

LA CRUZADA POR LA LIBERTAD RELIGIOSA EN MEXICO

 el fusilamiento del Pdro. Miguel Pro


Frutos de los arreglos"uno en cada poste del Teleg."

 Modus moriendi

Éste es uno de los capítulos más tristes de la guerra cristera que, si se mira desde el punto de vista humano, no tiene explicación. Si Dios permitió esto, Él sabe por qué. Portes Gil no cumplió con lo pactado en los arreglos, pues no bien los cristeros entregaron las armas y recibieron el famoso  "salvoconducto", empezó la más horrible persecución. En la misma, murieron los jefes cristeros durante los primeros meses. La persecución duró cerca de diez años. El número de muertos fue mayor que durante los tres años de batalla. La situación entre la Iglesia y los cristeros se complicó demasiado. Esto lo habían previsto algunos obispos como monseñor de la Mora y monseñor Orozco y Jiménez, quienes dijeron: "Un desengaño sería de terribles consecuencias para la Iglesia: 

a) porque el pueblo perdería la confianza en sus pastores que lo guían a los cuales hasta ahora se ha mostrado siempre sumiso y obediente; 

b) porque perdería el animo para seguir luchando, al ver que, al obtener el triunfo, éste se le escapaba, haciendo vanos todos sus sacrificios. Tal es el sentir de la parte más sana de nuestro pueblo; 

c) porque difícilmente podrá contarse más adelante con la cooperación de ese mismo pueblo, para las obras sociales y de todo orden que en adelante se emprendieren". Cuanta razón tuvieron estos prelados pues se ve confirmada y más ampliada por monseñor González Valencia, cuando Roma le pidió que describiera la situación religiosa en el año de 1932. Éstas son sus palabras y con ellas damos por terminado este modesto trabajo sobre "Roma y los Cristeros":

1) Juzgo que se ha perdido por completo entre los católicos mexicanos la tradicional estima de los obispos, más aun el simple respeto. Y esto no es de maravillar, si se atiende al cambio absoluto del dignísimo modo de obrar que tuvo el Episcopado al principio del conflicto para venir al actual modo de comportarse, que según todos parece totalmente opuesto al primero, no obstante las explicaciones dadas. Hace poco corrió impreso en la ciudad de México un opúsculo titulado se nos dijo, en el cual, con documentos de los obispos y de la Santa Sede, aparece lógicamente condenada la actual conducta. Peligra además la fama del Episcopado, por la penosa comparación que frecuentemente hacen los perseguidores y la no menos inexplicable severidad, para no decir más, hacia los sinceros defensores de la Iglesia católica; 

2) Observo y aviso con gran dolor que las murmuraciones y quejas se extienden ya a la misma Santa Sede, fenómeno gravísimo y hasta ahora nuevo y desacostumbrado entre nosotros; 

3) Confieso que no veo cómo no procedamos ilícitamente los obispos, cómo no sometemos totalmente la Iglesia al Estado... Por la inmensa bondad de Dios, todavía no me encuentro personalmente en estas angustias, porque las autoridades locales hasta ahora no han querido perseguir... Con gran reverencia y dolor, pero con gran persuasión, afirmo que no entiendo lo que esta pasando en la arquidiócesis de Michoacán, lo cual puede servir de ejemplo... no veo cómo puede hablarse de tolerancia y cómo no se trata de complicidad en cosas intrínsecamente malas... 

4) Pero aunque no se tratara de cosas intrínsecamente malas, no veo, sin embargo, la utilidad del modo actual de proceder. El gobierno tiene pésima voluntad y quiere la ruina de la Iglesia; 5) Al menos, el escándalo entre el clero y el pueblo es grave y puede temerse con seriedad que sobrevenga un cisma o que muchos pierdan la fe".


Autor: Un Nieto de Cristero


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