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martes, 27 de octubre de 2015

EXCELENCIA DE LUCIFER, SU INFLUJO EN EL PECADO DE LOS DEMAS Y NUMERO DE LOS PREVARICADORES.


EXCELENCIA DE LUCIFER, SU INFLUJO EN EL PECADO DE LOS DEMAS Y NUMERO DE LOS PREVARICADORES.


Como ya se vio sobre estos tres puntos nada explicito se dice en la revelación y la tradición opino de diversas maneras siempre buscando la solución en las Sagradas Escrituras. Santo Tomas, que en las cuestiones opinables es siempre respetuoso con la tradición cuando otros testimonios de mayor valor a una poderosa razón nos obliga a adoptar una posición determinada, deja en su exposición amplio margen como en este caso, para elegir entre una u otra sentencia aunque sin ocultar lo que personalmente considera más razonable. (No es otro su proceder sino el mismo en lo que los teólogos dan por llamar “questiones disputatas” y así vemos que en el pecado de Adán difieren los teólogos de su época como San Buenaventura sobre si era necesaria la venida de Nuestro Señor Jesucristo. El solo se limita a decir que si las Sagradas Escrituras dicen que si, así debe ser, pero siempre respetando la opinión de los demás. Lo mismo sucedió con el dogma de la Inmaculada Concepción en la cual el opinaba de manera contraria a los teólogos contemporáneos, mas no por eso se le noto una disputa agria o acida, ni pretendió poner, con su autoridad de teólogo, algo que era también muy disputado en virtud de que la Iglesia no se había declaro con respecto a ese dogma, por lo tanto era opinable y no se oponía a la salvación de las almas. Ejemplos muy claros y evidentes de almas verdaderamente imbuidas en la verdad divina que con su ejemplo nos invitan a actuar de la misma manera prudente y santa ante las opiniones actuales que se enraízan en cuestiones teológicas o de derecho canónico, o como se dice de sentido práctico. Pretender imponer una “questio disputata” a las demás personas sin tomar dicho ejemplo de los santos es una cuestión grave de imprudencia aunque sea apoyada por los “teólogos modernos” que pululan a granel y que, por desgracia sin querer ni pensarlo en algunos, quieren imponerlo como una “questio sine qua non” para la salvación eterna y esto sí es grave por estar en contradicción del actuar de los santos y más de un santo teólogo por excelencia a quien NADIE SUPERARA hasta el fin del mundo. 

No pretendamos ser mas teólogos que ellos, no opinemos sobre temas candentes sin la ayuda imponderable de la gracia y la luz divina que a nadie se le niega si se pide con humildad, no contribuyamos a la incertidumbre de los espíritus débiles que apenas inician el camino de la perfección y de la unión con Dios y en prosecución de su fin último al todos estamos llamados antes bien contribuyamos a cerrar el numero de los elegidos en el cielo para que se acaben de una vez por todas las aflicciones que, con mayor ímpetu caen sobre nuestras almas. Este es, a mi forma de ver el verdadero espíritu de la verdad, y del apostolado actual. Habrá quienes difieran de este criterio y los respeto siempre y cuando su forma de actuar provenga de la voluntad de cumplir con la divina y bajo el influjo de la gracia divina, todo lo dicho o hecho fuera de esta, no lo apruebo y estoy en contra de ello.) Sigamos con Santo tomas: Probablemente el principal de los ángeles que pecaron era el más perfecto de todos los ángeles. Respecto a esto debemos atender exclusivamente al motivo que los indujo a pecar. Y si este fue la propia perfección y excelencia, esta era mayor en el ángel más perfecto que los otros, por donde es verosímil que fuese el principal en pecar. “En el pecado se deben considerar dos cosas: LA PROPENSION AL PECADO Y EL MOTIVO DE PECAR. Si en el ángel se considera la PROPENSION al pecado, más bien parece que pecaron los inferiores y no los superiores, y por esto dice el Damasceno que el mayor de los que pecaron fue el que precedía al orden terrestre. Y esta opinión parece a fin con otra de los platónicos, según lo refiere San Agustin en de trinitate, quienes decían que los dioses son todos buenos, y los demonios, en cambio, unos son buenos y unos son malos (errores que hoy en el vulgo se difunden actualmente ya de broma o serio, no así en los “teólogos modernistas quienes van mas allá negando la existencia del demonio).



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